Capítulo Veinte

1.8K 208 34
                                    


NARRA THEO

Giré un poco mi cabeza para poder mirarlo a los ojos, ninguno podía parar de reír, era algo inexplicablemente hermoso, al menos para mí. Mientras comenzaba a recuperar el aire perdido por la carrera me dediqué a mirar al menor mientras sentí como mi corazón comenzaba a latir cada vez más rápido, si seguía así se iba a terminar saliéndose de mi pecho en cualquier momento. Sin darme cuenta empecé a estirar mi mano suavemente hacia él que había volteado a verme, acaricié su mejilla con delicadeza  cuando una sonrisa se instaló en mi rostro.

-¿Por qué hiciste eso?... -Pregunté en un susurro suave apreciando su belleza.

-Porque no quiero que te rindas... Si en verdad te gusto, oblígame a creerte... -Murmuró con una sonrisa.

-¿Cómo?... -No quería volver a ilusionarme pero ese chico en tan poco tiempo se había convertido en mi mayor debilidad.

-Sé que encontrarás la forma... Confío en ti... 

Aquellas palabras fueron suficientes para mí, no pude contener mis impulsos y lo besé sin importar nada. Levanté mi torso de la cama girándome hacia él sosteniéndome con mi codo, me incliné un poco y junté nuestros labios, el rubio correspondió mi beso sin problema, era un beso dulce y tierno en donde nos estábamos diciendo todo sin utilizar palabras, ellas sobraban en ese momento. Ambos sonreímos en medio de él, se sentía tan real, él era mi ancla a tierra, lo que me incentivaba a ser mejor persona, él era mi razón de ser y existir sin saberlo. Ahora todo cobraba sentido poco a poco en mi cabeza, la razón por la que siempre lo perseguía, por la que cada discusión que teníamos me dejaba un sabor amargo en la boca, por la que cada vez que lo veía me sentía feliz, desde hacía tiempo que estaba enamorado de ese chico y no lo sabía... Porque sí, estaba perdidamente enamorado de ese tonto y molesto rubio que ponía todo mi mundo de cabeza. No entiendo como pasó tan rápido, quizás ya lo sabía desde antes pero no quería aceptarlo, tal vez, y sólo tal vez, yo me enamoré de él la primera vez que discutimos en el pasillo hace exactamente dos años y por eso lo recordaba tan bien...

Iba caminando caminando por los pasillos de la escuela, estaba buscando a mis amigos ya que, por haber llegado tarde, ellos ya debían estar en sus casilleros. Estaba tan metido en mi mundo que no presté atención y sin querer choqué a un chico que iba con sus libros haciéndolo caer al suelo. Bajé la mirada encontrándome con unos brillantes ojos celestes mirándome con enojo.

-Lo lamento... ¿Estás bien?. -Pregunté estirándole la mano con una pequeña sonrisa.

-Claro que no lo estoy, ¿A caso no ves por dónde vas?. -Preguntó con enojo apartando mi mano para arrodillarse y comenzar a juntar sus libros.

-¿Disculpa?. -Indagué confundido por su reacción tan agresiva hacia mí.

-¿Eres sordo o un idiota?. Aunque de lo segundo ya tengo respuesta... -Gruñó bajo sin siquiera mirarme.

-¿Sabes quién soy?. -Cuestioné orgulloso, con mi gran reputación no podía no saber quien era, me arrodillé para ayudarlo con sus libros.

-¿Debería?. -Retrucó con una sonrisa.

-Todos aquí me conocen. ¿Eres nuevo?. -Una vez que terminé de ayudarlo me levanté mirándolo con una sonrisa.

-De hecho sí, lo soy. Pero también conozco tu reputación, Raeken. -Soltó molesto mientras se levantaba.

-Bueno, entones al menos... ¿Puedo saber tu nombre?. -Algo en él me había llamado la atención desde el principio.

-Liam. Liam Dunbar. -Contestó cortante mirándome a los ojos.

