9: a drink, for the horror that I'm in and for the monsters that I've been.

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Tres días después, Stephan y Harry se encontraban caminando por los pasillos del hospital

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Tres días después, Stephan y Harry se encontraban caminando por los pasillos del hospital. El rubio observaba los cuartos, soltó un bufido por los nervios y la ansiedad que lo carcomía. En sus manos llevaba un ramo de rosas blancas, las flores favoritas de Louis y miró a Harry de reojo.

Quería confiar que el rizado tenía razón, que Louis lo esperaría con los brazos abiertos y que hablaran como si nunca lo hubiera alejado, pero con los pasos que daban hasta llegar al cuarto de su amigo, solo lo hacían retractarse de lo que estaba haciendo.

Habían pasado casi dos años en donde no visitaba a Louis luego de la discusión que tuvo con Louis gritándole en súplicas de que dejara de pagarle el tratamiento y dejarlo morir en el hospital. Se sentía mal por estar pagando tanto dinero que sabía que nunca podría devolver, pero todo eso no le importaba a Stephan, seguía pagando cada mes para que su mejor amigo pudiera seguir viviendo con la esperanza de que saliera adelante y pudiera superar su enfermedad.

Pero cuando Harry fue a verlo en su trabajo luego de ver a Louis, le había contado toda la situación de su amigo. Lágrimas y gritos salían del rubio cuando el rizado le contaba la situación de su amigo. La culpa cayó rápidamente a su amigo, aún sin ser el culpable de todo.

Miró a Harry totalmente nervioso, estaba seguro que lo dejaría solo en el hospital y que lo esperaría afuera si Louis no quería verlo, lo entendería.

―¿Y si no quiere verme? Estoy seguro que me echará de su habitación. A veces puede ser muy terco.

Harry negó mientras dejaba de caminar y lo tomó del hombro, haciendo que Stephan lo mirara.

―Claro que no, Stephan. Estoy seguro que no te echará de su cuarto. Ya me ha pasado lo mismo que tú piensas ―dijo mirando a otro lado, donde se encontraba el cuarto de Louis y asintió levemente. ―Sí, me ha gritado, pero estoy seguro que se pondrá feliz de verte, o al menos un poco. ―Harry miró a Stephan, no pudo evitar ver sus ojos reflejando sus nervios y la culpa por no verlo en los últimos años. Resopló y levantó sus hombros. ―A pesar de todo, sigues siendo su mejor amigo y has hecho mucho por él. Lo menos que Louis puede hacer es dejar que lo veas.

Stephan miró las rosas y asintió un poco, lo vería luego de mucho tiempo y pensaba en las probabilidades de la reacción de su amigo al otro lado de su cuarto. Le gritaría, sería seco con él cuando Stephan le hable o simplemente tomaría las rosas y lo echaría de su cuarto.

Pero haría lo posible para verlo, lo extrañaba mucho. Le hacía falta tenerlo a su lado y hablar de todo y a la vez de nada, Louis era como su hermano y Stephan no se rendiría, no ahora de saber que son días que le quedaba a su amigo con vida. Un nudo en su garganta se formó en él, recordando que era poco tiempo que le quedaba a su amigo. Pasó saliva y asintió.

―Está bien, lo haré ―dijo el rubio.

¿Cuál era la probabilidad de que Louis supiera que él estaba en el hospital? Harry miró a Stephan y sonrió un poco.

my famous last words (welcome to the black parade, little boy) | l.s [✓]Where stories live. Discover now