El infierno que dejamos atrás

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Y ahí estaba yo, en lo más alto de una colina, contemplando la naturaleza de un mundo que se había extinto hace años. Vivido y brillante, Aquel color verde yacía por todas partes, y por todas partes estaban muchas de las criaturas que en aquel momento dominaban el planeta entero. Dinosaurios, tal y como nos los imaginamos, seres monstruosos de afilados colmillos. Contrario a lo que se pensaba, estas criaturas eran más inteligentes, y claro, eran mucho más mortales.

Entre la vegetación sobresalían las estructuras metálicas y oxidadas de los edificios que seguían en pie, pero que pronto caerían consumidas por el poder de la naturaleza. Darwin tenía razón, todo se limitaba a la supervivencia del más fuerte.

Antes de que el fin de la humanidad llegara, los científicos habían propuesto, gracias a los avances científicos, revivir a los dinosaurios mediante clonación. ¿Para qué? Nadie lo supo jamás. Solo dijeron que era con fines de investigación. Pero era claro que había algo mucho más túrbido en todo ello. Se les advirtió durante meses lo peligroso que aquello podría ser y todas las consecuencias que traería jugar a ser Dios, pero nadie escucho.

Nadie supo en qué momento el mundo como lo conocemos terminó. De la noche a la mañana, todo el planeta estaba sumergido en el caos total. Las criaturas que surgieron de todas partes saciaron rápidamente su apetito por carne humana. El infierno se desató sobre la tierra y nos llevó a la extinción casi total. Fueron muy pocos aquellos que lograron refugiarse y esconderse, el resto pereció ante tan temibles criaturas.

Está más que claro que existen muchas cosas que escapan de nuestro entendimiento, y esta era una de ellas. Y es que los científicos ni siquiera pudieron revivir a todos los dinosaurios, no les dio tiempo. No pudieron traer de vuelta a ninguna de las criaturas de tamaño colosal, ni siquiera al temido ti rex. De hecho, únicamente revivieron a una sola especie. Se trataba del Musaurus, un pequeño dinosaurio del tamaño de una gallina.

Sí, aquel diminuto ser fue el responsable de acabar con la vida humana en el planeta. Y solo pensar en que hubiera pasado si otras especies hubieran llegado a nuestro tiempo me da escalofríos. No puedo pensar que clase de mundo se extinguió hace millones de años, dejando aquel infierno atrás. Tal vez, solo tal vez, dios se dio cuenta de las atrocidades que había creado, y decidió eliminarlas. Y no, no hablo de los dinosaurios, sino de nosotros.

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El libro de las creepypastasWhere stories live. Discover now