𝓔𝓷 𝓵𝓸𝓼 𝓽𝓮𝓳𝓪𝓭𝓸𝓼 ~ Tori Vega (+Jade West)

19.

POV Omnisciente.

Victoria estaba apoyando los codos en el borde de su tejado. Tenía un cigarro apoyado en su labio inferior mientras sus delgadas manos lidiando con el frío de la tarde/noche. No se había alimentado aún, no tenía hambre; sentía que había lidiado lo suficiente y quería darse un descanso de ese estrés al mandar un tenedor a su boca. El humo repleto de tabaco la llenaba y no la hacía sentir tan culpable como ingerir algo directamente a su estómago. Le deseó un buen descanso a Jade y apagó su teléfono celular. Normalmente Victoria hacía eso y preocupaba mucho a su vínculo más cercano. Un día podía estar excesivamente feliz y sociable, y al otro podía irse a la mierda y desaparecer por varias horas sin dejar rastro. Antes Beck, Lucy y Sam se alertaban, incluso la castaña lloraba de miedo por su amiga, pero al notar que la rutina de Vega era constante se acostumbraron y llegaron al punto de normalizar su actitud tan inconsciente y despreocupada.

Por otro lado Victoria no podía evitarlo, era como si un nuevo chip fuera incrustado en su cabeza y tuviera que irse lejos, no importaba el destino, solo cambiar de aire. Le ocurría desde la muerte de su hermana Trina, básicamente desde que era una niña. Al odiar a sus padres por tanto tiempo ella solo buscaba no verlos, y si lo hacía, por muy poco tiempo. Salía de su escuela e iba a algún parque hasta altas horas de la tarde o se quedaba hablando con un tierno anciano del almacén del vecindario. Cualquier persona era mejor compañía que el de sus horrorosos progenitores. Y sí, aunque hoy en día era una chica sedentaria, sabía que su mente no lo era. Era inteligente y más exigente que nadie, solo que los obstáculos en su vida cada día se volvían más pesados.
Tenía una novia hermosa y tolerante pero muy en el fondo ella sabía que tarde o temprano West huiría, huiría como todos, ¿y cómo podría culparla? Estaba cargando una maleta muy pesada.
Mientras se iba caminando hacia cualquier sitio siguió pensando y pensando en qué hacer con su vida. Con su problema alimenticio, con su estado sedentario, con sus repentinas ganas de irse lejos, con sus amigos, con su novia, con su extensa "familia", su orientación sexual, y más. Era demasiado para analizar y la noche no duraba para siempre. Tomó aire y caminó hacia un puente que daba a un lago mega profundo y tenebroso. Se aferró de los bordes, y aunque el viento no soplaba de forma abismal, ella lo sentía así. Diálogos con West se le venían a la mente, palabras que solo alguien tan angelical como la ojiverde podía brindarle, algo salido directamente del corazón.
¿Realmente decía la verdad? ¿No le mentía por lástima? Tenía tanto miedo a aferrarse a la pelinegra, tenía tanto miedo de asfixiarla con sus cosas, con sus problemas, con su mera existencia.
Empezó a llorar y a agarrarse más fuerte a los bordes del puente ya que, técnicamente, su vida dependía de aquello.

-Puta madre, ¡¿qué carajos haces?!- La ferocidad con la que esas palabras salieron de la boca de Beckett Oliver hicieron que Victoria se paralice de pies a cabeza. -¡Te he estado llamando, fui a tu maldita casa y ahora estás aquí! ¿¡Qué carajos, qué mierda te pasa, joder?!- Sus gritos solo empeoraban la situación, si antes se sentía mal ahora se sentía increiblemente culpable. -¡Baja de ahí ya mismo!- Ordenó. A Oliver le importaba demasiado poco si despertaba a cada vecino de allí a la redonda. -¡Mírame, joder! ¡Baja de ahí o sí te daré una puta razón para tirarte, Victoria Vega!- Estaba desesperado. Sus ojos café se aguaron y su voz se estaba desgastando de tanto gritar. -¡QUE BAJES, JODER!- Apretó sus puños con tanta ira e impotencia. Vega jamás lo había visto tan enfurecido. Beckett jamás la había visto tan cerca de morir. -Por favor...- Susurró arrodillándose en el suelo. Él sabía que dos personas provocarían mucho peso en aquel puente y al final del día se acabarían cayendo ambos. -Victoria, por favor...- La castaña comenzó a temblar de miedo, su cabeza apuntaba perfecto en dirección al lago, su mirada se centró en aquellas aguas del mismísimo infierno.