Capítulo 28

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Poco a poco se estaba oscureciendo, y las luces de la ciudad se encendían para iluminar a aquellos animales que utilizaban la noche para vivir, sea trabajo, diversión, o alguna otra actividad. Las nubes aun en la oscuridad eran notorias, pues no se lograban ver las estrellas en el cielo ni la luna, la cual era tapada por la densa niebla que empezaba a formarse.

Al terminar de comer lo que había en la canasta, la gata estaba recostada en el mantel viendo al cielo. No estaba realmente colocando atención, simplemente estaba metida en sus pensamientos. Aquellos que le decían que al fin había encontrado a alguien bueno, a alguien que realmente valía la pena. Y pensaba en cómo decirle lo que siente, o incluso en como se lo tomarían sus padres. Aquello último le preocupaba un poco. A su madre posiblemente le agrade, pues Mark era un hombre educado sobre todo. Pero a su padre quizás no tanto, pues no era alguien con una vida ya arreglada como ella. Su padre siempre se ha preocupado por darle una vida cómoda, y sabiendo como es conocía perfectamente que también pensaba en presentarle algún hijo de sus amigos adinerados o alguien con un gran puesto en su banco.

Pero ahora, ella estaba enamorada. Sí, ahora lo afirmaba y su mente lo confirmaba con cada pensamiento. Ella, Kyra Paws se había enamorado de aquel guapo tigre que tenía a su lado.

De manera instintiva voltea a verlo, notando que el felino estaba también viendo al cielo. Pero su expresión estaba un poco más nostálgica. Y no era para menos, pues sabia que después del recuerdo de su madre se sentía un poco deprimido. Cosa por la cual la gata se echaba la culpa.

Con suavidad movió su mano lentamente hasta que tomó la pata de Mark y la agarra suavemente. Quería darle su apoyo y comprensión.

El felino se nota algo asombrado al sentir la mano de su compañera en ese momento, volteando a verla. Ver aquella suave sonrisa de Kyra le hizo sentir una cálida sensación en su pecho. Una sensación que le tranquilizaba y hacia olvidar su nostalgia, concentrándose en el ahora.

Con lentitud el chico voltea parte de su cuerpo, quedando de costado para verla directamente y seguir hablando.

La conversación pasó a sus planes a futuro, como se veían en algunos años después de acabar sus respectivas carreras. Eso ayudaba a distraer al tigre del recuerdo del pasado que tanto le deprimia. Volvió a ser aquel felino explosivo, alegre, y educado que Kyra conocía. Al menos conocía esa faceta de él.

Empezaba a hacer mucho frío, pues el viento se hizo presente en la ciudad bajando aún más la temperatura.

La gata se levanta para doblar el mantel. Se hacía tarde y debía volver a su casa. Sin mencionar que el frío empezaba hacerle un poco de efecto y su cuerpo temblaba buscaba activarse un poco y darse su propio calor corporal.

Mark al notarlo no lo duda y se quita la chaqueta para cubrirla. Un gesto de caballerosidad que Jazmín le había recomendado si pasaba.

Obviamente Kyra agradece tal gesto dándole un suave beso en la mejilla y una cálida sonrisa cariñosa.

Ambos caminaban con calma, tomando sus manos con rumbo a la salida del parque. Lo único que los acompañaba era el sonido del viento y las hojas cayendo de los árboles o siendo arrastradas. No había muchas otras personas al rededor, pues era una hora casi muerta para el parque. Los niños ya iban a sus casas a descansar. Los adultos salían cansados de sus trabajos por lo que el parque sólo era una opción si debían caminar por ahí para llegar a su destino. Pero esto daba un ambiente tranquilo, una sensación de calma que normalmente la ciudad no posee.

Ambos felinos disfrutaban del momento, estando en silencio y siguiendo con una caminata bastante lenta, pues ninguno de los dos quería quería esto terminara.

El besoWhere stories live. Discover now