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Capítulo 16. Estaba esperando el momento

Harry caminó a paso apresurado a través de las personas que ya hacían tumulto en el 505 resto-bar, buscaba con afán una cabellera rojiza, cualquiera de las dos le serviría en iguales condiciones.
Se encontró fue con Clairo, distinguiendo ahora en su cabeza unos singulares mechones amarillos. Sus ojos verdes que eran como un par de olivas lo escudriñaron unos instantes antes de soltar una sonrisa cómplice. Lo tomó del brazo para conducirlo al backstage.

—Hoy te toca ser la estrella del show —consintió ella con picardía.

Harry suspiró, sin dudas nervioso.
Lo siguiente fue ver cómo Jade aparecía por una de las puertas con un sombrero negro en sus manos, el resto estaba en su mochila. Sería una noche increíble. Hasta Mitchell asistiría.

Harry se dejó peinar entonces con Clairo, la cantante logró darle brillo y volumen a su cabello rizado que ya empezaba a crecer más de la cuenta, no era mucho el trabajo porque de todas formas este sería cubierto con el sombrero vaquero que Jade había traído.
Clairo lo coloco ágilmente sobre su cabeza al tiempo que le indicaba que podía cambiarse en el camerino, como el show de esta noche no estaba a su cargo, dicha habitación estaba desocupada.

Luego de vestirse, Jade lo estaba esperando para colocarle algo de maquillaje a su rostro, ella insistió y Harry no pudo resistirse a la idea, además tenía entendido que el resto también llevaba.

Cuando salió del camerino ambas pelirrojas estaban también en personaje y sus ropajes eran similares al suyo. Clairo silbó en su dirección y aquello lo hizo reír.
Jade ya la había arreglado, Clairo llevaba un fuerte labial carmín y la mitad de su rostro estaba caracterizado para parecer un payaso. La pelirroja cantante hizo un ademán con su sombrero vaquero y guiñó un ojo para despedirse de ellos, tenía que organizar al resto del personal.
Esta noche sería la primera vez que presentarían una coreografía en vivo en el resto-bar y estaban emocionados, esperaban que el sitio estuviese a reventar pero habían muchas cosas por las que cerciorarse antes de comenzar.

Jade negó con una sonrisa cuando la vio marchar.

—Clairo siendo Clairo, el mundo es como su escenario ¿lo sabes?
—Más que saberlo, soy devoto testigo de ello. Me fascina —respondió Harry inclinando su rostro para que Jade pudiera empezar con lo suyo.
Jade río con gracia ante su comentario.

—Ay Harry, si no conociera que ya hay una serpiente en tu bota, me hubiese hasta emocionado por tus declaraciones. Pero es de esperarse, Clairo suele causar ese efecto en todas las personas.

Harry sonrió relamiendo sus labios. Había sido una ingeniosa manera de decir que ya estaba colgado. Sin embargo, él no estaba mintiendo. Y suponía que Jade tampoco, era fácil engancharse a Clairo.

Jade lo hizo levantarse para evaluar el vestuario ya completo, había hecho un trabajo estupendo, así que sonrió colocando los brazos en jarra. Con su dedo índice le indicó que girará sobre sus pies, Harry así lo hizo.
Quedó frente al espejo y se miró por primera vez.
Jade había delineado sus ojos y su boca tenía pintura blanca y roja. Harry sonrió burlándose de si mismo, se sentía así de payaso la mayoría del tiempo. El maquillaje solo lo reflejaba por fuera.
Colocó ágilmente las manos sobre la hebilla de su cinturón y ya tenía la pinta de un auténtico cowboy.
Sonrió satisfecho. Se giró de nuevo hacia Jade y era el turno de ayudarla a arreglarse. Si bien no sabía mucho de tenazas y secadoras, hizo su mejor esfuerzo para separarle el cabello, recogérselo y que de ese modo fuese más sencillo para ella ir alisándolo. Jade tenía un característico cabello rojizo, era abundante y siempre le caía en cascada debajo de los hombros.
Jade terminó su maquillaje con un par de pinceladas más sobre los pequeños triángulos que dibujó en sus mejillas, suspiró dando por terminada la sesión. Le dolían las manos pero estaba feliz. Ansiosa por sobre todo.