Anne with an e 4 [En edición]

Superar

Todos pensarían que Anne caería en una profunda depresión por la muerte de Joyce y a los pocos meses la de Matthew.

Me gustaría decir que no fue así porque había aceptado que ambos habían pasado a mejor vida o algo así, pero la realidad estaba algo alejada.

No, no había caído en depresión, pero tampoco estaba bien, como solía decir.

Su vida se resume en trabajo, un rato con Gilbert, comer y dormir.

Una rutina que no dejaba mucha amplitud para la imaginación, pero le ayudaba a no pensar en aquél doloroso tema.

O al menos eso quería pensar.

El tema le atormentaba de vez en cuando, había ocasiones en las que lloraba en silencio cuando sus alumnos estaban en la hora de descanso. Otras veces lloraba cuando Gilbert aún no llegaba a casa. Incluso, había veces en las que lloraba a mitad del bosque para que nadie pudiera verla.

Marilla, ella se sentía demasiado sola sin la presencia de Matthew, sentía que se había quedado sin nadie en el mundo.

Pero el tiempo le enseñó a que ella misma debe curar sus heridas, así que, cada día intentaba cubrir la ausencia de su hermano.

Ella misma decidió pedirle a Jerry que se mudara con ella, así él no tendría que recorrer un largo camino cada día y así Marilla no se sentiría tan sola.

Jerry aceptó vivir con Marilla, le preocupaba que se sintiera mal, además, le beneficiaba bastante el vivir con ella.

Gilbert se veía fuerte ante Anne, me decía palabras reconfortantes, la escuchaba atentamente cada que hablaba de cualquier tema.

Pero vamos, acaba de perder a su hija y a un hombre en el que veía una segunda figura paterna. Claramente todo le afectó de igual forma que a Anne.

En casa se mostraba normal, no cambiaba su actitud con Anne o con los pacientes, pero cuando estaba solo en el consultorio lloraba cubriendo su cara con sus manos intentando no hacer ruido.

En el camino se regreso recordaba las amabilidades del señor Cuthbert hacia él.

Pero lo que más le rompía, era recordar aquello que imaginaba al lado de su hija y esposa, eran muchas emociones que le afectaban a su salud emocional.

Diana conocía a la perfección a su mejor amiga, sabía que Anne no estaba tan bien como decía estarlo, así que la visitaba lo más que podía.

Las cosas con el padre de Diana seguían estancadas, se negaba a aceptar la relación de su hija, decía que era un simple capricho que duraría poco tiempo.

Volviendo al tema de Anne, Diana la visitaba cada tercer día, no quería que la pelirroja se sintiera sola o algo parecido.

Anne le insistían que estaba bien, pero sus ojos la delataban, sus ojos pedían a fritos ayuda. La pelinegra estaba dispuesta a darle la ayuda que necesitaba, pero lo haría cuando su amiga estuviese lista, no quería apresurar sus tiempos.

Por su lado, Cole planeaba engañar a su amiga pelirroja.

La hermana del joven Thomas era psicóloga, estaba casi segura de que Anne y Gilbert escondían sus sentimientos para no preocupar a los demás, se lo dijo a Cole, y Cole estaba haciendo un plan para llevarlos a una cita con aquella chica.

Thomas le ayudaba a planear los detalles, para asegurarse de que todo saldría bien, Cole aceptaba gustoso su ayuda.

María, Henry y Math hacían visitas cada semana a la pareja, querían asegurarse que no estuvieran tan mal.

Anne y Gilbert podían engañar a muchos con su falsa tranquilidad, pero no a sus amigos, ellos los conocían como a la palma de su mano.

Todos buscaban ayudar a la pareja, pero ellos no permitan que los vieran débiles, ni siquiera Anne se permita llorar frente a Gilbert, y Gilbert no se permitía llorar frente a Anne.

Si nos remontamos cuando tenían 15 años, todos dirían que es por orgullo, pero ahora, el orgullo es algo que desaparece en cuanto se ven.
No se permiten llorar frente al otro para darse fortaleza entre sí, o al menos eso querían disimular.
Ninguno estaba en condiciones para darle apoyo al otro, no cuando ambos lo necesitan.

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Este igual está algo corto, pero prometo que el siguiente ya será más largo.

¿Alguna duda?

Hasta aquí mi reporte, Joaquín.

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