Capítulo 2

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Si comes solo, morirás solo.

Kirishima estaba en su habitación recostado boca arriba, haciendo nada en particular, solo veía el techo como si fuese lo más sugestivo del mundo.

Estuvo así por unos minutos hasta que el sonido de una puerta abriéndose lo interrumpió en su "importante" tarea.

Sabia con exactitud quién era el que había abandonado los dormitorios. Por lo general, salía a esta hora a comer.

Kirishima con intriga se levantó de su cama y abrió la puerta, viendo de un lado al otro para ver si estaba despejado. Al ver que no había nadie en el pasillo, decidió bajar hacía el comedor. No es que no respetará la decisión de Bakugou de comer en soledad, pero algo precisamente esa noche lo había impulsado a bajar al comedor.

Dos miradas se encontraron, dos miradas tan distintas. Una tan fiera y la otra tan brillante.

— ¿Qué carajos haces aquí pelos de mierda? -

(Perspectiva de Bakugou)

Ya había pasado cuarenta minutos desde que todos los extras habían empezado a comer, así que en este momento ya debería de estar solo el comedor.

Como ya era de costumbre bajo hacia el comedor para calentar su comida, que ya estaba preparada y se sentó a comer. En ese momento escucha las pisadas de alguien bajar por la escalera.

Levantó su mirada cruzándose con unos ojos rojos llenos de felicidad, no requería ser un genio para saber quién era.

— ¿Qué carajos haces aquí pelos de mierda? — Pregunto sin quitar la vista de los ojos de la única persona que soportaba en ese lugar.

— Em...solo...quería acompañarte Bakugou ¿Puedo? — Dijo con una sonrisa, mostrando sus dientes de tiburón, la sonrisa de ese bastardo era como mil soles iluminando a la par.

— ¡¿Ah?! ¡¿Y quién putas te dijo que quería compañía?! -

...Mentira

Resonó en su cabeza. La realidad era que precisamente esa noche no quería estar solo, que estupidez. Pero no sabía el por qué, era como si su subconsciente predijera que vendría alguien a acompañarlo en su despojo de ideas.

— Todos necesitamos compañía Bakubro, incluso la persona más solitaria — El contrario se sentó enfrente de él — No te preocupes, no te molestaré.

Y así fue, nos mantuvimos en silencio por unos minutos, hasta que el pelos de mierda no pudo dejar la lengua quieta.

— Por cierto ¿Estás bien?

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(Perspectiva de Kirishima)

Por fin se había armado de valor para soltar la interrogante, que en todo el día lo estuvo atormentando.

— Que pregunta más estúpida ¿Por qué no iba estarlo? - contra ataco con otra pregunta.

Esa respuesta no lo dejaba satisfecho, ni mucho menos tranquilo.

— Si, tienes razón es una pregunta muy tonta — Rascó su nuca con evidente pena, que no paso de ser percibida por el rubio.

Antes de que Bakugou le contestara con un insulto desvío el tema, no quería que su amigo lo viese como un paranoico preocupado por cosas insignificantes o al menos insignificantes para el rubio.

— ¿Sabes que el que come solo, muere solo? — Se dió una cachetada mental por desviar la conversación de esa forma tan torpe. Lo que no sabía, era que su bro lo veía con ¿ternura?.

— Eso es estúpido, todos nacimos solos y moriremos solos...parece que tanto gel en tu cabeza no te deja pensar con claridad, es evidente — Dijo su explosivo compañero.

Ríe ante el comentario de su amigo. Sin pensarlo, abrió la boca y cerró sus ojos, esperando que Bakugou entendiera la indirecta tan directa.

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(Narrador)

El rubio cenizo frunció el ceño, al principio confundido, para segundos después cambiarlo a uno aparentemente enojado.

— Ni lo pienses, tu ya comiste pelos de mierda... — Actuó a la defensiva, comiendo sin prestar atención al pelirrojo.

Kirishima ante esto hizo un leve puchero, Bakugou volteo los ojos con fastidio, a veces su amigo podía llegar a tener actitudes particularmente infantiles, pero...no podía negar que a pesar de ello, el pelirrojo le agradaba, era la única persona que soportaba, al menos más que al resto.

Ya había terminado casi toda su comida, solo le faltan un pequeño trozo de carne.

Miró por unos segundos de manera disimulada al dientes de tiburón, el sabía que ese idiota adoraba la carne. Resignado, toma el pedazo de carne con sus palillos y los acerca a la boca del pelirrojo, el cuál quedó sorprendido pero sin ocultar su felicidad abrió su boca con entusiasmo, recibiendo aquel delicioso bocado de carne.

— Uhm...De verdad cocinas súper bien Bakubro — Dijo con sus mofletes llenos.

— Tch, no hables con la boca llena, idiota ¿Acaso no sabes modales? — Dijo el explosivo muchacho mientras recogía su plato y lo llevaba al lavabo.

— Tienes razón, lo siento, es que tú comida es muy deliciosa y no pude evitarlo — Se voltea viendo la espalda de Bakugou mientras lavaba su plato — Por cierto, gracias.

Bakugou giro su cabeza, cruzando miradas con Eijiro y viendo su gran sonrisa que dejaba ver sus dientes en Zigzag. Esto causó una sensación en su estómago, por lo que desvío su mirada al frente.

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Cuando Bakugou terminó, Kirishima lo acompaño a su habitación, prácticamente porque eran vecinos. Al llegar cada quien a su respectivo dormitorio se miraron antes de entrar.

— ¡Buenas noches Bakugou!

— Buenas noches pelos de mierda... — Antes de que el dientes de tiburón entraráa su habitación, Bakugou llamo con su famoso apodo — Pelos de mierda.


— ¿Qué sucede Bakugou?

— Lo...lo que pasó en el comedor...lo hice para no morir solo, aunque sigue siendo un refrán estúpido...

— Lo entiendo, no te preocupes, se que lo hiciste por una razón varonil.

El pelo de punta le dedica una última sonrisa y después cada uno entró a su habitación, terminando así la noche, dando paso a los sueños o pesadillas, nunca se sabe.

Un Sueño A Tu LadoWhere stories live. Discover now