Milex [OS]

Cuando se conocieron

El momento en que Alex y Miles se conocieron fue hace muchísimos años, en una pijamada. En ese entonces eran tan solo adolescentes, buscando aquello que en el presente describirían como alma gemela. Después de todos estos años, se divierten contando esta historia, omitiendo, claro está, ciertas partes.

Fue una tarde cálida en la que Miles llegó a la casa de Matt, uno de sus mejores amigos. Nick y Jamie ya estaban allí, le habían avisado al tímido Miles que un amigo suyo de otro instituto iría también. A decir verdad, no estaba nervioso, hasta el momento en que mientras discutían qué música poner, la pálida y grácil figura de ese chico nuevo entró caminando con confianza a la habitación de Matt. Abrió la puerta sonriendo de lado, y saludó amablemente a los otros chicos. Alex explicaría tiempo después que pudo notar la perplejidad de Miles, quien no pudo evitar quedarse mirándolo unos segundos.

Miles reaccionó al oír la risa del pelinegro, y regañándose internamente se presentó.

A los minutos ya conversaban como si se conocieran de toda la vida. Los cinco chicos reían y hablaban de cualquier cosa, animados. Se quedaron en silencio, todavía sonriendo por sus ocurrencias, cuando la madre de Matt entró a la habitación para avisar que ella y su esposo se estarían yendo a una cena de trabajo, confiando en que su dulce y tierno Matt cuidaría la casa y evitaría cualquier desastre.

En cuanto oyeron la puerta cerrarse, gritaron y festejaron que la supervisión se había marchado. Ese tierno Matt que sus padres conocían había escondido debajo de su cama varias botellas, y no precisamente de refresco. Jamie sonrió mientras sacaba de su bolso varias latas de cerveza, y todos rieron maliciosamente.

"Tengo que ir al baño" dijo Nick, levantándose de la cama. En el camino pateó a Matt en la cabeza, quien le devolvió el gesto metiendo su pie en frente de él cuando quiso caminar. Alex soltó una risita al ver a Nick casi cayendo. Achinó los ojos y mostró los dientes, y Miles lo observó disimuladamente.

La noche había avanzado y ya estaban un poco mareados. Podían actuar como adultos y disfrutar de esa situación, pero seguían teniendo dieciséis años y realmente no conocían ese mundo. A las tres de la mañana, Nicholas estaba sentado en una esquina de la habitación comiendo algunas cosas que había robado de la cocina y Jamie estaba completamente dormido en el suelo. Miles estaba recostado en la cama apoyando su espalda contra la pared, parloteando con Matt que se encontraba con la cabeza en su regazo.

Alex, que conversaba con Nick mientras le robaba comida, no pudo evitar pensar que le gustaría estar en el lugar de Matt. Había conocido a Miles esa misma tarde, pero por lo que habían hablado eran bastante parecidos. Había descubierto que adoraba esa risa alocada que tenía Miles, la forma en que se relamía los labios a veces y su actitud tan amable y tierna. En una larga conversación que mantuvieron cerca de la medianoche, en la que Miles nombró los grupos de rock que le gustaban con esa pasión, decidió que le gustaba. En cuanto a Miles, casi sin saberlo le había ocurrido lo mismo que al pelinegro, sólo que era mucho más tímido. Podría no parecerlo cuando encontraba tema de conversación con cualquiera o hacía estupideces para hacer reír a sus amigos, pero algo en Alex lo ponía nervioso. Quizá sería ese aspecto de músico que tenía, o ese cabello negro que le llegaba a los hombros, o la forma en que sus ojitos cafés brillaban al reír, realmente no lo sabía. Sólo podía sentir esa atracción que no recordaba sentir por nadie.

Matt conocía a sus dos amigos y notaba que algo sucedía. Veía las miradas cómplices que se compartían, las risas nerviosas y tímidas de Miles y como siempre estaban buscando acercarse. Le alegraba la situación. Conocía a ambos e incluso antes de hacer que se conocieran sabía que se llevarían bien, pero esto, a decir verdad, era una sorpresa.