𝟐𝟑

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Habíamos llegado a la avenida la cual estaba cubierta con autos y tablas. Pareciera como si alguien lo puso a propósito para que los zombies no cruzaran, pero supongo que debe de haber algún modo de cruzar, si no era a través de un auto o por debajo de ellos, tendría que ser, ¿arriba de ellos?.

—¿Quién lo habrá puesto? —preguntó Jeongin mientras miraba la gran montaña.

—No lo sé, pero tenemos que cruzarla de algún modo, o no podremos llegar con la tía Haseul a tiempo.

—Jhm...—se cruzó de brazos mientras pensaba en cómo cruzarla.

—suspire—Minie, es hora de despertar.

—Yo te ayudo —se acercó a mí tomándola del hombro para agitarla levemente—, Minie~
 
—Mh...

—Es hora de despertar mi pequeña —me puse en cuclillas para que pudiera bajar—. Puedes comer de tus galletas si quieres.

—se bajó de mi espalda mientras se frotaba los ojos—¿Ya llegamos con tía Haseul?.

—No —me puse en pie—, aún tenemos que cruzar esto y otros quince minutos más.

—¿Por qué no vamos a través de los autos?.

Se acercó a uno de estos para abrir la puerta y entrar. Jeongin y yo nos miramos por unos segundos sorprendidos. Fui detrás de Minie pasando por los autos, luego fue Jeongin quien cerró la puerta una vez entró. Cruzamos por tres autos para finalmente cruzar aquella barrera.
Seguimos caminando mientras Minie desayunaba, pues apenas eran las once de la mañana. Íbamos en la banqueta, aún seguía nublado, pareciera como si fuera a llover en cualquier momento.

—Nos quedan diez cinco minutos —me miró—, ¿reconoces este lugar?.

—Si, es por aquí.

Habíamos llegado al lugar donde vive tía Haseul la cual era una probada con otras miles de casas, solamente teníamos que encontrar el claustro en el cual vivía el cual era el quinto. Era extraño, las demás partes de la ciudad estaban destrozadas, la naturaleza había tomado posesión de varias paredes, posters, autos y casa pero aquí, pareciera como si jamás hubiera sido un apocalipsis.

—Por cierto —nos miramos—, tu tía dijo que cuando llegáramos a su casa que sonaras la trompeta tres veces.

—reí ligeramente para luego mirar al frente—Está bien.

—¿A que se refiere con eso?.

—suspire—Papá fue parte del ejército, y siempre que alguien llegaba a casa, o donde sea que él estuviera, nos obligaba a saludar como soldados, haciendo la típica pose militar para luego marchar un poco, pero supongo que quiere que demos tres pasos firmes al frente.

—Oh...—miró al frente—con mayor razón dijo que solo tú lo entenderías.

—Bueno ya viste porque.

-.°|-_°🍃°_-|°.-

—Aquí está, esta es su casa —dije mientras me detenía frente a una casa—. Bueno, es hora de sonar la trompeta.

Nos paramos en fila, tal cual como soldados. Antes de llegar, le expliqué a Jeongin que era lo que teníamos que hacer. Llevamos nuestra mano hacia nuestra frente, tal y como los soldados saludaban.

—Soldados presentándose —dije en tono militar—, aquí sargenta Taeji.

—Sargenta Minie.

—Sargento Jeongin.

Llevamos nuestra mano hacia nuestro costado para luego dar tres pasos firmes hacia el frente, quedándose así por unos segundos hasta que un timbre dentro de la casa se escuchó, haciendo que la puerta principal se abriera dejando ver a la tía Haseul con una sonrisa de oreja a oreja mientras estaba parada firme con sus brazos en la espalda. Quería llorar. Mis ojos se llenaron de lágrimas al verla. Salió de casa caminando como soldado para pararse frente a mí sin dejar de sonreír.

—Bienvenidos soldados, descansen.

Me lancé hacia ella para abrazarla, al instante correspondió al abrazo, Minie también la abrazo, podía escuchar como sollozaba al igual que yo. Que bien se siente saber que tu familia está bien, que sigue viva. Si mal no recuerdo, tía vive con-

—¡Tío Seungmin! —dijo Minie alegre para correr hacia él y abrazarlo.

—Minie! —dijo sonriente para cargarla y abrazarla.

—Te extrañe tanto —le dije a mi tía.

—Y yo a ti —nos separamos—, ¿porque eres tan llorona siempre?.

—¿Cómo quieres que reaccione? —pregunte mientras me limpiaba las lágrimas.

—Olvídalo, así está bien, así sigues siendo tú...—acarició levemente mi cabello.

—Oh tía, te presento a mi amigo Jeongin —lo señalé con la mano.

—Hola —ligera reverencia—, soy el-

—Ahora veo porque te dejó pasar, eres muy guapo —dijo sonriente.

—¿D-disculpe?.

—Ignórala así es siempre —le susurre.

