11

8K 815 178
                                    

Lo siento

El sol de medio día daba un calor insoportable, tanta que segundos después de que la castaña al salir de aquel baño frío, ya se encontraba sudando. La noche anterior se terminó durmiendo mientras que hablaba con Satoru de cualquier cosa. Era medio día y aún no desayunaba ya que el albino dijo que se encargaría de hacer la comida, como la mayoría del tiempo lo hacía.

Camino descalza por el pasillo hasta llegar al cuarto del peli blanco, ni siquiera tocó la puerta para entrar, simplemente tiro una patada haciendo un estruendo.

--¡Buenos días estrellitas, la tierra les dice hola! -- dijo a todo pulmón mientras se acercaba a las cortinas para abrirlas rápidamente.

--¡Gsssss!-- escucho a sus espaldas y miro hacia la cama, según Satoru estaba haciendo como un vampiro mientras se volvía a cubrir con la sabana blanca, muy fácilmente la piel y el cabello de este se podrían camuflar en esa cama, de no ser por la pijama oscura que él traía puesta.

--Vamos Satoru, aprovecha este día, ya mañana tendrás que volver a dar clases -- tiro de la sabana repetidas ocasiones para quitársela de encima, pero a pesar de estar medio dormido el albino tenía más fuerza. Sin previo aviso cuando ella estaba sujetando fuertemente aquel pedazo de tela, Satoru tiro más fuerte y se trajo consigo a la castaña --¡Satoru! -- grito al sentir como el contrario se colocaba arriba de ella y la dejaba sin escapatoria, todo estaría normal y ella no se sentiría incomoda, de no ser porque sintió algo rozar su pierna.

Ella no era tonta, sabía perfectamente que se trataba del amiguito de Satoru.

--Cinco minutos más -- restrego su cabeza en medio del cuello de la chica, la cual estaba realmente tensa por lo que estaba sucediendo.

No es que fuera la primera vez que se da cuenta que el contrario, por así decirlo, es hombre y tiene partes diferentes del cuerpo comparado al de ella. En más de una ocasión su vista viajaba por el cuerpo de él pero ella lo disimulaba muy bien, en varias situaciones miró como se le marcaba el miembro, más cuando usaba esos típicos pantalones flojos de estar en casa y estos eran de un color gris claro, ufff, siempre de manera inconsciente se mordía el labio, ya que sin estar duro se podía ver que era de buena proporción, lo cual era lo que estaba sucediendo en ese momento. Pero el tenerlo cerca de ella la ponía más nerviosa.

Intentó empujar al chico pero este la apretó más y subió una de sus piernas encima de ella, su miembro estaba más pegado a ella, eso sin duda. La castaña sufría internamente ya que se calentaba más rápido que el ramen instantáneo. Contó hasta diez para calmarse, su pecho estaba moviéndose un poco rápido.

--Satoru, de verdad ocupo que te quites --el nombrado gruñó molesto, estaba fuera de sí por la ensoñación --Me estas llenando el cuello de saliba -- y claro que no mentía, sentía como ese líquido tibio bajaba lentamente.

Desganado levantó su cabeza y la miró con su entrecejo fruncido, todo su cabello estaba despeinado pero de igual manera tenía un aire sensual, o sólo era ella que ya estaba delirando por la calentura que empezaba a crecer. Gojo miró mi cuello y se acercó con la intención de quitar ese rastro de saliba, lo hubiera agradecido, de no ser que intentará limpiar con su lengua, sentir el caliente aliento y su lengua solo logró una cosa.

--Mmm~-- todo el cuerpo de ella sentía escalofríos y sin evitarlo ese ruido salió de su garganta mientras sujetaba la melena blanca.

Satoru se paralizó por un momento, su respiración se detuvo, hasta logró despertar de un momento a otro, todo de él estaba quieto, todo excepto una cosa y es que los dos lo sintieron, con sólo ese ruido de la chica ya el amiguito estaba más duro que una roca.

Las piernas de ella se sintieron débiles y un cosquilleo invadió todo su ser hasta posarse en su feminidad. Sus ojos se llenaron de deseo, deseo el cual Satoru ni se entero, ya que estaba aún en el cuello de la chica.

Por primera vez en la vida Satoru no sabía que hacer, siempre le hacía caso a sus instintos y no negaba que en esta ocasión quería hacerlo también, pero se trataba de ella. La cual ponía su mundo de cabeza, quería que ella le diera una señal sí le permitía seguir, no quería comportarse como un idiota y terminar haciendo algo que no quería.

Un tirón leve en su cabello lo sacó de su trance, por fin empezó a respirar un poco mejor, está vez el tirón en su cabello parecía como súplica, aunque eso sonara tonto el albino lo sintió así.

Volvió a lamer y sucedió lo mismo, los sonidos de esa chica lo iban a volver más loco, mordió levemente y subciono dejando así una leve marca. Yamamoto movio un poco su pierna, apretando y rozando el miembro de Gojo, el cual gimió entre dientes, cerca del oído de ella.

El sonido del teléfono de la chica logró que ambos pegaran un brinco.

_____ dio una vuela, logrando estar encima de Satoru y así sacó el teléfono de su bolsillo trasero, seguido de esto contestó la llamada y se sentó arriba del amigo. El albino estaba en un sueño, miraba atentamente a la contraria, su cabello estaba un poco húmedo lo cual algunos mechones se pegaban en su rostro, el cual tenía las mejillas levemente sonrojadas y por último miró sus ojos, los cuales estaban cubiertos de deseo y placer ocasionado un leve escalofrío en Gojo.

--¿Hola?... Ah hola Nao... Sí en unas horas estaré allí... -- lentamente la mano de _____, la cual estaba desocupada, empezó a jugar con el borde de la camisa de Gojo, hasta que finalmente su mano ya estaba tocando aquella v la cual tenía un leve camino de bellos blancos, deseando ver más allá --¿Cómo qué cambiaron horas?... ¿Por qué más temprano?... -- se escuchaba un tanto molesta, pero de igual forma su mano aún seguía tocando el cuerpo del chico, moviéndose de arriba hacia bajo de manera tortuosa para él, sentía nervios y sus manos temblaban lentamente --Bien, en unos momentos estaré allí -- las grandes manos de Satoru se colocaron en los muslos de Yamamoto, la cual tenía un vestido negro y flojo, más que todo por comodidad y el fuerte calor que ese día hacía, y esta aumentaba cuando ya se encontraba en una situación así. Levemente los muslos de la chica fueron apretados y en reacción a esto ella comenzó a mover su cadera, donde la friccion de telas se hizo presente, pero también el roce de sus intimidades las cuales pedían a gritos atención --¡¿Cómo que ya estas abajo?!... Bien ya voy, adiós -- un bufido de enojo salió de la nariz de la chica, quería quedarse un rato más pero el destino no estaba a su favor --Lo siento Satoru -- detuvo sus movimientos y el contrario simplemente le presto atención --Tengo algo planeado hace algunas semanas y aunque quisiera cancelarlo no puedo --

--Tranquila --sonrió de manera comprensiva, pero por dentro todo su ser le pedía que no permitiera que se fuera --Yo estaré bien-- se sentó aún con ella en sus piernas y dejó un casto beso en su mejilla. Ambos se despidieron un poco desganados y ella se encaminó a la salida, el chico escucho como la puerta principal fue cerrada.

Se levanto de la cama con la intención de tomar un baño y allí calmar su problema, pero sus piernas temblaron un poco, más que todo por las ansias, deseo y nervios acumulados.

De una u otra forma le gustaba pero detestaba la manera en la cual ella lo hacía sentir, pero no negaba que le gustaba, ese iba ganando más que el otro.

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
𝓜𝓪𝓽𝓻𝓲𝓶𝓸𝓷𝓲𝓸 ¿𝓕𝓸𝓻𝔃𝓪𝓭𝓸?  Where stories live. Discover now