TU DULCE MUERTE

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No fue fácil para nadie y mucho menos para Seok Jin volver a recuperar su movilidad.

Así como su fortaleza, su dominio y control sobre su cuerpo y mente.

Tomó todo lo que el chico tenía, toda su determinación, voluntad y coraje para poder volver a su antiguo yo.

Al Kim Seok Jin al que estaban acostumbrados toda los miembros de la banda de dulces mafiosos.

Como parte de su recuperación, Seok Jin quiso tomar clases de baile contemporáneo y canto, pues sabía que aún tenian un sueño que cumplir, no solo él, sino toda la banda.

Nam Joon delegó el negocio por un tiempo a sus abogados y contador para practicar junto a Seok Jin día y noche en ese estudio de baile.

El jefe obviamente contrató a los mejores maestros en danzas contemporáneas, yoga y diversas técnicas de baile para que Seok Jin se moviera tan fluidamente como lo había hecho antes.

"Muy bien, es todo por este día!"

Comentó el maestro de baile hacía siete chicos quienes sudaban copiosamente y jadeaban por aire.

Después de agradecer al maestro por sus enseñanzas casi todos terminaron recostados en el suelo, exhaustos, felices y agitados debido a lo duro del entrenamiento.

Habían escuchado alguna vez a un luchador* de artes marciales decir que el deporte más rudo y exigente para un hombre era el ballet clásico.

Y en ese entonces todos se habían reído de ese luchador y después actor de cine.

Bien, pues ahora le tenían respeto pues comprendían sus palabras a la perfección.

Los entrenamientos de danza eran más duros y extenuantes que cualquier entrenamiento al que se hubieran sometido antes.

"Ya no puedo más!"

"Se me va a salir el corazón por el pecho!"

"Llamen a la ambulancia pues necesitaré una vía intravenosa de inmediato!"

Se quejaba los asesinos y el contador tirados en el suelo luchando por respirar y tranquilizarse.

"Vamos, no sean melodramáticos los tres!"

"Levántense para que vayamos a divertirnos."

"Hoy es el tan esperado día."

Seok Jin se miró en uno de los muchísimos espejos de cuerpo completo que había en ese estudio privado después de haber pronunciado sus palabras.

"Ya son casi impercetibles."

Vanidoso como siempre, Seok Jin no solo se había sometido a una rehabilitación física y estética integral.

Disciplinado, terco, obstinado y arrogante, Seok Jin había mejorado increíblemente, hasta estar casi recuperado por completo de todas sus heridas internas, sus deficiencias físicas y emocionales en tan solo cuatro meses.

Y eso era un total milagro, pues los médicos indicaban una recuperación aceptable de entre un ochenta y ochenta y cinco porciento en un o dos años.

"Lo son."
Comentó Nam Joon.

Él jefe comprende las palabras de Seok Jin quien se mira atentamente en el espejo buscando sus antiguas cicatrices, moretones y heridas después de aquella batalla.

"Recuperaste tu piel de porcelana."

Comentó Nam Joon haciendo sonreír de felicidad a Seok Jin.

"Estamos listos!"

Mafioso de Caramelo Where stories live. Discover now