Tra Tra Tra [Au Taekook]

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Somi dejo los zapatos en la entrada de su nuevo hogar. Entre sus manos llevaba un par de cajas algo grande y su cartera de color rojo.

Extrañada de no escuchar los gritos de sus hijos sus sentidos comenzaron a sospechar de que algo andaba mal.

—Esto huele horrible y hoy si me bañe—. Dijo mientras caminaba hasta la sala de su hogar.

Y es que era obvio que su hijo tendría que estar haciendo algo realmente ridículo para permanecer en silencio.

—¡PINCHE ASALTA CUNAS!— le gritó la pelirroja a Taehyung.

Este se levantó corriendo al escuchar el gritó de somi haciendo que Jungkook cayera al piso.

Koo en vez de quejarse prefirió rodar para esconder se debajo de la mesa y que evitar el regaño de su madre.

—Dame una explicación de porqué le estabas asaltando la boquita a mi pulguita antes que te descoloque la cabeza de una patada cósmica—.

—Mi querida suegrita resulta que el agua es mojada y el fuego quema...Eso pasa cuando sucede.

—Chiwines estos.

Somi dejo las cajas en la mesa y le llamo a su hijo.

—Rosita fresita te traje unas cosas.

"Te traje unas cosas" fueron las palabras mágicas para que Koo saliera de su escondite.

—Esto te lo manda Cinthia— Le entrego una bolsa color azul. —Y esto te lo compre porque me lo habías pedido hace unos dias— Saco otra bolsa de plástico de color amarilla y le entrego las cajas.

Jungkook chilló de la emoción al ver que su madre le había comprado tres paquetes de lechita saborizada. Con alegría abrió la bolsa que le mandaba la amiga de su madre; Cinthia y su madre trabajaban diseñando ropa y está siempre le mandaba ropa hecha especialmente a su medida. Dejado de lado la ropa posó la vista en las cajas de zapatos.

—¡Te amo mucho!— Gritó Jungkook al ver los tres pares de zapatos que su madre le había llevado.

Unos lindos de plataforma color celeste, otro en lila;  tacón cuadrado y con pelusita ena parte de adelante.

—Se parecen a los zapatos que utilizaría Federica peluche— dijo Taehyung al ver el segundo par de zapatos.

Jungkook le aventó un lápiz en ma cabeza para que dejara de decir mamadas.

Y los últimos eran unos blancos con tirantes hasta casi la mitad de la pantorrilla.

La señora Jeon se acerca hasta Taehyung y le entrego unos chocolates.

—No creas que me olvidé de ti.