9

3K 557 375
                                    


Yoongi no era alguien que saliera mucho de la casa.
Si era necesario, iría a hacer las compras o sacaría a pasear a los perros.

No era un ermitaño, ni mucho menos tenía un miedo relacionado al exterior o a la gente.
Era otra cosa.

Era su lobo.

El lobo de Yoongi, un omega, era extremadamente especial y raro.
Provenía de dos padres omegas, quienes nacieron a su vez de padres omegas. Eso resultó en familia con pocas posibilidades de genes alfa. Lo que culminó en él.
En su sangre, no había ni una probabilidad de posibles descendentes alfas. Lo cual hacía la sangre de Yoongi pura, especial y rara.

El olor de estos extravagantes omegas, solía ser más dulce que el de otros, y más fuerte. A la vez que podía hacer desaparecer cualquier síntoma de dolor.

Estos omegas eran básicamente un remedio, y hasta se decía que su sangre podía curar enfermedades.
Pero eso seguramente era un mito.
Yoongi creía que debía ser un mito.

En fin, la razón de salir de casa, era justamente una enfermedad.
Con Taehyung enfermo en la casa, tuvo que salir a comprar remedios e ingredientes para algún tipo de sopa que lo pusiera mejor.

Las miradas sobre él, le incomodaban tremendamente.

El omega usaba la colonia de Taehyung, y algún que otro accesorio perteneciente al alfa, para que su olor se mezclara. Pero no siempre funcionaba. Pues había alfas con buen olfato, que terminaban persiguiéndolo.

Aún así, la marca de su cuello, ayudaba a espantar a los alfas que se hubieran atrevido a acercarse al omega.
Pues, una marca significaba que ya tenía un dueño, y no era normal que alguien se entrometiera en eso.
Aunque sí lo lamentaban, pues ese omega con piel de porcelana, largas y oscuras pestañas, cuerpo pequeño y delicado, y expresión tranquila, era algo que cualquier alfa quería poseer.

Yoongi detuvo su andar justo enfrente de su casa, al ver a dos personas discutiendo por lo bajo.
Parecía que estaban decidiendo algo, pero no logró escucharlos.

Se acercó lo que quedaba, tras ellos.
ㅡ Hola. ㅡ saludó, haciéndolos voltear.

Yoongi tenía su cabeza ligeramente hacia su costado, observándolos con esos ojos oscuros y suaves que tenía.
Vestido con un overol, parecía aún más pequeño de lo que era.

ㅡ ¿Necesitaban algo?

Jungkook respingó, volviendo en sí.
ㅡ Eh, sí, necesitamos-¿Usted vive aquí? ㅡ se interrumpió.

ㅡ Sí.

Namjoon rascó su cuello, un tanto nervioso por el olor que podía percibir del evidente omega, y prosiguió.
ㅡ Queríamos hablar con Kim Taehyung. ¿También vive aquí?

Yoongi los miró con recelo.
ㅡ Sí. ㅡ bajó las bolsas de compra y metió la mano en uno de los bolsillo de su overol.
ㅡ Pero no me gusta que los alfas ronden mi casa, así que será mejor que se alejen de la entrada.
Yo le diré a Taehyung que salga. Aunque últimamente ha estado algo enfermo, no sé si esté disponible.

Jungkook y Namjoon se dieron una mirada, y decidieron moverse un poco de la puerta.
Yoongi sacó las llaves de su bolsillo y tomó las bolsas de nuevo.

ㅡ Puedo ayudarte ㅡ ofreció Namjoon, pero el omega seguía viéndolo con cautela.

ㅡ No te me acerques. ㅡ nada más dijo.
Llegó a la puerta y bajó de nuevo las bolsas para abrir.

En ese momento, Jungkook vio la marca en el cuello del omega.
Cierto, la pareja de Taehyung.

ㅡ ¿Él se siente mal? ㅡ preguntó Jungkook ㅡ ¿Qué es lo que tiene?

Crónicas de un alfa embarazado Where stories live. Discover now