capítulo uno 🗯️⁉️

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Sus pequeños ojitos brillaron con intensidad cuando vió la nieve caer lentamente del cielo, ayer por la tarde el noticiero anunció que por toda la noche iba a nevar -cosa que realmente sucedió- y ya al día siguiente en todo su pequeño vecindario estaba cubierto de nieve, por lo tanto significa una sola cosa.

¡Podía salir a jugar!

Con emoción se despejó de su ventana y rápidamente bajó de su cama, se colocó las pequeñas pantuflas de león para luego salir de su habitación y bajar a una velocidad sorprendente escaleras abajo, así llegar a la parte superior de su casa.

Con toda la emoción del mundo estaba apunto de tomar el pomo de la puerta principal de su casa para abrirla y salir a jugar, pero unos fuertes brazos lo tomaron desde atrás y lo alejó de su huida.

- ¡Papá, déjame salir! -Exclamó el pequeño niño lanzando patadas por los aires en un torpe intento de alejarse de los fuertes brazos del fuerte alfa, quien reía a fuertes y malvadas carcajadas.

Padre e hijo fueron directamente a la pequeña cocina de la casa, en donde una hermosa omega cocinaba tranquilamente el desayuno para su familia.

- Dile buenos días a mami, Mark.

El pequeño formó un pequeño pucherito con su labio inferior para luego besar dulcemente la mejilla derecha de su mamá.

- Buenos días, mami.

La mujer soltó una risueña risa al escuchar la bonita y algo ronca voz de su bebé, así dejando a un lado el chocolate caliente que estaba haciendo y se dió la vuelta para besar con mucho cariño los rechonchos cachetes de su pequeño.

- Buenos días, mi lindo niño.

Mark rió tiernamente ante lo cariñosa que era su mamá, la miró con ojitos brillosos y con una pequeña sonrisa fue llevado hasta la mesa del comedor.

- Éste pequeño renacuajo estaba apunto de salir en pijama. -El alfa se sentó en la punta de la mesa tomando el periódico que estaba allí para seguir leyendo de éste mientras bebía de su amargo y delicioso café.

- ¡Es mentía! -Reclamó el pequeño con sus cachetes rojitos, su papá era un chismoso.

La omega sin dejar de sonreír dejó un plató de panqueques con miel y frutos rojos al frente de su hijo menor y luego hizo lo mismo con su alfa para luego sentarse en la otra punta de la mesa y comenzar a desayunar en silencio.

- ¿Dónde está Johnny hyung? -El pequeño clavó el tenedor en uno de sus panqueques y le dió un gran mordisco, pasando su pequeña lengua por encima de sus labios al saborear lo delicioso que era los panqueques de su mamá.

El hombre abrió la boca formando una pequeña "o", mirando hacía un punto fijo pensando en una respuesta, ni siquiera recordaba la existencia de su hijo mayor.

- Ah, cierto, tu hermano está con su omega, ayer no pudo venir a casa por la tormenta. -Explicó sonriente tomando un cuchillo para cortar sus panqueques en pequeños pedacitos y así comer sin llegar a ensuciar su boca, no era como el pequeño Mark, a pesar de tener también su pequeño cuchillo sin filo, el preferiría enterrar el tenedor en uno de los panqueques y comérselo a grandes bocados.

La familia Lee terminó de comer en silencio, la omega se levantó para cargar a su hijo y llevarlo para que se diera un baño mientras que el alfa se dedicaba a lavar los platos sucios.

La omega metió a su hijo en agua tibia, lavando su cabello oscuro con un shampoo con olor a coco, el pequeño realmente disfrutaba de los suaves masajes que le hacía su mamá en la cabeza mientras que él sólo se dedicaba a jugar con su patito de hule.

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