Capítulo 4.

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Gabriel llego de trabajar, se quitó el saco, lo colgó en el perchero y camino hasta la sala, apenas puso pie ahí unos brazos lo atraparon y un grito lo ensordecio, afortunadamente solo había caído en la trampa de su ahora cuñada, la cual estaba de visita sin que él supiera.

─Hola Kamille, ¿recuerdas que odio el contacto físico?─ la mujer lo suelta

─Bueno, se que esa es una gran mentira─ mira discretamente a su hermana ─Pero te respetaré─ se sienta

─Amo que vengas, ¿pero a que se debe este gran honor?─ también toma asiento

─Felix molestaba y lo envíe con Loana al Luvre─ explicó Nathalie mientras comía un macaron de arándano

─¿Y acepto?.

─Amor. . .pude contigo, ¿crees que no voy a poder con el adolescente mal humorado?─ ríe

─Buen punto.

La puerta se abre en ese instante y los tacos de Amelie Graham de Vanily resuenan por todo el lugar, está ignora a las Sancoeur y se sienta cerca del diseñador, el cual sonrió falsamente.

─Gabriel, querido, al fin vienes, pensé que no vendrías más, desde que no tienes asistente es muy difícil seguirte el paso.

─¿Para que necesito una asistente?, soy muy capaz de hacer las cosas por mí mismo─ Nathalie se ríe discretamente

─Bueno Gabriel, ¿entonces para que la contrataste?─ mira a la pelinegra

─Yo no la contraté. . .fue Emilie─ la contraria rebusna ─Ya que trajiste este tema a la mesa, te aclaro que estaba en completo desacuerdo con que tengamos una asistente, si tu hermana no hubiera insistido tanto, la habría despedido, que tonto, menos mal que no lo hice, me hubiera perdido la mejor aventura de mí vida─ sonríe, Nathalie se sonroja

─Mucho amor para mí gustó, terminemos con esto, dame el anillo que es a lo que vine─ exigió molesta

─Lo siento pero no puedo, enterré a Emilie con el.

─¡Mientes!, te vi en un desfile con el anillo puesto, después de que Félix te robara el tuyo.

─Entonces no lo perdí, el se lo llevo─ ella intenta retractarse ─Tendre que hablar con el, Emilie me regaló ese anillo como muestra de su amor. . .en ese momento era valioso, pero ahora no es más que una baratija, se lo quiero dar en buena ley, y contarle la historia que tiene esa sortija

─No hace falta, la sabe, pero quiere el otro para entregarselo a su novia.

─¿Cuál?─ se animó a intervenir Nathalie ─Me confesó que no tiene, por eso le presente a mí linda sobrina

─¿Hay algo que escondan esos anillo?, no entiendo tu obsesión.

─¡Son reliquias de mí familia!.

─Felix tiene uno y el otro está en el cuerpo de Emilie, donde debe, ¿que te preocupa?.

─¡Los quiero!, tendré que ir al panteón para recuperarlo.

─No vas a entrar al panteón Agreste para remover el cuerpo de tu hermana─ se negó en tono firme

─¿Por qué la tienes ahí, aún es especial?.

─Para nada, es la madre de Adrien─ volvió a intervenir la de lentes ─No somos tan insensibles como para meternos con un cadáver

─Son insufribles─ se levanta ─Mañana regresaré a Londres en el primer tren─ se va

─¿La hermana era así de loca?─ pregunto Kamille

El clima quedó en absoluto silencio, los tres mayores tomaron café y después el hombre abandono a las hermanas para darse un baño relajante.

─Siempre hablando de mas─ menciono Nathalie algo molesta

─Bueno, no conocí a la tal Emilie, pero si su hermana está desquiciada, ella debería ir por el mismo camino.

─No te creas, tu y yo somos muy diferentes.

─No te creas Nathalie. . .

─Como digas Kamille.

Las hermanas siguieron hablando tranquilamente en el comedor, arriba, Gabriel tomaba una baño relajante, su bañera estaba llena, y con varias sales de agua y perfumes, Gabriel estaba ahí leyendo, nunca antes había tenido tanta paz y tranquilidad, lo que no sabía era que su momento favorito del día iba a ser arruinado por su cuñada, la puerta del baño se abrió, el diseñador sonrió pensando que era su esposa, escucho un pequeño portazo discreto y decidió hablar para esfumar su anciedad.

─¿Kamille ya se fue?─ pregunto coqueto, la contraria no contesto, acto seguido el hombre escucho el sonido de una cremallera ─Señorita Sancoeur, ¿le comieron la lengua los ratones?─ dijo sin dignarse a voltearse o dejar de leer, la presunta mujer no dijo nada, acto seguido unos brazos lo rodearon, este bajo el libro, lo dejo a un costado, tomo las muñecas de su supuesta esposa y se movió, dejando espacio para que está entre con el, luego Gabriel sintio como el pecho de alguien se apoya contra su espalda y las manos que lo abrazaban suben hasta su rostro, tapando sus ojos

─Sorpresa─ susurró una voz en su oído, definitivamente no era Nathalie

─¿Estás demente, que haces aquí?.

─Ya sabes lo que quiero, dámelo o haré que tu esposa mal entienda esto y se enoje de por vida contigo─ lo amenazó

─Ya te dije que el anillo Graham está en la tumba de Emilie.

─Dejame entrar al panteón entonces.

─No puedo hacer eso.

─¿Cómo que no?.

─No se en qué panteón está.

─Dijiste que estaba en el panteón de la familia Agreste.

─Menti, no está ahí. . .no había espacio, la tuve que enterrar en otro lugar, solo Nathalie sabe dónde.

─Espero que digas la verdad Agreste, porque haré que te arrepientas, tu esposa te va a odiar tanto que jamás querra ver tu cara otra vez─ sale de la bañera

─Vete de mí casa ya mismo Amelie, el que no quiere ver tu cara de nuevo soy yo, te extra limitaste─ toma su bata, se levanta y se la coloca

─Te dije que mañana me iría, y así lo haré, pero antes, conseguiré el lugar en donde mí hermana está sepultada─ toma su ropa y sale del baño

Gabriel suspira, se acerca al aparador, toma su celular y le pide a su esposa que sin hablar con nadie suba y lo encuentre en el baño, Nathalie hace caso, y en un santiamén ya se encontraba frente a su esposo.

─Gabriel, eres todo un pervertido, no puedo dejar a mí hermana abajo para venir contigo aquí─ se cruza de brazos

─No es eso, olvidé poner seguro y Amelie se metió a la bañera conmigo.

─Esa demente─ bufo ─La sacaré a patadas de aquí

─No, tus sospechas son ciertas, está desesperada por el anillo, algo esconde. . .quiere ponerte en mí contra por eso te lo cuento con tanta desesperación.

─¿Eres tonto?─ se acerca y lo besa ─Nada me hará ponerme en tu contra, luego lidiare con ella

─Creo que será más pronto de lo que crees, le dije una pequeña mentira para que se vaya. . .

─¿Que fue?.

─Le dije que Emilie no está en el panteón Agreste y que la única que sabe dónde realmente esta eres tu─ ella rodea sus ojos

─Yo me encargo cariño, no te preocupes─ lo besa de nuevo ─Pon seguro─ se gira y sale

Gabriel corre, pone llave a la puerta del cuarto y regresa al baño, aunque, ya no pudo relajarse, temía que Amélie cometa una locura y aunque su esposa le aseguraba que jamás le creería, Amelie es tan buena mentirosa que tranquilamente la podría confundir sin ningún esfuerzo.


Miraculous: Next Generation.Where stories live. Discover now