Siempre Te Querré || Secuela de la saga de Mujer Comprada.

28. La puntualidad es una virtud

La revista se iba a renovar, así que había demasiado trabajo, había quedado en almorzar con Nate, le tuve que mandar un mensaje que no iba a poder, así que quedamos en que vendría por mi a la hora de la salida.

—Una buena fuente me ha dicho que les ha gustado mucho las fotos de la sesión pasada. —me dijo Patrick cuando entre a su oficina.
—¿En serio?
—Si, eres buena y no se lo digo a cualquiera.

Me dio una risita cómplice.

—dejare que me vuelvas a ayudar, esta vez será con el diseño, mañana empezaremos.
—Gracias.
—Otra cosa —dijo antes de dar media vuelta e irse —Aún no hay fotos de ustedes oficiales.
—Que intentas decirme.
—La revista les pagaría bien para que se haga una.
—¿Hablas de Nate y yo?
—Claro que de ti y Nate.
—No lo sé, ya hay varias.
—Tomadas por reporteros.
—Nunca lo he pensado y valoro mi privacidad.

Soltó una risita sarcástica.

—Cielo eso lo has perdido hace mucho y más al aceptar casarte con Nathaniel Miller.

Se fue dejándome con mis tareas, el dinero me caería bien, vi unas zapatillas que me gustaron para la boda, aunque sé que Nate tiene para pagarlo aún así no me siento cómoda, se lo que dicen las personas y sitios web de chisme, me dicen que soy una arribista incluso no sabía qué Nate tenía como un tipo de club de fans. Es algo loco.

A muchos no les agradaba, también a otros si les agradaba porque una de "abajo" logró conquistar a alguien como Nate.

Pensé que en estos tiempo eso no importaba mucho porque a mi no me importa, no sabía quién era él cuando lo conocí.

Mi teléfono sonó sacándome de mis pensamientos.

—Habla Sophia. —conteste sin ver quien era.
—¡Vaya! Toda una profesional. —la voz de Nate hizo que sonriera. —Estoy abajo.
—oh si, en un momento bajo.

Apague el computador, metí mis cosas y baje, había más frío en enero que en diciembre.

—Hola, Sophie. —me dio un beso suave. —¿Mucho trabajo?
—Más de lo que imaginas.

Me contó sobre su día hasta que su teléfono nos interrumpió, vio el nombre y dudó en contestar por unos segundos.

—Bueno... —había miedo en sus palabras, luego vi que sacó el aire que no me había dado cuenta que había estado conteniendo —No sabes cómo me alegra escuchar esto. Gracias por avisarme, iré para allá. —Colgó el teléfono, su estado de ánimo cambio de feliz a súper feliz, pude ver cómo relajaba los hombros que en todo este tiempo los tenía tensos.
—¿Qué pasa?
—Ha despertado. —dijo riéndose.
—Eso son buenas noticias.
—Lo son.

Marco y se volvió a llevar el teléfono al oído.

—Quiero que preparen todo, en dos horas salimos para Londres. —volvió a colgar. —Tengo que avisarle a mis papás.

¿Se pensaba ir otra vez? Escuché que le dio la noticia a sus papás, y le dijo sus planes, solo tardo unos minutos antes de colgar.

—Te dejare en tu departamento para que puedas arreglar tus cosas y pasaré por ti en una hora. —dijo mientras tecleaba en su teléfono.
—¡Espera! —dejó de ver su teléfono para verme. —No puedo ir. —Frunció el ceño. —dijiste que querías ir.
—¿Cuándo?
—La ultima vez que me encontraba ahí.
—Si, pero ahora no puedo, tengo trabajo, lo sabes.
—¿No quieres acompañarme?
—Si quisiera aunque tengo trabajo, mi jefe me está dando una oportunidad que empezará mañana...
—Sophie no necesitas trabajar...
—Si lo necesito, Nate. No es algo que pensé que nos llevaría a una discusión.
—No lo veo como una discusión.
—Bien, tal vez no lo sea, yo si tengo que trabajar no puedo irme y dejar todo como tú.
—No estoy dejando todo. Phoebe ha despertado y me gustaría verla y que tú la conocieras.
—¡Que bueno! Sin embargo no puedo. Lo siento, si quiero sobresalir laboralmente tengo que perderme de estas cosas como viajes de improvisto a cualquier lado del mundo que se me antoje.
—dices que no es discusión, pero tus palabras dicen otra cosa e igual tú gesto.
—Vale, lo siento. No es discusión.
—¿Entonces no me acompañarás?
—No puedo.
—Respetaré tu decisión.
—¿Tardarás mucho?
—No creó.
—¿Vienes antes de la boda?
—Por supuesto, quiero asegurarme que se encuentre bien.