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—Lo siento... —JungKook se hizo bolita en el asiento trasero del auto junto a JiMin, su nariz estaba roja, sus ojos hinchados y el resto de su rostro lleno de hematomas.

—No estoy molesto —JiMin dejó caer su chaqueta sobre los hombros de su amigo quien rompió en llanto, aferrándose a él.

TaeHyung conducía hacia el hospital cercano lanzando miradas en dirección a ellos a través del espejo retrovisor. Habían llegado justo a tiempo cuando el administrador del motel estaba abriendo la puerta de la habitación a la fuerza con un bat de béisbol en la mano. Todo había sido un caos hasta que TaeHyung intervino tranquilizando al hombre y no solo eso sino que había tenido que pagar la habitación y los daños ocasionados. Ahora JiMin le debía demasiado.

Por su parte JungKook estaba en un estado muy lamentable. Además de golpeado parecía tener un desgarre pues no dejaba de sangrar. TaeHyung había tenido que sacarlo en brazos del motel mientras JiMin discutía y maldecía al administrador por lo imbécil que se estaba comportando.

Cuando el llanto de JungKook se detuvo todo lo que hubo fue silencio hasta que finalmente llegaron al hospital. No era la primera vez que JungKook terminaba en hospitales pero sí era la primera que terminaba en un estado tan horrible. Mientras era atendido de emergencia JiMin sentía que su corazón se desgarraba un poquito.

Empezó a temblar por el nerviosismo y la angustia cuando su amigo fue llevado en camilla hacia la zona de atención. De pronto un pecho cálido chocó contra su espalda.

—¿Quieres sentarte? —TaeHyung habló tan cerca de él que por un instante el castaño se asustó antes de relajarse.

Asintió con la cabeza y se dejo guiar hacia la sala de espera. Ambos tomaron asiento uno a lado del otro.

—Deberías volver al trabajo, lamento haberte involucrado en esto.

—Está bien, puedo quedarme a esperar —TaeHyung dirigió su mano hacia el cabello de JiMin para peinar algunos mechones castaños.— ¿También te ha pasado algo así? ¿Alguna vez te atacaron?

JiMin se mordió el labio y agachó la mirada antes de responder afirmativamente.

—Así es este trabajo, nunca sabes qué tipo de clientes tendrás —intentó restarle importancia riendo un poco.— Aunque nunca terminé tan mal.

TaeHyung no preguntó nada más y JiMin jamás estuvo tan tenso en toda su vida. Ese día no había salido para nada como imaginó, su idea había sido simplemente encontrarse con TaeHyung de forma "casual" conversar con él y posiblemente encontrar razones para darse cuenta de que una vida amorosa junto a ese pelinegro no era posible. Pero después de ver lo bien que se había comportado, lo caballeroso y comprensivo que había sido con él y JungKook... Simplemente había caído más a sus pies.

Estaba siendo un idiota, ni siquiera tenía motivos para enamorarse de TaeHyung. ¿Sólo por ser bueno con él? ¿Sólo por tratarlo mejor que otros clientes? ¿Sólo porque él lo invitó a cenar? ¿Sólo porque era TaeHyung?

Cualquier excusa quedaba corta en esa situación. Debió haber dejado el pasado atrás junto con el trabajo y los buenos momentos con ese chico. Si hubiese seguido adelante sin buscar a TaeHyung todo lo que quedaría serían recuerdos agradables y entre más tiempo pasara aferrándose a TaeHyung más riesgo de salir lastimado corría.

Su atención fue atraída hacia el movimiento del pelinegro cuando sacó su móvil del bolsillo, al parecer tenía una llamada. JiMin lo vió responder y levarse el aparato al oído. No podía escuchar a la otra persona pero TaeHyung parecía un poco frustrado cuando se puso en pie y se alejó de él para poder atender. Durante unos pocos segundos vio a TaeHyung desde la distancia hasta que finalmente colgó la llamada y regresó hacia él.

—Debo irme, mi cliente de las seis llegó antes de tiempo y quiere que yo sea quien lo atienda así que...

—No te preocupes yo entiendo —JiMin sonrió tratando de que no se le notara lo decepcionado que estaba.— Lamento todo esto.

—¿Volverás para lo de tu tatuaje?

El castaño ya no estaba tan seguro de eso. La idea de negarse se instaló en su mente y la respuesta negativa bailó por su lengua antes de detenerse. No tenía que decirle a TaeHyung que no volvería, podría simplemente hacerle creer que lo haría y al final se retractaría. Asintió sin dejar de sonreír.

—Sí, si volveré —dijo, sintiéndose culpable de mentir.

—Te haré una cita entonces, ¿te parece pasado mañana?

—¡No tienes que hacerlo! Yo puedo sacar la cita por mí mismo —JiMin se apresuró a negar sintiéndose aún más culpable ya que no apareceria el día acordado.

Antes de seguir insistiendo en que no era necesario TaeHyung se inclinó hacia él y le dio un pequeño beso en la comisura de sus labios. El extraño gesto tomó por sorpresa a JiMin pero su sorpresa duró tan solo dos segundos antes de que sus manos se aferraran a los hombros de TaeHyung y la necesidad lo obligara a buscar algo más profundo. Por suerte no tuvo que esperar demasiado, los labios del pelinegro lo besaron con la misma intensidad que tanto había anhelado.

El beso fue profundo y satisfactorio, un dulce y apetitoso obsequio después de haber pasado dos meses en abstinencia. Parecía que no obtendría suficiente de esos labios controladores, JiMin jamás había imaginado que un beso podría llegar a ser más poderoso que el sexo. Nunca había sentido tantas sensaciones excitantes con un simple beso, entonces se dio cuenta que no se trataba del beso sino de la persona que se lo estaba dando.

Cuando por fin se separaron, JiMin soltó un suspiro sonoro que lo hizo recobrar apenas un poco la cordura. Lo primero que recordó fue que estaban en un lugar público y esto hizo que todas sus alarmas se activaran, ¿En qué estaba pensando? Despidiéndose de TaeHyung como si fuese su novio... Sin embargo había sido idea del pelinegro iniciar el beso o al menos eso se quería hacer creer. Entonces imaginó que quizás había sentido lástima por él y el pensamiento le destrozó un poco el corazón.

Puso distancia entre ellos y se aclaró la garganta. Los ojos de TaeHyung estaban oscuros, la intensidad de su deseo se reflejaba en todas sus facciones hambrientas. JiMin pasó saliva ruidosamente pensando que si estuviesen en un lugar más privado seguramente habría sido desnudado en ese momento.

—Se te nota demasiado —comentó, riendo nerviosamente y deteniéndose cuando notó lo temblorosa que estaba su voz.

—¿Qué se nota? —cuestionó TaeHyung.

—La lujuria...

El pelinegro sonrió pero no era una sonrisa amable ni tierna, esta era una sonrisa atractivamente maliciosa.

—Dios, ya basta. Vas hacer que me ponga duro —el castaño se mordió el labio inferior con fuerza, aún sentía el hormigueo del beso y el calor en su cuerpo.

¿Era seguro decir ese tipo de cosas? ¿En qué punto estaban? TaeHyung ya no era su cliente ni su amante y mucho menos su novio, ¿acaso eran algo?

—Te veo luego, ¿bien? —la voz de TaeHyung fue intensa, es como si supiera que JiMin pensaba no volver.

—Claro...

Una ceja se alzó en el rostro bellamente cincelado del pelinegro, parecía una advertencia. JiMin ya había olvidado lo agradable que se sentía que ese hombre intentara dominarlo. Sonrió con más libertad y se acercó para besar los labios del otro de forma impulsiva y fugaz.

—¡Estaré allí, lo prometo! —señaló con mayor convicción.

TaeHyung borró su gesto de duda y sonrió de nuevo sintiéndose satisfecho con la respuesta. Antes de que pudiera alejarse para volver al trabajo JiMin se apresuró a agregar algo más.

—¡Oye!... Llámame.

—Lo haré.

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⏰ Last updated: Jul 23, 2022 ⏰

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