RECUERDOS

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Un joven de 15 años despertaba por los gritos y golpes de su tía en la puerta.

— ¡Holgazán! ¡Levántate ahora y prepara el desayuno!

A decir verdad agradecía que lo hubiera despertado. Últimamente solo tenía pesadillas, y todas las protagonizaba Cedric Diggory. Era lindo volver a verlo al menos en sus sueños... Pero no era lindo ver su muerte una y otra vez noche a noche.

El joven se levantó con pesadez, se puso sus anteojos y se vistió. No se molestó en bañarse y fue a la cocina, dónde su tío lo llamaba holgazán y su tía le gritoneaba tareas que tenía que realizar ese día y su primo lo molestaba. A decir verdad no los escuchaba. Era su primer día de vacaciones y era más un día de tareas forzadas. Y así serían sus vacaciones, lo único distinto sería que no se sentía él. Se sentía fuera de si desde que murió Cedric, observaba todo pasar a su alrededor como en cámara lenta, como si solo su cuerpo estuviera ahí pero su alma no. Su alma parecía seguir en el año anterior, cuando conoció al chico que le enseñaría otra perspectiva de la vida, al chico que lo haría enamorarse profundamente por primera vez... El chico que le dió su primer beso...
Mientras cosinaba de manera automática sonreía con tristeza, recordaba a su amado, cada recuerdo parecía ser un cuchillo que se enterraba en el corazón, pero al mismo tiempo le provocaba un cálido sentimiento... Cómo si su querido Cedric siguiera ahí y aliviará su dolor con un abrazo... Cómo lo había hecho tantas veces durante el tiempo que todos en la escuela lo creían un tramposo...
Un golpe en el estómago lo saco de sus pensamientos, como siempre, de Duddley.

— ¿Por qué sonríes de manera tan ridícula flacucho? — dijo el odioso joven de manera burlona.

Harry lo miro y deseó mil veces que ese idiota fuera Malfoy. Al menos el respetaba su dolor y no lo molesto ni una vez la última semana después de la muerte del chico.

— no te incumbe — dijo esto fulminadolo con la mirada — ahora déjame terminar de hacer tu desayuno.

El chico de lentes se levantó del suelo y siguió cosinando, mientras su primo le decía un milenio de insultos, pero ni siquiera lo escuchaba. Su mente viajaba por todos los recuerdos felices que había tenido con Cedric, desde el día que lo conoció, hasta su primera vez con el... Cada momento... Era algo más valioso que todo para el.

Terminó de hacer el desayuno y le sirvió su porción a cada integrante de la horrible familia, luego salió a cortar el pasto y regar los rosales de su tía. Por primera vez en todos sus años de vida agradecía que sus tíos le dieran tantas tareas, eso lo distraía de pensar en Cedric, de pensar en que no pudo hacer nada para salvar al amor de su vida del ataque de uno de los hombres que ayudo en la muerte de sus padres...

Exactamente a las 5:00 p.m había terminado todo. ¿Y ahora? No tenía ánimo de "convivir" con su supuesta familia. Pasó por la sala donde todos veían un estúpido programa de televisión riéndose, creyó pasar desapercibido hasta que escucho la voz chillona de su tía llamándolo.

— Que sucede — dijo con evidente desanimo en su voz.
— ¿Terminaste tus tareas, fenómeno?
— si
— bien entonces... Ayuda a mi Duddley con su tarea de verano

El mencionado bufó.

— Yo tengo mis propias tareas de verano.

Su tía se sorprendió. Por lo regular el chico nunca alegaba nada a la hora de que le daban una orden, ni siquiera los años anteriores se había negado de esa forma.

— No te estoy preguntando si quieres ayudarlo, te estoy ordenando que lo hagas — dijo molesta.
— ¿Por qué no es directa? Usted y yo sabemos que su "pequeño" no hará nada y yo seré quien haga cada tarea de verano que tiene, como todos los años — dijo sin inmutarse — ¿No puede simplemente darme los libros y cuadernos de Duddley para que haga sus tareas y dejarme en paz?

Tu recuerdoWhere stories live. Discover now