seven

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TW Smut

CAPÍTULO SIETE

Ni una sola protesta salió de sus labios.

No tuvo tiempo de reaccionar antes de que Draco se abalanzara sobre ella como una pitón. Sus colmillos se clavaron en su cuello una vez más mientras sus labios acariciaban su suavidad.

Urgiendo un gemido, se tragó cada nota que ella cantaba.

Sus caderas se movieron contra las caderas de él mientras su polla endurecida y vestida rozaba su humedad.

—Sigue haciendo eso amor y tensaré tu laringe con tanta fuerza que no podrás ni susurrar.—Él amenazó.

A pesar de lo aterrador que parecía, sus advertencias solo intrigaron más a Penny. Se sintió atrevida. ¿Qué podía hacer ella para superar sus límites? ¿Hasta dónde podría llevarlos?

Solo hizo que ella quisiera desobedecerlo más. El aire caliente llenó el aire más allá de la capacidad de humedad. Como si la habitación se llenara de humo, sintió que su piel se humedecía.

Draco rasgó su camisa, los botones hacían cosquillas en el piso de madera mientras sus ojos vagaban por su pecho expuesto. Su pecho agitado mostraba sus pechos prácticamente estallando a través de su sostén.

Deseoso de escapar, llamar su atención, usar sus labios para gratificarse.

Solo le tomó unos segundos darse cuenta de que esta vez no tenía los ojos vendados. Podía ver que todo se desarrollaba y eso solo debilitó más sus entrañas.

Echándose hacia atrás, lo vio quitarse la camisa del torso, los músculos flexionados en los lugares correctos mientras las luces de la ciudad eran lo único que iluminaba su habitación.

Contorneando su carne perfectamente, sus ojos estudiaron la tinta detallada en su brazo una vez más. Su labio atrapado entre sus dientes, hirviendo un breve suspiro cuando él rodó sobre ella.

Su cabello revuelto se burló de ella, acariciando su frente y la delgada cadena que cubría su cuello la sorprendió con frialdad. Tanto como lo hicieron sus anillos cuando su agarre se apretó alrededor de sus muslos.

—Draco.—Ella gimió.

Gimiendo de vuelta, continuó asfixiándola.

Penny agarró sus mechones de platino, tirando ligeramente. A ella le parecía un ángel. Sin embargo, se comportó como el polo opuesto. Un diablo disfrazado.

—Shh,—arrulló,—Scorpius está en la otra habitación.-Draco sonrió haciendo que sus ojos se agrandaran.

Olvidó que Scorpius estaba herido y descansando. También olvidando que quizás todavía estaba viviendo con su padre.

Pero solo reconcilió que la promesa de Draco permaneciera. Porque era Draco entre sus caderas en este momento, no él.

Eso la enfureció. Porque ella haría todo lo posible por mantener a Draco nervioso, enojarlo. Ella misma se burlaba de él, pero siempre sería ella quien caería en contra de sus trucos.

HOUSE OF CARDS | Draco Malfoy ✓Where stories live. Discover now