Capítulo 62: Nuevo curso en Kadic.

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Narración en primera persona.

A través de la ventana del coche de mi padre veo como los adultos van a sus trabajos, con grandes maletines y arreglados con traje. Siempre me he preguntado si yo sería así en algún futuro, alguien elegante, con traje y con un maletín. Alguien que sale de un lugar al que puede llamar casa, con una esposa y un hijo. Un hijo, alguien a quien transmitirle mis conocimientos, alguien en quien recae toda mi responsabilidad. ¿Sería eso posible? No lo sé. 

A medida que el coche de mi padre va avanzando veo cada vez más cerca la academia Kadic, un nuevo curso está por llegar, parece que una y otra vez se repite el mismo acontecimiento clave: mi padre llevándome a Kadic mientras yo reposo la cabeza en la ventana ayudado de la música que resuena en mis oídos y que es transmitida por mis auriculares.  Finalmente hemos llegado, estamos a las puertas de Kadic, la academia Kadic, el lugar donde conocí a mis amigos, el lugar donde descubrí Lyoko, donde encontré a Charlotte y donde aprendí a quererme. Bajo del coche, cojo las maletas y me despido de mi padre, esta vez sí, esta vez nos hemos despedido. 

Entro por la inmensa puerta de la entrada y llego hasta el edificio en el que se encuentran los dormitorios. Echo la mirada hacia el lado izquierdo, donde un pelín más abajo se encontraba el gimnasio, donde celebramos la fiesta de graduación. Abro la puerta y veo ese pequeño descansillo en el que vivimos innumerables aventuras, como aquella vez en la que un puñado de animales salvajes nos atacaron y no podíamos salir de la academia, por suerte pudimos hacerlo. Parece mentira que haya pasado un año de aquello. Subo las escaleras hasta que llego al pasillo de las habitaciones. Esta vez no estoy triste como la última vez, no voy sin ganas a empezar el nuevo curso en Kadic, voy lleno de recuerdos del año pasado y sobrado de amistades que han marcado este último año. Cuando llego a mi habitación y abro la puerta veo a Paul organizando sus cosas.

Paul: Da gusto estar en casa, ¿verdad Alan?

Alan: Sí, la verdad que sí.-sonrío.

Paul como siempre ha vuelto a adelantarme, ha deshecho la maleta y ha terminado de colocar su ropa y sus cosas, siempre va un paso por delante de mí.

Paul: Voy abajo con las chicas, nos estarán esperando. No llegues tarde a comer, que nos conocemos.

Alan: Está bien.-digo entre risas.

Paul sale de la habitación y cierra la puerta. Coloco la maleta encima de la cama. Me siento en ella. Observo atentamente nuestra habitación. Casi me emociono al pensar en todas esas noches que di la tabarra a Paul mientras trabajaba en Lyoko, mientras descifraba esas notas de voz que Jeremy fue dejando. O aquel trágico día en el que todos me dieron de lado porque se agobiaron con Lyoko, y Paul estuvo a mi lado. Tuve la sensación de haber encontrado mi hogar finalmente. Me dejo de nostalgias, me levanto de la cama y comienzo a ordenar mis cosas, esta vez sin tristeza en mi rostro, únicamente alegría. 

Cuando termino de recoger las cosas, salgo de la habitación y me encuentro de frente al profesor de gimnasia Jim Morales.

Jim: Eh Jeffrey, da gusto verte de nuevo. Parece que has crecido un poco muchacho.

Alan: También me alegra estar de vuelta Jim.-digo con una intensa sonrisa.

Jim: Procura no llegar tarde mañana a clase de gimnasia, es a primera hora y todos sabemos lo que te pasa a primera hora.

Alan: Está bien señor Morales.-me río.

Continúo caminando por el pasillo, bajo las escaleras y salgo al patio. Allí me encuentro en nuestro banco de siempre, al lado de la máquina expendedora, a Paul sentado de espaldas a mí, y a las chicas de pie hablando, todos juntos. Liss, Sadie, Chloe, Paul, por fin estábamos los cinco de nuevo. Camino hacia ellos, Sadie parece verme y viene corriendo hacia mí.

Código Lyoko: Nueva Generación.Where stories live. Discover now