09 / 10 / 05

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Eran cerca de las dos de la mañana cuando llegamos al departamento. Todo estaba extrañamente silencioso y yo no tenía ninguna intención de formar una conversación. La charla con Kazutora, las miradas de Takemichi y demás me habían hecho sentir mal, culpable.

Cuando entramos Baji se dirigió directamente hacia su habitación, pero cuando notó que yo me había sentado en el sofá –y ni siquiera había prendido la luz de la sala– volteó a verme.

Me tomé la cabeza entre las dos manos mientras recordaba lo que estábamos haciendo antes de irse cada uno a su casa: luego del abrazo, Kazutora se negó a soltarme, así que terminé sentado en el hueco que había entre sus piernas. Había sido algo incómodo porque Baji estaba mirando de manera tan intensa a Hanemiya que incluso pensé lo incendiaria con la mirada, aunque (de igual manera) no me moví ni un centímetro de donde estaba, sentía que no era el único que necesitaba estar cerca para mantener la calma.
Luego Hina llegó con el fin de charlar con Takemichi lo que había pasado esa mañana. La chica entrecerró los ojos cuando vio a Kazutora, más al notar que me mantenía cerca suyo (puesto que llevo una buena amistad con ella), pero de igual manera lo saludó.

Sonreí forzosamente y tiré levemente de mis mechones al pensar en Hinata, otra persona que haría sufrir el 31 de Octubre.

Sentí una mano ajena cerrarse sobre mis cabellos y tirar de ellos hacia atrás. Estaba comenzando a creer que Baji tenía algún fetiche con hacer eso. Mis ojos se encontraron con los suyos.

¿Ya te preocupa desaparecer? Comenzaste tarde.

¿Se supone que debería reírme? Porque no lo encontraba divertido. A veces no entendía el humor oscuro de Baji... o si las cosas que decía iban en chiste.

Siempre me preocupé por mi vida, Baji-San.

Baji tiró más de mi cabello, al mismo tiempo que soltaba un gruñido, disgustado por lo que acababa de decir.

No me mientas, Chifuyu. No ensucies tu alma pura con eso, no vale la pena.

¿Alma pura? —Se me zafó una carcajada atónita— ¿Con quién crees que estás hablando? Yo de puro no tengo nada, en realidad, los humanos de por sí no tienen nada de puro.

¿Por qué desprecias tanto tu propia raza? —Dejó de apretar su agarre para deslizar su mano por mi cabeza y tomar más mechones de pelo. Solté un quejido ahogado.

¿Hace falta responder a eso? ¿No es evidente, o necesitas ejemplos?

Bueno, ya entendí —Arrugó la nariz, mostrandome levemente los colmillos— Nos fuimos de tema. Si es que siempre estuviste preocupado por tu vida, no lo demostraste. Y como es algo, supongo, sumamente importante, no puedo creer lo que me dices.

No vale la pena.

¿Vivir?

No eso. No vale la pena preocuparse por los días que me quedan con vida, prefiero disfrutarlos viviendo al máximo lo que me queda respirando —Levanté mi espalda del respaldo y Baji me soltó para que pudiera mirarlo a la cara como se debía— Debo aprovechar lo que me queda, no desperdiciarlo en ver si puedo prolongar mi vida, que es una gran pérdida de tiempo.

Entonces no te da miedo —Afirmó.

No me da miedo, no le temo a la muerte —Fruncí el ceño— Pero no quiero morir, no quiero dejar atrás todo lo que es importante para mi.

Your Demon, My Angel {Bajifuyu}Where stories live. Discover now