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COLEGIO DE FIFIRILLOS, ME QUIERO MORIR Y CARAS NUEVAS.









Otro día viviendo en este paraíso llamado Republica Bolivariana de Venezuela.

Hacia un calor del coño de la madre y se escuchaba al camión de agua pasar en las calles por primera vez desde hace como dos semanas. La vecina tenía esa corneta a todo volumen sonando unas gaitas desde hace rato, media cuadra le tenia ganas pero de agarrarla a coñasos porque apenas son las 7 de la mañana. Que aura tan linda para recibir el lunes.

Jisung se acaba de parar y no había pasado ni una hora desde que comenzó el día y ya andaba como con picazón de culo. Hoy comenzaban las clases presenciales después de tanto paseo con lo del covid y el bicho estaba cagao por dos razones.

1. Tendría que convivir con más de 30 maricos en un salón de nuevo después de año y medio.
2. Lo cambiaron pa un liceo privado y estaba que se acostaba en medio de una de las calles de las cuatro avenidas.

—JISUNG JOSÉ NOJODA QUE TE PARES DE ESA CAMA.

—YA ESTOY LISTO MAMÁ. – buste, pasó como media hora brincando en el baño y aún no sabe ni dónde tiene el uniforme nuevo parado.

– Ves por eso es qué a ti nadie te puede creer nada. - Entró su vieja al cuarto viéndolo ahí enrollado con la toalla. La señora tenía el vestido lleno de harina porque andaba haciendo unas empanadas. – Nos tenemos que ir en menos de treinta minutos, no vas a llegar tarde el primer día me haces el favor.

—Mamá yo estoy es fino, en 5 minutos me ves bien vestidito.

—Si ajá, tan frescolay que te la tiras y tardas como una hora echándote gelatina en el pelo. – Jisung arrugó la cara, el ya ni usa gelatina desde primer año.

—Sisi doña tiene razón, ahora salga porque ya no estoy en edad pa que mi mamá me vea las bolas. – Se escuchó una carcajada por parte de la mujer que salió pirada del cuarto porque olió como a quemado de paso.

Jisung se sentó en el borde de la cama suspirando, que iba a hacer ahora marico, no conocía a nadie en el mocho colegio ese y estaba casi seguro que iba a ser pura gente sifrina porque esa mierda es bur de cara.

Vamos a ponerlos en contexto. Jisung José Hernández estudió toda su vida en el mismo colegio público, ahí estaba literalmente su vida, obviamente cuando fue creciendo y el país fue cambiando notó como la educación se iba pal coño; pero el era feliz con eso. Obviamente a la que no le parecía ni un poquito era a su mamá, y una vez se dio cuenta que cuando comenzaron las supuestas clases en línea su hijo no estaba haciendo nada más que dormir y ver anime, se vio en la obligación de hacer lo que quería desde hace rato...meterlo en una escuela privada.

Y no cualquiera, no, una escuela y que bilingüe tú tas leyendo? Supuestamente y que la mejor en Valencia, el nivel académico era muy alto y súper estricto. Jisung no estaba preparado pa eso, está en tercer año ya y ni siquiera sabe como llego ahí.

Bueno el si sabe, a punta de chuletas pero ese no es el punto.

Ya se había peinado y estaba vestido, se baño en un perfume ahí que le regaló su abuela en su cumpleaños pasado y se miró al espejo.

—Nawebona cualquiera jura que eres un niño estudioso y de la casa. – Alguien habló desde la puerta.

Jisung pegó un brinco cagado por la repentina voz, hasta que vio de quien se trataba y sonrió, ya iba a comenzar el chalequeo. – ¿Qué haces tú aquí Changbin?

— Ah vaina si quieres me voy. – el más bajo se acercó examinándoles las pintas al otro una vez más. – Mínimo me tienes que llegar con una jeva la próxima semana, porque te ves es mi amor con te quiero.

Ponchado [Skz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora