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La intriga en Souya se hacía cada vez más grande. Rindō no le daba ni una sola pista del porqué tendría que hacer todas esas cosas con él, y debido a la inminente amenaza que el mayor era sólo podía limitarse a obedecer, siendo que en esos momentos se veía mirando atento como el Haitani pagaba esa exhuberante cantidad de dinero por aquella ropa. No volvió a ver a Sanzu ni siquiera al salir del lugar, sólo ambos se dirigieron hacia el auto entrando primero Souya con bolsa en mano y después Rindō.

Mirando el reloj fue que se percató que eran ya las seis de la mañana, no podía creer la rapidez con la que se había pasado el tiempo por lo que volvió a dirigirse al chico.

— Oye debo volver a casa, o Smiley despertará y será muy sospechoso que no esté ahí. — Comentó.

Rindō pasó a mirar su reloj, alzando una ceja al notar la hora que era. — Tienes razón, es una hora de recorrido hacia allá así que serás complacido. —

Un suspiro de alivio salió de Souya, mientras nuevamente el paisaje del lugar pasaba a través del cristal del automóvil. Comenzaba a cabecear debido al arrullo que le provocaba el automóvil, siendo notado por el Haitani que con media sonrisa fue a exclamarle al de cabellos azules.

— Puedes dormir si quieres, tampoco soy un ogro. — Par de cejas elevó por un par de segundos, y Souya firmemente se negó con la cabeza. — No gracias, no confío en ti. —

El semblante del Haitani cambió, mostrando un rostro enojado en ello. Sin dudas fue que se acercó al peliazul sujetando con una de sus manos las mejillas de este, haciendo que le mirara directamente al rostro. Apretó el agarre mientras que Souya mano colocó en el brazo para tratar de librarse de su agarre, pero la diferencia -en esos momentos y condiciones- entre él y Rindō era bastante; Souya era más débil y él lo sabía.

— ¿No crees acaso que si quisiera matarte ya lo hubiera hecho sin rodeos? ¿Por qué insistes en decir estupideces y hacerme enojar?. — Exclamó entre dientes el Haitani, en tanto el ceño de Souya resaltaba más la vena que siempre se notaba en su rostro.

— Nunca he confiado en ti después de todas tus actitudes, es obvio que siga dudando. — Fue la respuesta de Souya.

Entonces fue que Rindō se le quedó mirando un momento, en sus ojos se podía notar la furia echa persona pero Souya no entendía ¿Por qué estaba enojado? ¿Qué pasaba en la mente del Haitani que la opinión de él le afectaba a punto de hacerle enojar?

Fue que Rindō se limitó a azotar contra la puerta a Souya, soltandolo de nueva cuenta y volviendo así a su lugar. Cruzó una de sus piernas mirando hacia el cristal de su lado. — Haz lo que se te de la gana entonces. — Fue lo único que dijo, antes de volver al silencio extrañamente incómodo de ese instante.

Souya se encargó de no dormir por nada del mundo y brincos casi dió cuando por fin pudo estar en una zona que él fácilmente reconocía. Pocas cuadras faltaban para llegar y, en cuanto estuvieron ahí, fue que Rindō salió del automóvil para dejar a Souya bajar del mismo.

El peliazul bajó y enseguida Rindō le extendió la bolsa llena de la ropa que recién habían comprado. Entró nuevamente en el auto cerrando la puerta y bajando después la ventana del mismo.

— Nos vemos la siguiente semana. — Fue lo único que dijo antes de arrancar el auto. Souya miró como el auto iba desapareciendo conforme la distancia se ampliaba así como el miraba el cielo iluminarse debido a la hora que era.

Souya entró en el edificio mirando la hora en su celular, ¡Eran las siete de la mañana, ese bastardo no lo había dejado ni dormir lo suficiente! Estaba furioso y ni como quejarse con su hermano. Entró en el departamento en silencio, corriendo de forma cuidadosa hacia su habitación y cerrando la misma con el sigilo suficiente para no ser detectado.

Ya estando a solas fue que miró las prendas que previamente le fueron ¿Compradas? ¿Regaladas? ¿Obligadas a comprar sin su dinero? No sabía como explicarse. Las mismas las metió en el clóset asegurandose de que no fuesen descubiertas a la vista; no quería explicar como había conseguido prendas tan elegantes.

Entonces fue que se tiró en su cama mirando al techo; Nahoya despertaría en quizá unas tres horas o dos, así que igual ese tiempo lo podría ocupar en dormir un poco también. Se acomodó dentro de las cobijas manteniendo las ropas que ya tenía puestas y ya no molestándose en cambiarse a la pijama, miró un momento su celular, lo dejó a un lado y se dispuso a dormir, si es que el mar de preguntas se lo permitía.

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¡Hola! Espero que les esté gustando mucho la novela hasta ahora y quería hacer este pequeño espacio comercial para agradecer todo el apoyo que me han dado en estos días, me parece una locura lo bien que están recibiendo esta novela. /Sniff sniff.

Igual avisar que si ven algunos caps con el acento al revés (en vez de á que esté à) es por que luego escribo en la computadora y tengo el problema de que no he podido cambiar la tilde a la manera correcta, así que una disculpa por ese detalle.

También quería hacer este espacio por si tienen alguna duda hasta ahora de la novela y así, pueden comentar aquí sus dudas y en alguno de los siguientes capítulos las responderé con gusto, y nuevamente ¡Muchas gracias! 💖

Maybe, is love. ❪ RinGry ❫ ©Where stories live. Discover now