TRANSICIÓN...

14 7 2
                                    

El pequeño ruido proveniente de las máquinas es lo único que se escucha en esa lujosa habitación de hospital.

Han pasado más de seis meses desde que Seok Jin fue secuestrado.

Habían transcurrido seis angustiosos meses en que los miembros de la banda de dulces mafiosos habían estado alternándose para cuidar de Seok Jin quien había sido inducido a un coma controlado para poder salvarle la vida.

Casi había fallecido...

En el último segundo, ya cuando casi no había esperanza alguna, el corazón de Seok Jin, maltrecho, casi hecho añicos...latió.

Débilmente latió, pero eso le dió esperanza al equipo de paramédicos que reanudaron sus intensas labores y poder estabilizar al chico que había perdido demasiada sangre.

Había estado muerto demasiado tiempo.

El jefe Nam se había dedicado en cuerpo y alma en esos seis meses a cuidarlo.

Por lo cual no se apartaba de la habitación de Seok Jin salvo para darse una rápida ducha, cambiarse de ropa y usar el baño.

Siempre en esos casos había otro de los miembros presente en la habitación, pues era imprescindible que Seok Jin estuviera cuidado en todo momento.

"Buenos días Jefe Nam Joon."

Saludaron respetuosamente al jefe los asesinos.

Jung Kook sostenía en su mano un vaso de delicioso cafe, una caja de galletas, las favoritas de Seok Jin y comida para el jefe.

Tae Hyung porta en sus grandes y fuertes manos ropa deportiva limpia para el jefe y varios libros.

El jefe les responde el saludo después de pasar una noche tranquila vigilando al incosciente Seok Jin.

"Jefe, se que no es el momento, pero necesitamos que revises los libros de contabilidad de la empresa."

"Yoon Gi y Jimin y Hoseok se han hecho cargo de todo, incluso de la nueva villa pero..."

Nam Joon no despega la vista de la cara blanca y apacible de Seok Jin quien da la impresión de estar dormido.

Y el jefe espera que en cualquier segundo despierte y vuelva a hablarle nuevamente.

El jefe Nam Joon en verdad extraña las largas conversaciones, las risas, los buenos momentos y compartir la vida con Seok Jin, su compañero amado de tantos años.

"Primero me gustaría darme una ducha y cambiarme, si no les molesta."

Pidió con voz cansada Nam Joon.

Los asesinos asintieron y tomaron asiento al lado de la suave y cálida cama de Seok Jin.

"No tardaré."

"Por favor, no duden en decirme si notan algún cambio, por pequeño que sea."

En la última semana, Nam Joon había notado que Seok Jin había movido levemente los dedos de sus manos, al igual que había parpadeado ligeramente.

El jefe está esperanzado de que el cuerpo y mente de Seok Jin por fin este recuperándose para que pueda salir de su estado de sueño profundo.

"Así lo haremos jefe, no se preocupe."

Mientras que Nam Joon hace uso de la bien equipada ducha, los chicos charlan animadamente con Seok Jin como si estuviera despierto y pudiera escucharlos.

Solo que ellos limitan sus charlas a terrenos más "inocentes" como sus divertidas borracheras y cómicas acciones derivadas de ellas.

O las novedosas bromas que se gastan entre ellos.

Mafioso de Caramelo Where stories live. Discover now