44. No es el momento

442 60 12
                                    

18 DIAS ANTES.

A las 12 am llegamos a mi casa que estaba oscura, ya que no había nadie que prendiera las luces, me baje con miedo y nostalgia de la camioneta, me quede un rato admirándola, si el pueblo no había cambiado, mi casa mucho menos, solo la pintura.

—Hace como un año la pintamos.

Es como si Thomas me hubiera leído el pensamiento.

—Se ve bien.
—Era su color favorito.
—Si.

La casa estaba de un amarillo bajo, ese color que salía al amanecer, tenue, era el color favorito de mi mamá.

—Vamos, hay frío.

Camino al pórtico y lo seguí, sacó la llave de mi casa de su bolsillo y abrió, paso primero y yo me quede en el umbral de la puerta con miedo a entrar, él al percatarse que no había entrando me miro.

—Todo estará bien, patita. —lo miré a los ojos y me sentí segura, asentí.

Por fin pase y lo primero que vino a mi nariz fue el perfume de mi papá, las lágrimas amenazaron con salir.

—Si quieres subir a cambiarte.

Me sentía una extraña en mi casa, ¿cómo era posible que Thomas tuviera más confianza de andar aquí que yo?

No dije nada y subí las escaleras, evite mirar las fotografías que estaban a un lado de ellas, eran de mi mamá y nosotros, entré a mi vieja habitación estaba extrañamente limpia, pero igual a cómo la dejé, incluso los posters de fotografías famosas.

El viejo piso de madera crujió cuando pase para ir al baño, rogué que hubiera shampoo y jabón porque no quería al baño de mis padres, no podía entrar a su habitación no ahora, me quede un rato más en la regadera esperando que el agua caliente me quite el peso que sentía sobre mis hombros, me envolví la toalla al rededor, fui pequeño closet, no había dejado mucho de que escoger, recuero llevarme lo que más usaba a Nueva York y que entraba en mi maleta, agarré una camisa de franela de cuadros y unos pants negros, en el fondo estaba la chamarra que me había regalado Thomas, era de él me la dio después de un partido donde anotó varias veces.

Me tome mi tiempo en desenredar mi cabello, no quería bajar cuando solo íbamos a estar los dos solos, pero no podía dejarlo esperándome por siempre.

Baje con cuidado las escaleras, no quería hacer ruido, estas no ayudaron porque crujieron anunciándome, Thomas estaba en la sala sentado en el sillón él me miro.

—Debes comer.
—No tengo mucha hambre.
—Vamos Patita.

Escucharlo pronunciar como me decía antes, me estremecía, tome asiento a su lado, me pasó una de las hamburguesas, le di una mordida.

—No ha cambiado.
—Deliciosas como siempre.
—ajá. —dije con comida en la boca, ya que había probado, mi hambre despertó y casi devoré la hamburguesa.
—que bueno que estás comiendo.
—No había comido desde las 10 am.
—Eso es mucho tiempo.
—Si.

Como yo acabe primero mi hamburguesa, me levante para la cocina.

—Iré por café para llevar.

Mi papá guardaba donde siempre las cosas, puse agua en la cafetera y la encendí, cuando regrese a la sala Thomas estaba viendo a una dirección, seguí su mirada y era a una foto enmarcada de mi boda con Nate, carraspee para anunciarme.

—Te veías hermosa aunque un poco menos tú —dijo porque se dio cuenta que me di cuenta lo que observaba.
—Gracias supongo. —me senté al otro extremo del sillón, dejando un espacio entre nosotros.
—A lo que me refiero es que...
—No importa —le dedique una media sonrisa.
—Creó que no debí decir nada. —torció el gesto.
—Tranquilo, esta bien.
—Me siento más extraño contigo ahora que estás casada.
—¿Por que?
—Por todo lo que te dejé en tu buzón y pensé que tendría más tiempo para lamer mis heridas, pero otra vez el destino nos junto.
—Thomas...
—Mira entiendo que no hayas contestado, me lo dijiste en Hawái y yo no quise escuchar, es solo que pensé que después de habernos besado...
—No creó que sea el momento de hablarlo.
—Claro, lo lamento.
—Iré a ver cafetera.

Siempre Te Querré || Secuela de la saga de Mujer Comprada.Where stories live. Discover now