Mi Pequeña Princesa [Gokaiger]

Veintidós: Final

“Mi Pequeña Princesa”

—¡No puede ser, ¿de verdad encontrarom un tesoro?! —exclamó Luka sin poder creérselo. Viendo a Marvelous junto a Joe llegar al barco cada uno cargando un tesoro.

—No uno, dos tesoros ¡y estos si tienen joyas! —exclamó el capitán con orgullo, tira la gran caja y rápidamente la gokai Yellow lo abre quedando fascinada.

—¿Por fin podré dejar de trabajar?

—Vamos a dejar de trabajar y poder por fin, largarnos de aquí —admitió Joe, dejando sorprendidos a los chicos ya que se ve bastante feliz.

—¿En serio? Pero... —el gokai green no se ve muy entusiasta. Desde que vio en el espejo quien es el amor de su vida, a pesar de toda la timidez y torpeza ha tratado de acercarse para hablarle a la bonita chica que vende flores llamada Hani. Es tan dulce y hermosa.

—Llevamos más de un mes aquí, es aburrido, no me gusta —espeto Marvelous con fastidio. Se acerca a su asiento y se sentó con relajo.

—A mi no me importaría irme pero... ¿Y Ahim? ¿Has hablado con ella? —cuestionó Gai con cierta preocupación.

El Capitán quedó sin palabras, si, la verdad si lo ha pensado.

(...)

—Aquí esta su entrega, señor —indicó la joven y hermosa muchacha entregándole una caja de torta a un hombre de mediana edad, el cual le sonrió amable.

Se despidió del último cliente y soltando un cansador suspiro se dirige al pequeño cuarto para cambiarse junto a sus compañeras. Al terminar a penas saliendo del pequeño negocio, se encuentra con Marvelous esperándole.

Ella sonríe de inmediato y arreglandose un poco el cabello se acercó a éste con timidez, balanceando la cartera en sus manos.

—Hola.

—Hola —carraspeo un poco nervioso, deja sus manos dentro de los bolsillos de su saco y miro a la calle —¿Vamos a casa?

—Si.

Juntos emprendieron una caminata hacia su hogar.

Desde que formalizaron su relación, Marvelous siempre la va a buscar de noche para disfrutar de una linda caminata nocturna con las estrellas como espectadores de sus dulces momentos. Marvelous en parte adoraba la calma con la que vivió junto a Ahim ese último tiempo, no es el novio perfecto pero poco a poco va aprendiendo y mejorandose. Su esfuerzo, eso es lo más que le puede regalar a la hermosa chica a su lado.

Si bien, ha disfrutado no se imagina quedarse ni establecerse. Siente que es muy joven y aún tiene mucho deseo de aventurar por el espacio, conocer, descubrir y si es posible, patear traseros. Pero ¿y si Ahim no piensa igual? ¿Y si desea quedarse?

No quiere separarse de ella pero quedarse por su felicidad, estaría dejando su razón de vivir a un lado para hacer feliz a su novia, Ahim valía la pena, no era cualquier chica y claramente todo este lío le generaba dolores de cabeza.

—¿Sucede algo? —la chica detuvo su caminata de imprevisto.

—¿Ah? No nada.