Capítulo 1

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Para Koutarou, descubrir que la magia existía había sido toda una revelación pero de repente todo había cobrado sentido. La primera vez que había notado el aire mutar alrededor de Akaashi, su mente no había sabido cómo explicarlo. Sus compañeros de equipo ni siquiera se habían dignado en intentar disimular su risa. Konoha podía pensar lo que quisiera, pero Koutarou sabía de sobra lo que eran las mariposas en el estómago. No era como si estar cerca de Akaashi no le cerrara el estómago y lo dejara en ese estado de aturdimiento en el que lo único que quería era poder estar con él cinco minutos más. Pero Koutarou estaba hablando de otra cosa. No entendía como nadie más podía darse cuenta cuando la sensación era casi física, casi como sentir el viento cortándole la cara un día de invierno o el sol quemándole la piel en lo peor del verano.

Tirado sobre la cama de Akaashi, Koutarou cotilleaba su teléfono móvil esperando la respuesta de su hermana Temari. La habitación de su mejor amigo exudaba un aire de calma y tranquilidad que Koutarou no había encontrado en ningún otro sitio. Durante meses, Koutarou había estado convencido de que la madre de Akaashi era una friki del Feng Shui y que todo era cosa del azul marino de las paredes, no de los hechizos grabados sobre el yeso.

Akaashi seguía con las narices metidas en sus apuntes. Koutarou no pudo evitar sonreír al leer el último mensaje que le había mandado su hermana Temari. No se veían desde que se había mudado a Nueva York, ya hacía más de cinco años. Era imposible no emocionarse cuando ese mismo fin de semana la iba a tener en casa. Casi parecía un milagro, pero tras mucho insistir, Temari al fin se había permitido tomarse una semana de vacaciones para desconectar de la locura que estaba siendo la MADE Fashion Week. Koutarou estaba decidido a abrazarla con todas sus fuerzas en cuanto su avión aterrizara en el aeropuerto de Narita.

El aire se perturbó en la habitación, como si se cargara con el zumbido de la electricidad en un generador. La euforia de Koutarou se fue apagando como una cerilla hasta quedar en una alegría sosegada.

–Akaashi, lo estás volviendo a hacer. –Koutarou suspiró a los primeros signos de la magia de su mejor amigo afectando sus emociones.

–Lo siento, Bokuto-san. –Akaashi se quedó congelado en la silla. El boli se le cayó de las manos rebotando en la madera del escritorio y rodando hasta el suelo–. Ha sido sin querer, pero me estaba distrayendo y no

–¡Hey! ¡No pasa nada! –Koutarou sonrió.

La magia de Akaashi sólo se descontrolaba cuando estaba nervioso. El exámen de química que tenía al día siguiente parecía estar llevándolo por el camino de la amargura. No era demasiado habitual que Akaashi usara sus poderes pero, en los nueve meses que hacía que se conocían, Koutarou los había sentido suficientes veces para reconocer la sensación bajo su piel.

Akaashi no había dejado de mirar la misma página en la última media hora. Estaba seguro que el rictus de sus labios era el preámbulo de una jaqueca.

–¿Por qué no lo dejas ya? –Koutarou se sentó en la cama con las piernas cruzadas–. Llevas estudiando toda la semana. Sólo estás volviendo a repasar lo que ya te sabes.

Akaashi lo miró como si lo que acababa de decir fuera absurdo antes de volver a clavar la mirada en sus apuntes. Koutarou suspiró y lo dejó tranquilo. Siempre era entretenido chafardear las estanterías de Akaashi. Su colección de libros era cuanto menos ecléctica. Koutarou estaba seguro que esa era la palabra correcta. Entre los nombres de los autores, había algunos asiáticos y otros occidentales. Akaashi no discriminaba por géneros. Tenía novelas, libros de ensayo, poesía, biografías y algunas obras de teatro, algunas grandes obras de la literatura clásica y tomos de sus mangas favoritos. Lo más curioso de sus estanterías eran sus libros de parapsicología. Koutarou no había podido evitar reír la primera vez que había leído títulos cómo "¿Hay vida después de la muerte?", "El poder curativo de los cristales" o "Dios viaja en una Harley". Sin duda, su favorito era "La enciclopedia del Mundo de las Hadas".

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