El postre

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#bdsm #mascota #anal

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Algunos jueves en la noche Alice nos tiene acostumbrados a hacernos visitas sorpresa. Ya estaba preparando la cena cuando escuché el timbre.

- ¡Hola ama! --me saludo apoyada al marco de la puerta con sus ojitos coquetos y una botella de vino en la mano--

- Hola cachorra --la tomé de la cintura y le di un gran beso--

Por lo general la hago que se acomode en un rincón a esperar a que llegué su amo, pero esta noche estaba tan sexy y deliciosa que no fui capaz.

La hice pasar y se sentó al otro lado de la barra. Mientras yo terminaba de preparar la cena le pase un sacacorchos y un par de copas para que sirviera. Ella estaba feliz por haberse ganado un mejor lugar esta vez.

Apagué el fuego, tapé las ollas para que no se enfriara la comida y miré el teléfono extrañada porque Axel ya debería haber llegado. Justo antes de guardarlo en el bolsillo me vibro en la mano. Lo levanté contenta, esperando que fuera él, pero me decepcioné cuando vi el nombre de mi nueva jefa.

Ella había olvidado decirme que tenía que firmar unos papeles para enviar un contrato a primera hora con los abogados. Así que le escribí a Axel, sin decirle nada sobre la visita de Alice

- ¿Amor te demoras?
- No, estoy a 20 minutos en un trancón del demonio
- Tengo que ir a la oficina a firmar algo. La cena está preparada no la dejes enfriar
- Ok

Mi nuevo trabajo está a unas cuadras caminando y creo que por eso abusa mi jefe. Pasé por encima de la barra para darle un beso a Alice y se me ocurrió una idea.

- Esa risita me la conozco --me dijo--

Sin perder tiempo la cogí de la mano y la llevé al fondo del corredor donde hay una pequeña mesa que usamos para poner flores y un espejo redondo con borde negro en la parte superior.

Yo misma la desnudé a toda prisa y me encontré con unos deliciosos panties con transparencia tipo cachetero de color blanco y un fino encaje. Me gustaba como se le veían, aparte que resaltaban demasiado su delicioso trasero. Le terminé de quitar el resto y la dejé solo con sus deliciosos panties.

De espaldas a la puerta de entrada la hice apoyar con los codos en la mesa. Agarré toda su ropa del suelo y la tiré dentro del armario sin cuidado. Saqué una soga y una barra extensora.

La primera la pasé por debajo de la mesa dando vueltas en las patas y luego la subí hasta sus muñecas y las anudé juntas. Me hice detrás de ella le abri las piernas y metí mi nariz entre su sexo para olerlo, gimió encantada. Coloqué la barra separando sus piernas y cerré los grilletes apretando las correas a la altura de sus gemelos.

Me retiré un poco hacía atrás, apoyando mi mano en el mentón y el índice sobre mis labios. Se veía y me gustaba, pero aún le hacían falta algo más, la sazón. Corrí de nuevo al armario y saqué unos cuantos accesorios.

Me acomodé desde atrás empujando mi pelvis empujando su trasero, abrió la boca para gemir, le metí la bola en la boca el gag con la bola más grande que encontré y ajusté las correas detrás de su cabello. Encendí un pequeño huevo vibrador y mientras le metía la lengua en el oído, metí mi mano por debajo de su cuerpo y jugué por encima de su panti sobre su clitoris, cerró los ojos gimiendo. Metí mi mano entre su ropa interior, pasé un dedo y ya estaba bien mojada, le acomodé el huevito para que el roce la enloqueciera, pero sin que se lo pudiera meter.

Di unos pasos hacia atrás para verla, mientras me chupaba el dedo y saboreaba sus jugos.

- Ahora sí, perfecta

Me encantaba como juntaba sus piernas tratando de soportar la vibración. Ese culito se veía demasiado delicioso y no me pude resistir en darle una buena palmada que le quedara marcada, necesitaba que Axel supiera que de alguna forma esta noche ella había sido primero mía. Sin quitarle la mano y apretando con mis dedos sus nalgas le dije en voz alta.