—Bueno, será mejor que entremos, no queremos que algún zombie venga.

—Claro, entremos.

Dicho y hecho, los tres entramos a casa en donde también estaba mi primo Seungmin, mi prima Lia y mi tío Dohyun, a todos los abrace pues los extrañaba demasiado, desde que había comenzado esta pesadilla incluso un poco antes no supe nada de ellos, ya que solamente nos juntábamos en días festivos o cuando alguien cumplía años.

—¿Tú quién eres?—preguntó Seungmin confuso mirando a Jeongin—, ¿eres su novio?.

—No, somos amigos, me llamo Jeongin mucho gusto —dijo mientras formaba una sonrisa con sus labios.

—Espera...yo te conozco —dijo Lia mientras lo observaba con los ojos entrecerrados.

—¿Eres una fan? —preguntó sonriente.

—¿Fan? —preguntó Seungmin aún más confundido.

—¡Lo sé! —sonrió de oreja a oreja—, eres un streamer!, mi amiga era fan tuya, todos los días veía tus directos, estaba loca por ti.

—Oh...me alegra saber que alguien me recuerde —dijo sonriente.

—E-espera, ¿eres streamer?! —preguntó ahora Seungmin sorprendido.

—Bueno...era, porque con todo esto tuve que evacuar mi viejo hogar.

—Por Dios estamos frente a un famoso, madre, madre! —decía Seungmin acercándose a mi tía—. Tienes que prestarles la habitación grande —dijo sonriente.

—Eso es solo par-

—Tía estás frente a un famoso! —dijo Lia apoyando a Seungmin.

—Pues yo no lo conozco.

—Porque tú solo conoces a actores y cantantes, él es streamer —dijo Lia.

—¿Qué es eso?.

—¿Y si le preguntas a tu tía si podemos usar el baño?...olemos a quemar por lo que pasó —me susurro.

—Claro —le susurre para luego aclarar mi garganta, llamando la atención de los tres—, creo que esa habitación nos vendría bien, ¿nos pueden llevar a ella?.

—Yo los llevaré —dijeron los hermanos al unísono para luego mirarse con odio.

—Tae conoce la casa puede llegar sola —dijo mi tía para luego mirarme—. Estás en tu casa Tae, en la cocina hay comida suficiente y si necesitas cobijas para la noche o ropa limpia puedes decirme, ¿de acuerdo?.

—Claro, gracias tía.

Entramos a casa, estaba igual que siempre ya que la casa estaba rodeada con una barda grande, casi de dos metros y medio, luego al final con púas para que no pudieran cruzar. Jeongin estaba realmente sorprendido pues la casa de mi tía era realmente grande y hermosa, pues antes de que todo esto iniciara ella trabajaba en un casino, ganaba como mínimo mil dólares a la semana lo cual lo hacía una persona rica, y aquí su sobrina trabajando en la tienda de la esquina.

—Bueno, hemos llegado —dijo mi tía mientras abría la puerta de la habitación—. Hay dos camas, una individual y una-

—¡Una cama para mi sola yeii! —dijo Minie mientras corría hacia la cama individual.

—Minie nosotras dormiremos en la matrimonial, Jeongin será el que duerma ahí —dije mientras entraba al cuarto.

—No es justo —se cruzó de brazos—, quiero una cama para ti sola.

—Bien entonces te haré una cama con cobijas en el suelo y ahí dormirás, ¿eso quieres?.

—No.

—Bueno tenemos que compartir —miré a mi tía quien estaba sonriente—. Gracias por recibirnos tía, eres la mejor.

—No hay de que. Bueno, tienen baño propio con agua caliente y ahí hay toallas, así que- notó que llevaba guantes - ¿y eso?.

—Oh...—junte ambas manos, jugando con mis dedos— ya sabes para evitar accidentes.

—Está bien, bueno, dejaré que se instalen, cuando terminen bajen al comedor los estaremos esperando —dijo para luego cerrar la puerta e irse.

—Primero las damas —dijo Jeongin sentándose junto a Minie.

—Ya escuchaste Minie, nosotras primero, al baño.

—Por primera vez en mi vida deseo darme un baño —dijo mientras caminaba hacia el baño.

—soltó una leve carcajada para luego dejar su mochila en el suelo—No se terminen al agua caliente por favor.

—No prometo nada! —dijo Minie desde el baño.

—reí ligeramente, mientras seguía viendo mis manos con los guantes puestos—Jeongin...—nos miramos— ¿qué le diré a mi tía cuando vea mis manos?.

—Podrías no quitártelos.

—Pero...¿y si sospechan?, tendría que controlarme o me pondré roja y sabrán que soy una de esas cosas.

—Yo te ayudaré a calmarte, al igual que Minie, solo que no debes enojarte conmigo y amenazarme con lo primero que encuentres —dijo sonriente para luego reir.

—Claro, gracias Jeongin.

El Apocalipsis nos Unió  - JeonGinOnde histórias criam vida. Descubra agora