El Muy Primero Karthik

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Dejé atrás a mis amigas, y solo llegué a mi casa corriendo, directamente a mi habitación.

Cerré la puerta y me recargué sobre ella, aún tenía las mejillas rosadas y la respiración agitada por tanto correr. No me había dado cuenta por la adrenalina, en realidad mis pies ardían por haber corrido con botas altas. 

— ¿Kajol, eres tú?

Me solté a llorar, ignorando a mi nana que preguntaba por mí.

Me sentía rara, sucia, tal vez;  todo menos feliz. No era lo que esperaba, aunque sabía que tarde o temprano iba a pasar. Me dejé caer en mi cama y me tapé la cara con la almohada, pronto entro Shamita preocupada— ¿Qué pasó? ¿Por qué no traes el uniforme?

Lloré más fuerte y ella se acercó a mi cama— te escapaste—resolvió— ¿otra vez?

Shamita era más cercana a mí que mi mamá, sobre todo porque estaba en casa la mayor parte del tiempo, y porque solía hacer todo lo que yo le pidiera, incluso cubrirme en estos casos.

— ¡Lo siento!—grité avergonzada.

— Fuiste a ver a ese muchacho, el obrero—asentí sin mirarla— ¿te hizo algo?

— ¡Me besó!— ella gritó asustada y yo la seguí, así que, éramos dos mujeres en pánico— ¡¿por qué gritas?!

— ¡¿Por qué dejaste que te bese?!

Ella al igual que otros adultos, era muy conservadora, un beso era el fin del mundo, como si por eso ambos debíamos casarnos. Y no era muy buena para trasmitirme paz.

— ¡No lo hice! ¡Él solo me besó!—me defendí—¡lo juro!

— ¡Mira como estás vestida!—volví a ver mi ropa, mini falda y una blusa un poco arriba del ombligo, antes de que ella lo dijera, no me sentía indecente— ¡Cielos santos, tendré que decírselo a tu madre!

— ¡¿Qué?! ¡No! ¡Espera!— Ella se levantó justo cuando la puerta se escuchaba.

— ¡Kajol, ven aquí ahora!— Mamá apareció por la puerta y por el tono de su voz estaba furiosa, y con lo que Shamita estaba apunto de decirle sería peor.

Shamita me dio una mirada penosa y aquejada, mientras yo entornaba los ojos desesperada para que guardara silencio— por favor, no eso, todo menos eso...

— ¡Señora, Tanuja!— ella quitó su brazo de mi agarre y se fue corriendo cual liebre detrás de mi mamá.

— ¡Maldita sea!— corrí detrás de ella, pero pronto me arrepentí.

Mi mamá traía mi mochila del colegio en sus manos, debí olvidarla en el mall, o alguna de mis amigas debía traerla consigo.

Mi mamá lo sabía todo.

°

Yo estaba a punto de llorar nuevamente, iba a explicarme buscando alguna excusa, pero mi madre se me adelantó.

— Sé por qué estás haciendo todo esto—, yo arrugué el entrecejo y la miré confundida— todo esto es porque tu padre y yo no te dejamos ser actriz ¿No es así?

— ¿Qué?— Shamita y yo hablamos al mismo tiempo.

— Sí, no creas que no entiendo tu plan, Kajol. Salir con este muchachito ¿Qué es? ¿Pintor?

— Obrero—corregí algo ofendida.

— Eso—chasqueó los dedos—salir con este obrero es tu acción de rebeldía por no apoyarte en tu loca idea de dejar el colegio.

Los mejores amantes de una ReinaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang