Ahnelo - Capítulo 52

3.6K 456 396
                                    

Mantenía en mis brazos el cuerpo sin vida de Akkai en mi brazos, sentía como rápidamente el calor de su cuerpo se desvanecía al igual que aquella expresión tan alegre que poseía. No podía creer lo que había sucedido en tan solo unos segundos más sin embargo quería permanecer con el espadachín el mayor tiempo que pudiese, las lágrimas continuaban brotando de mis ojos sin parar y mi corazón gritaba por la reciente pérdida. Una fina lluvia comenzó a caer además de levantar una neblina ligera tornando el ambiente sumamente frío y transformando aquel amanecer en uno gris y desolado, pero mi cuerpo no se inmutaba ni un poco ignorando todo a mi alrededor.

- Akkai... P-Perdóname por ser una imbécil, no te odiaré por lo que hizo tu hermana... Al contrario, te consideraré como una persona muy especial que me salvó muchas veces. -

Murmuraba débilmente a la vez que acariciaba su rostro con delicadeza, mis palabras no se escuchaban ya que eran opacadas por las gotas de agua que caían. No sabía que iba a hacer ahora, mi cabeza estaba sumamente aturdida debido a que eran demasiadas cosas que procesar: La muerte de Akkai, el hecho que mencioné a Douma con aquel demonio... No sabía que podría ocasionar por mi imprudencia y solo dejé ir un suspiro pensando que si aquella luna superior volvería a buscarme ahora que el sol se había ocultado.

- Douma... Por favor ven por mi. Te extraño, extraño a mi hermano, quiero volver.... -

Rogué susurrando esperando ilusionada que él me cubriera de la lluvia con su capa como lo hizo aquella ocasión, necesitaba tenerlo a mi lado. Sin embargo, comencé a escuchar el sonido de pasos a la distancia que poco a poco se aproximaban a mi dirección iluminando mi mirada y me giré hacía donde se originaba aquel ruido.

¿¡D-Douma?!

Miraba entre la delgada neblina forzándome a ver de dónde provenían aquellos pasos y noté que era una multitud que poco a poco crecía a mi alrededor, esta murmuraba mientras se agrupaban a mi alrededor y nuevamente abracé a Akkai con fuerza tratando de averiguar cuales eran las intenciones de aquellas personas. Noté que en sus miradas había desprecio y asco más no entendía cual era la razón de aquellos ojos de acusación.

¿Q-Qué quieren estas personas?...

Pensaba hasta que noté como un señor de avanzada edad daba unos pasos hacía delante, portaba ropas de color blanco haciéndome suponer que era alguien de la alta sociedad, su mirada era sombría como su tuviera la culpa de algo y tan solo me limité a tragar saliva.

- Tú y ése muchacho, atrajeron a ese monstruo que hemos mantenido lejos desde hace años. -

Me acusó con amargura y mis ojos se entornaron al escuchar aquellas palabras sin fundamentos para luego negarlo rotundamente.

- Pero... ¡Aquel demonio nos atacó sin provocación, ni siquiera sabía de su existencia! -

Escuche que el hombre se indignaba por mis palabras y se acercó hasta estar enfrente de mi, sujetó mi ropa suspendiendome en el aire mientras trataba de soltarme. Me percaté que otras dos personas se acercaban al cuerpo de Akkai para llevárselo.

- ¡S-Suélteme! ¡El demonio nos atacó sin que supiéramos que estaba aquí, Akkai dió su vida para proteger este pueblo! -

- ¡Cállate! ¡Llevénselo a una fosa y quémenlo! Ojalá que no esté maldito. -

Miraba como comenzaban a arrastrar su cuerpo maltratándolo, no quería que tuviera aquel trato lo último que quedaba de él, miré al señor que me sostenía con ira y rompí mi ropa soltándome, corrí rápidamente en la dirección del cuerpo del cazador y lo tomé posicionándolo en mi espalda, apenas podía mantenerme de pie pero no dejaría que lo tocaran.

𝐿𝑜𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝐻𝑖𝑒𝑙𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora