Fooking_Lemon está en línea... / Todoroki Shoto x Top!Male!Reader (CANCELADA)

Exnovia

2030, Almacén abandonado

Uno de los errores más grandes que haya cometido es seguir en contacto con su antigua novia. Sin contar el hecho que estaba loca y que era un peligro para la sociedad, ella era bastante útil. Conseguía información esencial para sus investigaciones aparte de obtener armas que le facilitaban su trabajo. Todo tenía un precio y el de ella parecía barato. En absoluto.

Suspiró. No le quedaba de otra si deseaba atrapar a Shigaraki.

Revisó su teléfono de nuevo. La dirección era la correcta, pero no encontraba a la chica. Notó que la puerta del almacén estaba abierta, raro al ser de noche. Era probable que ella estuviera adentro.

Entró al lugar, procurando no ser visto. Observó que había varias botellas de licor vacías acompañadas de bolsas de comida rápida, sin contar que todo el lugar estaba casi hecho polvo.

Un ruido en el fondo lo alertó, causando que lleve su mano a la cintura. Maldijo, ni siquiera tenía un arma.

—¡(T/N)! No pensé que llegarías tan pronto. ¡Pasa, que tengo pizza!

—Hola, Himiko —Se aproximó a ella para sentarse a su lado—. ¿Tienes lo que te pedí?

—Ay, que seco. Primero comemos, luego el trabajo, tonto.

Toga le tendió un plato con dos rebanadas de pizza. Enarcó sus cejas, pidiéndole explicaciones.

—Que no tiene veneno. Mira —Partió un pedazo y se lo comió—. Puedes confiar en mí.

Seguía sin confiar, sin embargo, se vivía una vez.

—Y dime, tontín, ¿alguien lindo que hayas conocido? Yo sí, se llama Stain y es genial. Lo encontré una vez cuando fue herido por la policía. Estaba todo molido y sangrando.

—Que lindo —comentó sarcástico, mientras comía la pizza—. Ya veo por qué te gusté.

—Sí, pero ahora estás feo.

Sintió la boca seca e Himiko lo notó también. Le entregó un vaso de soda, tomándolo.

—Muy linda la conversación y todo... ¿Tienes la información?

—Eres un aburrido. Bien, escuché por ahí que Shigaraki está buscando aliados. Ni idea porqué. Solo sé que es para algo grande.

Él bostezó. Le extrañó, de igual no le tomó importancia.

—¿Sabes algo sobre los incendios provocados?

—Que fueron hechos con un poder de fuego azul. Los bomberos tardaron bastante en apagarlo. Parecía cremar todo como una vela. Se puso bien feo.

Curioso. El fuego azul que describió fue visto diez años atrás en una montaña cerca de la propiedad de los Todoroki.

—¡Ah! Y te consigue unas muestras.

Sacó de su bolso varios frascos que tenían dentro una especie de cera.

—Mu... muchas gracias, Himiko.

Su cuerpo se sentía pesado y su visión se tornaba borrosa. Intentó pararse, cayendo al suelo. Toga lo vio con una sonrisa en el rostro, riéndose de él.

—Te dije que no puse veneno en la pizza, pero no dije nada sobre el somnífero en la gaseosa.

Oh, mierda.

...

Despertó en su casa con su cuerpo adolorido. Ya era de día y no recordaba nada de lo que pasó la noche anterior.

Agradeció que Naomasa y su viejo ya se hayan ido a trabajar, si no los tendría reprendiéndolo toda la mañana, aparte de ser suspendido por más tiempo.

Su cabeza le daba vueltas. Le costó pararse, casi cayéndose al querer caminar. Vio su reflejo en el espejo, notando marcas de mordeduras en su cuello que sangraban un poco. Revisó sus brazos, habiendo señales de que le extrajeron sangre.

Esa maldita loca lo sedó y le robó sangre. Ni se extrañaba.

Se duchó rápido, intentando no caerse ni matarse, para luego cambiarse e irse a comer. Hubiera preparado su querido desayuno si no hubiera notado unos frascos junto a un arma y una nota.

"Querido tonto,

Perdón por sedarte :) El poli te quitó el arma tonces te doy una nueva

Himiko <3

Psdt. Verte magullado te hace más lindo"

Soltó una carcajada. Quería matarla de la misma forma que el viejo lo haría con él.

Hizo pedazos la nota y la botó en diferentes botes de basura, evitando que Naomasa descubriera que seguía hablando con su exnovia. A él nunca le cayó bien.

Posó su mirada en la pistola. Un arma paralizante de última generación, cuyas balas daban descargas eléctricas. No iba a preguntar de dónde la sacó, aunque le iba a agradecer.

Tomó uno de los frascos de muestras, observándolo con cuidado. La mandaría a analizar después.

El ruido de una llamada entrante lo sacó de sus pensamientos. Contestó, dejando de lado el frasco.

—¿Anciano? Ah, depende de lo que desees —respondía mientras caminaba por la cocina—. Te veo en la U.A... No me dejes plantado.