La magia es extraña y suele hacer cosas inquietantes. Veamos como las hace.
La historia es tomarry, o sea Yaoi. Si no te gusta este género no entres pero si quieres leer, eres bienvenido 😉
La noche había vuelto a caer sobre el Mundo Oscuro y entre la oscuridad de la mansión una puerta se abrió, justo antes de que el reloj golpeara la media noche.
-Listo Señor, la puerta está abierta- susurró Tenebris a Regulus, el cual estaba sentado sobre la cama del demonio.
El Black asintió levantándose, no quería ir porque solo cuando dormían podía abrazar a Sirius todo el tiempo y ahora se lo está perdiendo por culpa de ese estúpido de Malum.
-Vamos, acabemos con esto rápido- gruñó con irritación.
Tenebris asintió, muy consciente que Regulus estaba empezando a molestarse. Abrió la puerta de color rojo fuego y dejó pasar primero al menor, luego lo siguió dejando la puerta en su lugar ya que no pensaban en demorar.
Fue mala idea.
Xxxx
Sirius se movió en sus sueños, sintiendo que le faltaba algo y eso logró que se despertara, somnoliento miró la cama en donde debería estar su hermano, confundido se restrego los ojos y se sentó en la cama.
-¿Regulus?- llamo como voz adormilada.
Al no escuchar una respuesta se levantó de la cama y salió del cuarto, usualmente Regulus nunca se desaparecía sin decírselo antes así que salió a buscarlo y de paso tomarse un vaso de agua. En sus pensamientos noto la puerta entreabierta de la habitación de Tenebris y la curiosidad le ganó cuando dudo en acercarse o no.
Lo hizo porque Tenebris siempre sabía donde estaba Regulus, suponía ya que los veía juntos cuando hablaban de cosas que no sabia.
-Vaya, que extraña puerta- susurró admirando la puerta color rojo fuego en medio de la habitación.
La curiosidad que caracterizaba a los Gryffindors atacó y no pudo evitar abrir un poco la puerta notando que del otro lado se veía un largo pasillo, abrió completamente la puerta y se adentro al lugar diciendo mentalmente que solo iba a ver un poco y volvería.....la suerte no estaba de su lado porque la puerta se cerró apenas entró.
-¡Rayos!- se quejo tratando de volver a abrirla.
El lugar le comenzó a dar escalofríos cuando escucho unos pasos, al final una cuerda se envolvió en su cuerpo elevandolo del suelo y escucho una voz de mujer melodiosa.
-¡Vaya, un juguete humano!¡Que suerte!- escucho que decía divertida.
Comenzó a patalear para ser liberado pero parecía que solo causaba diversión en su captora, fue jalado por el pasillo a donde no conocía.
-Primero tengo que ir a un lado, luego jugaremos- asintió contenta con el arreglo.
Regulus iba a enfurecerse, sería el pensamiento colectivo si alguien los viera.
Xxxx
-Que molesto- chisto Regulus sentado en un sillón en medio del tétrico salón.
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