|06; Una tarde de chicas.

1.7K 86 45
                                    

Alma.

Me desperté a eso de las seis y media para poder darme una ducha rápida, no me sequé el pelo porque es verano y en dos segundos se seca por suerte.

Una vez que puse mis cosas en una mochila y una campera por si refresca a la noche, me tomé un Uber y me fui a la dirección que Mateo me había dado anoche antes de irnos todos para nuestras casa, que fue a eso de la una de la madrugada.

—Buen día... — solté con una sonrisa cuando su cara de dormido apareció atrás de la puerta.

—Buen día, Almi. — habló con la voz ronca mientras se resfrego su ojo como nene chiquito, para después dejar un pequeño beso en mi mejilla.

—Me imagino que la enana duerme, ¿no? — él asintió firmemente una vez que se fue a por lo que vi, el agua para el mate.

—Hasta las once no te va a joder porque duerme bastante por suerte. — yo asentí tranquila — Si querés dormir hay un montón de habitaciones, al menos hasta que se despierte Mora. — yo negué rápidamente, ¿cómo voy a dormir en casa ajena?

—No, si yo traje mis apuntes y mis cosas, tengo que estudiar. — señalé mi mochila y él asintió sin darle mucha importancia al asunto.

—¿Qué estás estudiando? — preguntó curioso mientras preparaba el mate, buscó de la alacena unas galletitas y yo me senté en la isla que tenía los banquitos re lindos.

—Psicología, por ahora... — asentí y él abrió su boca bien grande.

—¡Ahh, con razón! — alzó un poco más la voz y yo lo miré confundida — Digo porque me vivís psicoanalizando, boluda. Antes pensaba que eras una loquita acosadora, ahora sos una loquita pero no tan acosadora. — soltó con una sonrisa y yo abrí mi boca indignada.

—Flasheaste mucha confianza, campeón. — palmee su hombro levemente y él soltó una carcajada.

Después de tomar dos o tres mates mientras hablábamos de la vida, Mateo buscó sus cosas para emprender viaje al estudio. Por lo que me contó estaba por juntarse con Rauw Alejandro para hacer un tema, se supone que no tenía que decir nada pero estaba un poco nervioso y por eso me contó.

—¿Tiene algunas reglas que cumplir o algo por el estilo? — pregunté mientras él buscaba su celular y negó.

Pregunté porque capaz ella no puede comer alguna cosa o tiene alguna cosa que hacer por la tarde, como por ejemplo a mí desde chiquita me mandaban a danza porque mi mamá no quería aguantarme mucho.

—Come y hace lo que se le encanta el orto esa pendeja. — habló indignado y yo intenté aguantar la risa — Eso sí, lo único que te pido es que cuando se levante y le des la chocolatada, se la des en el vasito que está ahí. — señaló la alacena y yo asentí un poco confundida — Si te pide la mamadera no se la des, se la estoy sacando.

—Ah, bueno, listo entonces. — asentí ahora entendiendo su pedido, estaba sacándole la mamadera pobrecita.

—¡Ah! — volvió rápido a mi lado — La toma sin azúcar, sí me salió media rancia la nena. — soltó con cara de asco mientras negaba con su cabeza.

Después de despedirse de mí se fue al estudio bastante contento, él nos dejó plata para que fuéramos a comer más tarde y no me dejó negarme, era para Mora, esa fue su excusa.

La mañana se me pasó bastante tranquila, cuando me aburrí de estudiar a eso de las once y media levanté a Mora para vestirla, Mateo me dijo que si no se levantaba sola lo hiciera yo.

—Hola hermosa, arriba que tenemos que irnos. — la moví un poco y ella abrió un solo ojito para mirarme.

—Naa, anda noma' que ni gana' tengo. Cuando salgas apagame la luz y cedame la puedta, gacias. — soltó para volver acomodarse boca abajo y cerrar sus ojos como si nada, no aguanté la carcajada y pude ver como ella intentaba ocultar una sonrisita.

solo por vos; trueno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora