Capítulo 10

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No sé a dónde íbamos, y honestamente tampoco me importó. 
Niall se metió en una vieja camioneta de la cual tenía las llaves y yo me metí a su lado.

-¿A dónde vamos?- pregunté mientras encendía el motor y me miró con una sonrisa divertida a la vez que el motor rugía.

-Ya verás- dijo y comenzó a conducir.

No sé exactamente qué decir, ni cómo actuar, tampoco sé que pensar, pero, tal vez, esta confusión de improvisar es lo que probablemente me deje una hermosa y divertida anécdota.

Y así fueron casi que 15 minutos de viaje en silencio, luego 20 y llegamos a la media hora, donde pude ver que por el paisaje, nos encontrábamos algo afuera de la ciudad, ya donde las casas están separadas y se ve más pasto que asfalto.

-Aquí- dijo frenando en un  granero algo aislado- es a donde veníamos con Charlie y las chicas luego de las carreras- dijo señalando el viejo granero que estaba iluminado por la luz de la luna y acompañado por el sonido de los grillos.

-Y me traes aquí… Porque…- dije yo mirando al frente.

-Hay algo que te falta Shelly- dijo girándose y me miró serio- estoy cansado de dar vueltas en la cama pensando en las cosas que podrían estar pasando por tu cabeza y si entre esas cosas estoy yo.

-¿Acaso te importa?- pregunté y se rió- Me doy cuenta la forma en la que te gusta Elizabeth- dije riéndome- ¿Por qué te haces esas preguntas?

-Sé que es imposible que tu y yo estemos juntos, es decir… Tu eres y tu y yo… Soy yo- dijo con una media sonrisa- pero…

-Mejor cállate- dije y asintió riendo.

-¿Vamos adentro?- preguntó bajándose y asentí, bajándome de la alta camioneta y lo seguí abrazando mi propio cuerpo. Abrió una pequeña puerta de madera con una llave de candado y dio permiso a entrar. Pude ver el gran lugar que tenía un par de sillones viejos con alfombras, equipos de música y en las paredes, fotos de autos. Había una foto de Niall con Charlie y dos chicas más, una de ellas era Elizabeth y la otra, era Elizabeth en versión más grande.

-Mira- dijo encendiendo en el equipo de audio una canción algo alegre mientras encendía una llave que iluminaba parte del techo con luces de navidad amarillas que iluminaban todo el lugar.

-Esto es hermoso- dije mirando hacia arriba y se paró a mi lado.

-Lo sé- dijo suspirando.

-Creí que nunca antes habías estado en San francisco- se rió.

-Todos tenemos secretos- contestó y se enfrentó a mi, con una sonrisa- ¿Alguna vez has bailado?- preguntó y me sonrojé.

-No- dije y me tomó de la cintura- Pero supongo que tu si.

-Digamos que si- contestó mientras yo ponía mis manos en su cuello.

-Debería irme.

-¿por qué?- preguntó apenado.

-No lo sé, tengo ese presentimiento de que luego… Estaré sola- dije y se rió.

-No…- dijo mientras bailábamos. Al principio fue algo extraño, pero luego, comenzamos a reírnos de lo ridículo que nos veíamos- Somos buenos amigos- dijo y asentí.

-Lo que me gusta es que solo somos amigos- reí feliz, calmándome un poco.

-Si…- dijo él con la misma sonrisa. Al decir eso, me miró fijo al rostro y sonrió otra vez. Pude darme cuenta de que acercó su rostro al mío, muy lento, girando su cabeza para no golpearse con mi nariz y cuando sentí su nariz contra mi mejilla, y su aliento sobre mis labios, lo empujé.

-¿Qué haces?- pregunté ya distanciada.

-nada- dijo nervioso.

-Mira- hablé furiosa- No te creas que eso que dije de que eres mi amigo es un juego para que me beses- dije.

-Pero…

-Pero nada- contesté molesta- Eres mi amigo, los amigos no se besan.

-Tienes razón- dijo algo confundido- Es solo que, dejé de pensar por un minuto…

-Sé que mueres por Elizabeth- aclaré un poco más tranquila- No confundas las cosas- asintió.

-Entonces supongo que quieres irte- aclaró su garganta, señalando la puerta. Simplemente lo miré y me quedé pensando, pensando en que pasa por su cabeza en este momento ¿Acaso le gusto? ¿Acaso llamo su atención? Eso nunca ___, así que mejor calmate mi querida Shelly, eso nunca sucederá.
Miré a mi alrededor, el lugar donde Niall venía con sus viejos amigos, el lugar donde tiene cosas con las que se divertía con sus amigos, el lugar lleno de fotografías de sus amigos… ¿Por qué me trajo a mi?

-Dime por qué vinimos aquí- lo enfrenté.

-Bueno pues…- dijo caminando hacia mi- Solo…

-Dejemos de fingir ¿Si?- pedí en una suplica- te acercas a mi, me hablas, me acompañas y luego te alejas como si no me conocieras  o no quisieses conocerme- solté las palabras sin pensarlo un segundo. No dijo nada, solo se quedó callado.

-¿Por qué siempre tienes la última palabra?- preguntó.

-Por favor, solo… Explícame eso- pedí y tragó nervioso.

-No lo sé- dijo exasperado- Tu no te preguntas por qué te juntas con otras personas.

-Siempre me pasa que cuando estoy con las demás personas, me pregunto quién es, no tengo ningún sentido de por qué estar con ellos- dije en mi defensa y negó.

-No puedes ir por la vida pensando que todos son desconocidos- dijo firme.

-¡Pues si tan solo pudiese controlar que pienso!- grité molesta- No entiendes, nunca entenderás- abracé mi propio cuerpo.

-Shell…- llamó.

-Quiero que me lleves a mi casa- pedí intentando de no llorar.

-Pero…

-Llévame a casa y no vuelvas a hablarme- pedí mirando al suelo. No dijo nada, simplemente suspiró, tomo las llaves, apagó todo y me guió a la puerta, donde en silencio caminamos debajo de las estrellas hasta llegar a la vieja camioneta. Hicimos la media hora de viaje, otra vez en silencio, sin una sola palabra hasta llegar al centro de la ciudad y de allí, a nuestro edificio.

Subí las escaleras casi que corriendo hasta entrar en mi apartamento. Otra vez la soledad de mi casa, mi acogedora y tierna soledad.
Miré a un costado, el espejo de cuerpo entero que había en una pared y vi mi reflejo, pero no me vi a mi, vi a una chica huyendo del mundo, huyendo de la verdad, y quejándose de lo que más ama. Al fin y al cabo, me quejo de que estoy tan sola, pero  ¿Acaso hago algo por no estarlo?

En eso, mi teléfono suena. Tardé en tomarlo de mi bolsillo, pero al hacerlo, miré el identificador de llamadas y era un numero desconocido así que, contesté.

-Hola, _____sonó la voz de Charlie.

-Hola- dije algo confundida- ¿Por qué me llamas?

-Tengo una mala noticia- dijo apenado.

-Dime…- dije confundida.

-Elizabeth acaba de quebrarse una pierna en la pista…

-¿Qué hace en la pista a esta hora?- pregunté.

-Ella hace esto todo el dia- dijo estresado- escucha… necesito saber si tu… ¿sabes correr?

-¿Correr?

-Carreras, conducir autos…- dijo riéndose.

-No- dije yendo a la cocina.

-Genial, porque, te necesito para que remplaces a Elizabeth.

-pero si no sé conducir- dije rodando mis ojos.

-Le diré a Niall que te traiga mañana luego de las clases, te enseñaremos- dijo muy convencido.

-Espera, Charlie…- dije yo pero había colgado. 

The girl who never felt love N.H #wattys2015Where stories live. Discover now