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Al entrar al lugar, Yerim vió la cabellera mojada de YeoJin desde la puerta, y se detuvo un segundo en el umbral.

Los brillantes y adorables ojitos de YeoJin la miraron un momento, y Yerim comenzó a ser su corazón latir más rápido.

Sus miradas se encontraron por un segundo, aunque la menor fue quien apartó la vista primero.

Yerim pensó en huir, pero le había dicho a JungEun que se quedaría allí.

Así que corrió la puerta a su espalda, cerrándola, dejando la toalla a un lado, un poco alejado de los bordes, y dudó un momento en meterse o no.

Miró a YeoJin, quien le estaba dando la espalda, flotando cómodamente en la parte más profunda.

Suspiró por lo bajo, antes de sentarse, dejando sus piernas dentro del agua.

— ¿No estabas con JinSoul? — le preguntó, sólo para cortar la tensión.

— Fue al baño— respondió YeoJin.

Yerim asintió, por más que la chica no lo vió.

—JungEun estaba en el baño, así que tardarán un rato.

YeoJin no respondió.

Tuvo más ganas de irse, aunque esperó unos segundos para levantarse, acercándose a la puerta.

YeoJin se dió cuenta de aquello, aunque no lo demostró, se sentía mal.

Yerim tomó la manija de la puerta, pero apenas pudo abrirla unos centímetros cuando está volvió a cerrarse de golpe.

Intentó abrirla de nuevo, pero la fuerza de otra persona no lo dejaba.

— ¡No se van hasta que se arreglen!

— ¿JungEun? ¡Deja de incluirnos siempre en tus planes!

— Deja de caer siempre en mis planes— contraatacó.

— ¡Mierda! ¿Cuánta fuerza tienes? — Yerim seguía intentando, pero ya no por escapar, sino porque alguien la estaba reteniendo.

— Es un dos contra uno, boba.

— ¿Dos?

— JinSoul— afirmó YeoJin, desde el agua.

Yerim soltó la puerta con brusquedad, ya cansada de todo esto, encajando todas las piezas en su cabeza.

Si ese era un impulso por parte de sus amigas para arreglar las cosas, sentía que no estaba lista.

La miró un momento, junto valentía antes de voltearse y volver a caminar hacia la piscina, rápidamente y con decisión.

Siempre, en lo que respectaba a YeoJin, se sentía nerviosa, muy inquieta, y había costado bastante para que se acostumbrara a los besos o mimos cuando estaban a solas, pero en temas serios, importantes, de la relación (incluso en el momento de confesarse) simplemente no sabía cómo reaccionar.

Sintió sus manos temblar, se metió en la piscina, pero el agua pareció llevarse toda su valentía, y se congeló ante la mirada de YeoJin.

— No te hables conmigo si JungEun te está obligando— dijo la otra—. No tienes que hablarme si no quieres.

Quiso disimular con una tos cómo su voz se quebró al final, pero no pudo.

Yerim se mordió el labio, sentía su corazón estrujado.

— No, JungEun está ayudando, yo le pedí ayuda— habló, captando la mirada de YeoJin—. Porque soy muy insegura para hablar, y tengo miedo de perderte si vuelvo a cagarla...

Mirando directamente a los ojos de YeoJin, continúo.

— No debí dejarte así el otro día, estuve mal, fuí horrible— YeoJin sólo la miraba, esperando cada palabra—. En verdad, me gustaría que tuvieras tanta fé en ti misma, en el tratamiento, y en volver a caminar como yo tengo... Porque sé que puedes lograrlo.

Los ojos de YeoJin se llenaron de lágrimas.

— Pero es tú decisión, y es algo que entendí tarde— continúo, Yerim comenzó a acercarse con lentitud a YeoJin—. Te grité, y te dije las cosas mal porque... No sabía escucharte, y tampoco apoyarte, no digo que sea una experta ahora, pero... Dime, por favor, porqué no quieres seguir.

YeoJin se mordía el labio nerviosa, un hipido de llanto escapó de ellas.

Yerim, inconsciente, se acercó más a ella, colocando sus manos en la cintura de la otra, dándole apoyo.

— Tengo miedo— respondió YeoJin, mirándola con los ojos desbordantes de lágrimas, que le rompieron el corazón—, de decepcionarme, ¿Y qué si no funciona? ¿Y qué si sigo en silla de ruedas toda mi vida porque ese tratamiento, ese esfuerzo, todo... Fue en vano?

Yerim se sintió aún peor.

Tirando de ambas hacia la parte más baja, lo suficiente para que puedes hacer pié, abrazó a YeoJin con todas las ganas, dejando que ella llorara, sin poder evitar que unas lágrimas se le escaparan también.

— Ante cualquier cosa que decidas, te acompañaré— habló Yerim—. Si no quieres seguirlo, seguiré a tu lado. Y si quieres... Voy a estar ahí para pelear contra tus miedos, yo creo que lo lograrás. Y aunque no sea así... Seguiré a tu lado igual, te querré igual, todo seguirá bien.

YeoJin calmó un poco su llanto con esas palabras, se apartó un poco del abrazo para mirarla, el agua llegaba hasta sus hombros, así que podía permanecer de pie, delante de su chica, mirándola frente a frente.

Encontró que se sentía muy bien, y sonrió, no sabía lo tanto que necesitaba escuchar un apoyo como ese.

— ¿Me perdonas? — preguntó Yerim.

YeoJin asintió, tomando las mejillas de Yerim para besarla con lentitud.

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ᴍᴜᴛᴇ [LipSoul]Where stories live. Discover now