Capítulo XVIII

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Maratón 2/6:

Un total caos, esas son las palabras que describen a la central ahora mismo. Nadie está quieto, caminamos de aquí para allá buscando soluciones o cualquier pista que pueda decirnos el paradero de Alex. Lena se puso su uniforme y se niega a descansar. En la tarde todos estamos desesperados porque nada nos lleva al ministro.

-Coronel, ha llegado un paquete para usted _Inquirió la secretaria de Christopher. La pequeña caja reposa sobre la mesa bajo la atenta mirada de todos. Sé que no se trata de ninguna bomba, ya que Antoni no se perdería por nada del mundo la satisfacción de acabar con la vida de Christopher con sus propias manos.

Lucas abre la pequeña caja, hay un teléfono y un UBS. Al conectarlo a la computadora lo primero que vemos es la imagen de Antoni con un torturado Alex a su lado. La mueca de dolor de Siena es desgarradora. Está enamorada, no cabe duda.

-Christopher _Saluda Antoni con una espléndida sonrisa.

-Debes estar desesperado buscando a tu papi _Continua burlándose. Aprieto los puños.

-Ahora mismo el ministro está muy cómodo. ¿No es verdad Alex? _Cuestiona, pero Alex no le responde al encontrarse inconsciente.

-¡Hijo de puta! _Espeta Lena.

-No pienso matarlo, Christopher, solo quiero que me des algo que posees.  Lo puedo obtener yo mismo, pero así es mucho más divertido _Inquiere.

-¿Me darás lo que quiero para salvar a tu progenitor? _Pregunta. El teléfono comenzó a sonar, Christopher lo contestó y lo único que pudimos escuchar antes de que el coronel saliera de la oficina fue:

-¡Escoria!

-Esto es _Musitó Génesis.

-Christopher debe darle lo que pide, no importa que sea _Agrega Lena.

-Concuerdo _Secunda Lucas.

-¡Jugó muy bien sus cartas! ¡Ninguno de nosotros se esperaba que fuera por el ministro! _Espeto enojada. Salgo del lugar y unos ruidos provenientes de la oficina de Christopher hacen que entre, todo está tirado en el piso.

-Coronel _Lo llamo.

-Ahora no, teniente _Pide, coloco mi mano izquiera sobre su hombro.

-¡Lárgate, Lucía, necesito pensar! _Espeta, ignoro sus palabras.

-¿Qué te pidió?

-Algo que sabe que no le daré _Refuta.

-Christopher, es tu papá, creo que nada debería importarte más que él. Sea lo que sea que Antoni quiere, debes entregarlo. Sabemos de lo que es capaz.

-No es tan imbécil para atreverse a matar al ministro de la FEMF.

-En lo último que piensa es en las consecuencias, si con ellas también te perjudica a ti _Aseguro y él niega.

-¡Alex no me importa! _Espeta.

-De no importarte, no estuvieras de la manera en la que estás ahora _Refuto sus palabras.

Lo dejo solo, una hora después nos encontramos a la hora acordada en la sala de reuniones. Antoni aparece en la pantalla con Alex al lado.

-¿Y bien? _Pregunta.

-¡No hay trato! _Espeta el coronel.

-Chris, Chris, Chris, esto no es un juego _Inquiere con burla.

-¡Basta ya! ¡¿Qué demonios quieres yo te lo daré?! _Grito golpeando la mesa.

-La adorable, Lucy Prentys _Canturrea y ruedo los ojos, agradezco que no me delatara frente al grupo éltie.

-Entrégame lo que pedí, coronel. De no tenerlo en mi poder en media hora, Alex le hará una visita a mis hermanitas al cielo _Agrega y aprieto la mandíbula. Las horas pasan y Christopher se ha bebido todo el licor que tenía en su oficina.

Entre sus brazos ... [CM#1] ✔ Where stories live. Discover now