Simple Casualidad ❄︎Leon Kennedy❄︎

6

Íbamos en el auto negro, al parecer algunas calles ya estaban controladas y otras no. Había mucho trabajo por hacer.

Miraba por la ventana.

Algunos lugares se veían en llamar por los choques y cuerpos por doquier.
Parecía el infierno, y tan sólo esperaba que mis amigas estuviesen bien; me quedaba claro que ir sola por ahí sería una completo suicidio y tampoco sé que me acompañaría alguien al departamento.
Miré de reojo a Leon, él miraba por la ventana, se veía pensativo.

Es bastante atractivo  — pensé

A lo lejos, ví a más personas, ya habíamos llegado al lugar que él había comentado.

—Hemos llegado — me miró — vamos

Él abrió la puerta.
Yo hice lo mismo y rodié el auto para llegar hasta él. Me posicioné a su lado.

—¿te quedarás? — pregunté esperanzada

Quería que dijera que sí

Él negó

—Algo provocó todo ésto, el deber me llama — miró al lugar para después mirarme a mi — te traje aquí como te lo prometí, estarás bien

Miré abajo para después mirarlo y asentir.
No quería que se fuera, porque por loco que sonara, me sentía segura junto a él.

—Está bien — comenté mientras miraba mis manos

Ahora me daba pena mirarlo a la cara

—S-supongo que gracias — volví a hablar — de no haber sido por ti seguramente aún seguiría ahí abajo y a oscuras

—Oye — comentó sereno, tocó mi barbilla con su mano, hizo que lo mirara — gracias a ti, no me abandonaste

Reí levemente

—¿Te volveré a ver?

—Te prometo que la próxima vez que nos veamos será en un lugar más...— examinó el lugar para después mirarme  —...tranquilo

—Espero cumplas tu promesa

—¿Te decepcioné antes?

Negué

—Cuídate, Kennedy — traté de sonreír

Leon hizo un movimiento con su brazo, hasta que ví que se quitaba su chaqueta.
Él se acercó a mi para después ponerle sobre mis hombros

—Cuídala por mi, niña — sonrió levemente — vendré por ella

Él caminó hasta el auto, lo abrió para después mirarme

—Hasta luego, Camila

Alzé mi mano en señal de despedida, él entró y el auto arrancó.

Suspiré mientras sostenía la chaqueta.

—¡¿Camila?! — oí un gritillo detrás de mi