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Buscar entre aquellas calles el local de su amigo fue lago fácil, lo difícil era el caminar.

Por qué lo había citado?

Fácil, la motocicleta que le pertenecia a takemichi estaba al cuidado e Draken, quien ahora le había hablado solo para que fuera por ella y revisar si no estaba con alguna cosa fuera de lugar.
Darían algún avuelta, en la ciudad de kanto.

Sin rumbo, tan solo conducía mientras escuchaba a su amigo.

Sabes takemichi es bueno saber que tu aún sigues con toman, yo estoy dentro de otra pandilla - soltod Draken

Que? - pregunto takemichi con sorpresa

Saber aquello era sorprendente. Draken el dragón, se había unido a otra pandilla que no fuera la gran Tokyo Manji.

Pero tal vez el tenía sus razones como takemichi el cual al menos hasta ahora no les diría nada sobre aquello, tan solo lo ocultaria hasta que el momento llegara.

Los secretos que ocultaba takemichi eran demasiados tal vez en algún momento llegué el momento de contar aquello.
Sabiendo demasiado de aquellos sucesos, mirar el futuro en el cual habían sido condenados, desde aquel momento.

Sin poder dejar de lado al Sano, queriendo reunirse nuevamente con el, pero en diferentes escenarios y diferente apariencia.

Tan solo verlo decaído, y con aquella oscura y fría mirada. Tan vacía, que si le mirabas demasiado, la oscuridad de sus ojos te consumía por completo.

Eran diferentes y lo admitía.

Los ojos de manjiro eran de color negro, aquellos oscuros ojos que si los mirabas fijamente te llevaba y te consumía por su profunda oscuridad. Tan solo era un oscuro y frío vacío.

Mintras que los ojos de Takemichi, eran de color azul, aquellos claros ojos que si los mirabas fijnete, podías notar como tenían un parecido en el cielo y el mar, las olas del mar calmaba tu dolor y el cielo azulado te permitía estas en paz. Tan solo con mirar aquellos dulces y claros ojos, te llevaban a otro mundo tan cálido y hermoso.












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Brahman [ブラフマン] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora