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CAPÍTULO 3 (nuevo)

Nephthys

Un profundo suspiro hace que mis ojos se abran con pereza solo para adaptarse a mi entorno, el sol golpea mi rostro haciéndome tomar mi celular para ver la hora que es solo para darme cuenta de que todavía es temprano y que aún tengo tiempo de encontrarme con Cleo e ir hacer unas compras.

Intento estirarme, pero alguien detiene mi acción sujetando con fuerza mi cintura y dándome un beso en la nuca haciendo que mi cuerpo se ponga rígido.

—¿Huyes tan rápido de mi, preciosa? —dice Rod con voz espesa por el sueño y pegando su cuerpo al mío en donde claramente puedo sentir su erección mañanera entre mi trasero haciendo que todo mi cuerpo se tense aún más.

Dándome la vuelta en la enorme cama king size me encuentro con sus ojos azules los cuales me he acostumbrado a ver desde que volví a Estados Unidos hace un par de años, sus rasgos son hermosos aún con su cicatriz. Levanto mi mano pasando mis dedos por encima de ella haciendo que una de sus manos tome de inmediato la mía para mantenerla en su lugar.

Se lo que mi toque le hace a sus vísceras, se que con solo mi toque este hombre robusto podría ponerse de rodillas ante mi y besar mis pies, aunque él se niegue admitir que haría cualquier cosa por mi y dejaría todo con solo un chasquido de mis dedos, aún sabiendo todo eso le doy la vuelta acostandolo sobre su espalda,  lo provoco más al ponerme a horcajadas sobre él haciendo fricción con su polla entre las mejillas de mi trasero haciendo que un gruñido salga de su boca.

—Estás jugando con fuego, preciosa —gruñó apretando los dientes. Su acento alemán todavía me sorprende cada día más porque él no nació ni creció en Alemania como yo que pasó gran parte de su niñez y adolescencia ahí, no, él es tan estadounidense como lo es cualquiera nacido en este país. 

—Mmm… —mi ronroneo solo lo hace ponerse más duro mientras sigo con mi asalto mañanero. 

Rodrigo cree que tiene el poder sobre mí, sobre mi cuerpo o sobre mi lujuria, pero lo que él no sabe es que está muy alejado de esa realidad, siempre soy yo la que tiene el poder sobre él, lo he tenido desde que me conoció por primera vez y yo he sabido aprovechar eso.

El poder es todo lo que mueve a éste mundo, como también lo es el dinero y estos dos factores van muy de la mano en la vida de las personas porque sin dinero, no hay poder y sin poder eres un mortal más viviendo bajo la sombra de los demás, esto hace que todo el mundo se vuelva loco por obtenerlos sin importar el costo.

Las enormes manos de Rodrigo rodean mi cintura atrayéndome a la realidad, disfruto su toque al que tanto estoy acostumbrada  haciendo que mi cabeza se ladee hacia un lado descansando en mi hombro desnudo. 

Con mis pechos al aire y con su vista ahora clavada ahí, tomo una de sus manos que estaban en mi cintura guiandola hacia arriba por medio mi abdomen semi abultado hasta llegar a una de mis tetas haciendo que la apriete una con mi mano encima de la suya.

Inclino la cabeza hacia atrás disfrutando del poder que él mismo me otorgó inconscientemente para hacer lo que quiera con su cuerpo. Levantando un poco mis caderas tomo su polla con mi mano libre para comenzar a masturbarlo de manera lenta y dolorosa para él, pero excitante para mí.

—Vamos preciosa, no me hagas esto —sisea con la mandíbula tensa, con su mano apretando mi pecho y jalando mi pezón entre sus dedos haciéndome gemir.

—No se de que me hablas —finjo demencia con una sonrisa inocente en mi rostro.

Levanta su torso para quedar a la altura de mi rostro con sus labios casi rozando los míos cuando dice:

—Sabes muy bien de lo que te estoy hablando preciosa —dice ahora bajando su mirada hacia mis pechos—. Sabes que lo único que quiero es meter mi polla hasta el fondo dentro de tu bonito coño.