- Asegúrate de que Axel coma y luego me pasan a recoger

Ella asintió con su cabeza y salí corriendo a toda prisa para tratar de recuperar el tiempo. Demás que mi jefa ya estaba renegando por mi demora.

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Había tenido un día pésimo y ese trancón me había dejado peor de agotado y malgeniado. Solo quería comer y darme una buena ducha de agua tibia antes de ir a dormir. Abrí la puerta y me cogió un ataque de risa, de repente se mejoró mi día al ver a Alice al final del corredor. Ahora tiene sentido el mensaje de Ágata.

Cerré la puerta más rápido de lo que quería porque escuché la campanita del otro ascensor llegar al mismo piso, la verdad no me disgustaba compartir semejante visión con otras personas, pero mis vecinos no son muy sociables que digamos.
Aunque la tentación de ir a follarme a mi regalo era demasiado, el delicioso olor me llevó a la cocina. Al ver las delicias que había preparado y la copa de vino que me dejó servida, no sabía si me había dejado a Alice como comida o como postre. Igual me estaba partiendo de hambre así que tomé un plato, una cuchara y me serví un poco de cada cosa. Me paré al otro extremo del corredor y decidí comer de pie disfrutando un poco más esa delicia.

Me encanta ver esas piernas gruesas que se necesitan para sostener ese gran trasero, pero lo que más me llamaba la atención era ver ese delicioso triangulito que se asomaba entre sus muslos y sus glúteos. Cuando se alcanza a ver su sexo cubierto por esa pequeña tela de su ropa interior me pone a mil y me dan ganas de hacerle de todo.

No me tomé la delicadeza de trinchar la carne, la agarré con las manos y le arrancaba pedazos a mordiscos pensando en hacer lo mismo con ella. A mi miembro le empezaba a gustar la idea y se endurecía preparándose para el postre. Me chupé los dedos, llevé el plato a la cocina y aproveché para lavarlos y asearme las manos.

Caminé lento a través del corredor, deleitándome con la vista. Me apoyé en el marco de la puerta de la habitación para que ella me pudiera ver. Ni siquiera me miró a los ojos, fue directo a mi entrepierna y de sus labios escurrió un brillante hilo de saliva.

- Pobre cachorra, siempre te delatas tan fácil

Bajé mi mano por la espalda hasta sus nalgas. Las apreté con fuerza y me miró con dicha a los ojos curvando las cejas. La agarré del pelo y me froté el miembro sobre el pantalón con su cara.

Mi mano caminaba por su espalda, iba por sus pezones y los retorcía un poco, bajaba hasta sus panties caminando sobre la tela transparente, dibujando figuras para enloquecerla. Liberé su cara levantándola del cabello y soltándola como una cosa, como el tipo de cosa que me gusta usar para mi placer.

Me hice detrás para poder verla mejor. Metí mi mano entre sus nalgas con el índice hasta su sexo y el pulgar en su delicioso culo que se podía ver a través del panti. Estaba empapada y hasta algunas gotas bajaban por sus muslos. Ágata ya había estado por acá y ese juguetito suelto por ahí era la cereza del postre. Pasé mis cuatro dedos hacía adelante empujando el huevito contra su sexo, lo fui llevando y como por arte de magia el solito se metió en su vagina.

- Creo que estabas más hambrienta que yo

Se retorció un poco, juntando sus rodillas y como si una canilla se abriera y me terminara de empapar los dedos. Saqué mi mano para verla y brillaba con sus jugos. La sequé en su rostro sin tener tacto.

Me hice de cuclillas tras ella, con su gran trasero a la altura de mi cara y me tomé el tiempo para verla y tomarle algunas fotos con mi teléfono.

Entre Fantasía & Realidad (+18)Where stories live. Discover now