Mi novio es una súper estrella

8 - Hogwarts

— ¿Hogwarts?

— Miren yo se que...por lo del quidditch y eso nunca fui pero, estoy hablando con Ron y Hermione y dicen que es maravilloso, ustedes mismos me lo dicen...

James se paso una mano por el cabello — Lo sabemos hijo, pero no estamos seguros si puedas entrar...tendríamos que hablar con Dumbledore.

— ¿Háganlo por mi si? — Harry puso ojos de cachorro.

— Sabes yo no quiero que te pierdas esa experiencia, a pesar de que solo irás dos años, eso es algo — intervino Lily — Podemos ir a Hogwarts mañana James...

— Me parece, con tal y estés en el equipo de Quidditch de Gryffindor.

— Ni siquiera sabes si quedara en Gryffindor... — advirtió la pelirroja — ¡Eso s jovencito! Renunciarás al quidditch profesional, al menos mientras no te gradúes.

Harry se puso la mano en la frente cual soldado — ¡Si señora! ¿Entonces...?

— Bueno si Dumbledore lo permite...¡vas a Hogwarts!

A Harry no le habia costado mucho llegar a esa conclusión, su madre ( más qje cualquiera ) está más que emocionada porque Harry mostrara ese aporte académico a pesar de que ella misma ( a veces en la compañía de la Profesora McGonagall ) fuera su tutora en casa. Con respecto a el asunto de Harry y los Weasley, este solo se quedaría en la casa un día más ya que James y Lily se presentarían en Hogwarts, si a Harry bien le iba iría a Hogwarts y allá se reuniría nuevamente con ellos. Harry estaba feliz y decepcionado a la vez, el tiempo que estuviera en su casa sería un tiempo en el que pudiera estar haciéndole bromas a Ginny y haciéndola enfadar, también extrañaría las conversaciones con Ron y Hermione, sobre todo ver como ambos no se daban cuenta de lo que sucedía allí.

Así que la mañana siguiente James y Lily Potter se levantaron temprano, no sin la noche anterior haberle enviado una carta a Dumbledore comentándole que querían verlo especialmente para hablar de algo.
Lily como siempre estaba apurando a James cuando se suponía que deberían estar ya en Hogwarts.

— ¡Vamos James pareces la mujer en esta relación! — grito la pelirroja.

— Estoy arreglando mi cabello — su esposo puso voz aguda fingiendo la de ella.

— Sigue así de gracioso y te quedarás sin cabello...

— Ya ya, vámonos me da miedo estar solo contigo.

Lily lo miro con una ceja alzada — ¿Te da miedo?

— Y me dan ganas de hacer otras cosas, así que mejor vámonos.

Juntos desaparecieron, Dumbledore se había encargado de quitar una de las barreras de Hogwarts ( solo unos minutos ) para que los Potter pudieran entrar. Cuando se aparecieron en el puente que llegaba a la entrada vieron allí a Sirius y a Remus.

— ¿Que hacen ustedes aquí? — preguntó la pelirroja.

— Vamos amor, Canuto y Lunático quieren recordar los viejos tiempos.

— Cornamenta tiene razón Evans, ¿no te hacemos atraso o si? — río Sirius.

— Veremos...— Lily se rio por dentro, pero la verdad se preocupaba, con James, Sirius y Remus la oportunidad de hablar con Albus corría peligro, esos tres juntos podían crear una bomba nuclear.

Juntos caminaron hasta la entrada de la Torre del reloj, un sin fin de memorias le entraron a Lily, de no tener a todos enfrente hubiese regado alguna que otra lágrima por la nostalgia. Observó a sus amigos y por sus expresiones supo que estaban pensando lo mismo.

— ¿Recuerdan cuando...Lily se enojo con James y le dejó la cabeza metida en una de estas fuentes? — señaló Remus con nostalgia.

Sirius pego una carcajada — O como cuando el banco estaba congelado en invierno y dejo el trasero pegado al hielo.

James abrazo a sus amigos por los hombros — Graciosos, ¿no tienen memorias en las que no me vea involucrado en una situación de riesgo?

— Claro que si, recuerdan que hicimos el mapa del merodeador — dijo Remus.

— Creo que es hora de heredarlo a Harry — observó Sirius.

Remus lo miro sorprendido — Sabes Sirius, es lo más inteligente que has dicho en los últimos diez años.

— Siempre es un gusto.

— Ya apúrense ustedes — les apuro Lily.

Cuando entraron en el castillo los tres merodeadores no dejaron de bromear, recordando cómo James siempre estuvo detrás de Lily y esta no hacía más que ignorarlo.

— Pero se preocupaba por mi y lo sabe.

— Que no se te suba a la cabeza Potter — advirtió su esposa.

No pudieron seguir hablando ya que alguien salió de un salón, una mujer de edad avanzada con su típico traje verde.

— ¡Minnie! — aulló Sirius y le dio un abrazo a la profesora McGonagall quien mostraba su preocupación en el rostro — Mírate estás más joven que antes, ¿usas una nueva crema?

— Veo que el humor no se ha ido con la edad joven Black.

Sirius soltó a la profesora luego de darle un beso en la mejilla — Sabe, me gustan las mujeres mayores.

— Si usted siguiera en la escuela, no sabía si darle o quitarle puntos a Gryffindor.

— ¿Como está profesora McGonagall? — saludó Lily.

— Mejor ahora que me vio a mi.

— Sirius, cállate.

— Cállate tú Remus.

— Profesora no les haga caso, son unos inmaduros — la profesora McGonagall rio ante el comentario de James.

— Señor Potter, veo que aún tiene la costumbre de hablar antes de pensar. Y muy bien señorita Evans, ¿cómo está el pequeño Harry? O debería decir, el mini James.

— Ya no es tan pequeño Minnie – señaló Sirius — ¡Está a nada de pasarme en estatura!

— Me encantaría tenerlo como alumno, aunque si se parece al padre, al padrino y al tío...creo que estoy mejor así.

— Realmente por eso venimos profesora, queríamos hablar con Dumbledore si Harry aún puede entrar a Hogwarts.

La mujer se les acercó — Les dire algo, y no es porque quiera admitirlo o no, fueron unos de mis estudiantes favoritos. Pero Dumbledore haría cualquier cosa por ustedes, más si se trata del pequeño Harry Potter.

— Me halagas Minnie — James hizo un gesto con las manos — Si nos disculpas, tenemos una cita con el director.

— Les deseo suerte, pastel de limón es la contraseña — les dijo — ¡Y a ustedes tres! — señaló a los tres hombres — No los quiero ver en la sala común de Gryffindor.

— ¡¿Porque?! — preguntaron los tres al mismo tiempo.

— No tengo intención en que corrompan a esta generación — dijo firme la profesora.

— Ay Minnie, pero sabes que fuimos tus favoritos — Sirius le guiñó un ojo.

Continuará....