13. Bad Day

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SCOTT

Mi padre Hans está platicando con el doctor, ya es medianoche y eso significa que debería estar durmiendo para ir a la escuela, pero no, aquí estoy. No abandonaré a mi padre, ni siquiera a Izzy. El doctor dice algo que hace a mi papá ponerse mal, realmente mal. Yo trago saliva al verlo acercarse a mí con mucha lentitud, me levanto y él me abraza. Está sollozando con horror en mi hombro, me siento mal, despedazado. No quiero pensar que Izzy ha muerto. Ella sólo tiene seis años, le falta mucho por vivir. ¡Mejor que me muera yo y no una pequeñita tan inocente!

-Está muy mal -mi padre me ve con esa mirada gris que tanto le caracteriza- Scott, tú y ella son mi todo. Izzy está mal, según el doctor le queda poco tiempo de vida.

- ¿Qué tanto?

-No pasa de este año.

Mi corazón se rompió y mi pecho se oprimió. ¿Saben qué es lo peor? Sólo quedan tres meses de este año. A Izzy le quedan tres meses de vida. Sentí que el aire se me estaba escapando, entonces fue cuando solté el peor llanto de la humanidad. La gente que estaba cerca de mí me miraban, completamente extrañadas.

- ¡No papá! ¡Izzy debe vivir, no morir! -Con mi puño golpee la pared, no me dolió porque ya tenía demasiado dolor psicológico- Mi Izzy no...

Octubre, Noviembre y Diciembre serían los peores meses.

ALAN

Hoy no era mi día en definitiva, apenas y llevaba dos horas en la escuela y ya estaba deseando marcharme, como siempre. Me quedé pensando en mi tía y confieso que incluso me dio miedo dormir, pensé que si dormía ella entraría de alguna manera y abusaría de mí. Tengo casi dieciocho años, ¿acaso cree que no puedo defenderme? Esperé a que la campana del almuerzo sonara y me dirigí a la cafetería, con cara de muy pocos amigos. Saludé a Wayde (Curiosamente hemos comenzando una extraña amistad, él por ser novio de mi... ¿cuñada? O más bien, por ser novio de la hermana de la chica con la que salgo) y él me saludó de vuelta. Estaba muriéndome de sueño así que tomé una bebida energética de la máquina. Maya se sentó frente a mí con su bandeja, esta tenía una hamburguesa grasosa y papas fritas, junto a una gelatina de uva con una botella de agua. También había un refresco. Observé sus ojos verdes, su brazo extendió la hamburguesa y las papas fritas frente a mí.

-Teniendo un mal día, ¿Huh? -Está empezando a conocerme, eso lo aprecio- Unas papas fritas y mucho colesterol lo resolverán -me sonríe.

Yo simplemente no me siento bien.

- ¿Podrías... dejarme solo? -pregunté sin transmitir ninguna emoción. Y creo que esto lo tomó mal.

- ¿Perdón?

-Quiero mi espacio, Maya -solté. ¿Espacio? ¿Realmente quiero espacio? ¡Si pasarla con ella es genial- No siempre vas a estar a mi lado.

Ella frunció el ceño.

-No entiendo.

-No es necesario que lo hagas -ella seguía confundida, frunciendo el ceño y mirándome detalladamente.

-Sí que estás teniendo un mal día Alan pero no es necesario que lo descargues con las demás personas -dicho esto se levantó y miro su gelatina- Puedes quedártela -se giró. Ella se enfadó, yo estoy enfadado por la nada. ¡Ya parezco una chica en su período!

Miré cómo Maya se iba y extrañamente me sentí... mal. Como un tonto, este día realmente iba espantoso. He hecho a Maya enojarse por mi estupidez, mi bipolaridad. Me levanté de la banca sin antes haber tomado la hamburguesa y las papas fritas, caminando lejos de ahí. Lejos de la escuela. Nadie me necesitaba, ni siquiera Maya, porque la cagué. Me subí al auto y conduje hacia el primer parque, al parque más cercano de la escuela.

El club del suicidioWhere stories live. Discover now