-Theo... -Murmuré hipnotizado por sus ojos.

-Bien, ¿Ya puedes darme mis libros?. No tengo ganas de seguir hablando contigo. -Aseguró demostrándome la clara molestia que le generaba mi presencia.

-Oye tranquilo, ¿No quieres hablar un poco?. Digo, no conoces a alguien y simplemente lo tratas mal sin motivo. -Dije con una pequeña sonrisa.

-No me interesa hablar contigo ni saber nada de ti, ¿Bien?. No soy tu conquista, ya me advirtieron de ti. -Bufó bajo fulminándome con esos preciosos ojos.

-Tienes unos ojos muy bonitos... -Murmuré sin intención de decirlo.- Lo... Lo lamento tanto... Yo no quise...

-Olvídalo. Sólo dame mis libros para que pueda irme. -Contestó con evidente enfado.

-¿Por qué te caigo mal? Ni siquiera me conoces... -Murmuré confundido.

-Porque conozco a los idiotas como tú, en mi anterior escuela también había uno como tú. Ya tuve problemas una vez y créeme que no tendré otro por tú culpa. -Aseguró intentando quitarme sus libros pero rápidamente los aparté de él.

-Al menos intenta conocerme un poco... Soy guapo, tú igual, deberías juntarte conmigo porque créeme que no quieres ser mi enemigo. Y a éste punto, con éste inicio, tienes dos opciones... O eres mi amigo o mi enemigo. -Dije con una sonrisa cínica en el rostro, no sabía tolerar bien el rechazo, y menos viniendo de un chico tan lindo.

-Bien... Enemigo. 

Contestó arrebatándome los libros de la mano y empujándome hacia un lado de su camino para poder irse. Yo me quedé allí, estático, viendo como el chico más lindo que había visto en toda mi vida se alejaba de mí sin mirar atrás. Desde ese día no pude sacar a ese chico de la cabeza.

Nos separamos del beso por falta de aire, me quedé mirándolo unos instantes, él era precioso. Sonreí dulcemente acariciando su mejilla hasta que una llamada me sacó del trance, me estiré un poco sobre el menor llegando hasta mi teléfono para atender mientras volvía a mi lugar mirando al pequeño directamente a los ojos.

-Hola?

-¡Theo! Escucha, tengo que decirte algo importante.

-Scotty, ¿Qué pasa? Estoy algo ocupado ahora... ¿No podías esperar?

-¿Ocupado a las ocho de la noche?. Eso es nuevo en ti, creí que a las seis se terminaba la diversión.

-No es lo que... ¿Ocho? ¿Ya son las ocho?. -Pregunté sorprendido mirando al menor.

-¿Qué pasa, idiota? ¿Estás bien?

-Sí, sí, estoy bien... Es sólo que estoy con Liam haciendo el trabajo y se nos pasó el tiempo...

-Yo que tú lo saco ahora de la casa si no quieres que tus padres lo vean... ¿O quieres que lo vean?

-¿No tenías algo importante que decirme?. -Indagué cambiando de tema.

-De hecho sí, tu amigo rubio vino a verme ésta mañana...

-¿Qué hiciste o dijiste? ¿Le coqueteaste? Juro que si lo hiciste te voy a...

-Cálmate, tonto. No le hice nada y tampoco le coqueteé. Me dio una nota para ti.

-¿Una nota? ¿La leíste?.

-No, ¿Quieres que te la lea?.

-Claro que no. Mañana me la das... Ah, ¿Scott?

-Dime.

-No toques a mi chico o romperé cada hueso de tu cuerpo, ¿Entiendes eso?

-Tranquilo cachorro enamorado, no me meteré con el primer chico... Bueno, con la primera persona que realmente te importa. Bien, te dejo tranquilo así resuelves el como sacar al niño bonito de tu casa. 

-Ya veré que hago. Adiós Scotty.

-Adiós Ray. 


Amor a primera pelea ||THIAM||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora