Ese sábado por la mañana, luego de una larga semana de entrenamiento con los nuevos coches, conociendo a los nuevos mecánicos y adaptándome a los cambios junto a Niall, llegó por fin la carrera. Estábamos en España, donde correríamos en el sexto puesto ya que hemos perdido unos puntos mientras que Byron estaría en el primero.
-Shelly- me llamaron antes de que me ponga el casco. Los nervios se acumulaban en mi estómago. La grada de gente, los periodistas, las propagandas, este traje que pesa mucho y me da calor, ganas de arrancármelo de la desesperación por sentir mis brazos tan atrapados.
-¿Si?- pregunté girándome y vi a Charlie, en un traje de mecánico con Niall a su lado, quien estaba igual de nervioso que yo, con el mismo uniforme.
-Ya te dijimos la técnica... ¿Verdad?- asentí nerviosa y el hombre le habló a un micrófono dandome la espalda. Niall se acercó a mi y me sonrió nervioso.
-¿Estás tan nerviosa como yo?- preguntó y asentí.
-Si perdemos...
-Nos cortan la cabeza- completó mi oración- No perderemos.
-¿Cómo lo sabes?- pregunté molesta ante su arrogancia y me sonrió, pero esta vez, egocéntrico.
-Porque conozco a Byron- dijo.
-¿Qué no lo ves? Allí hay como 14 competidores...- señalé la pista, subiendo el tono, pero unos periodistas nos vieron, así que sonreí falsamente. Se acercó a mi, agachando su mirada, dejando su frente cerca de la mía, mirándome con una mezcla de lujuria, odio y tentación.
-Ganarle a Bradly, es lo único que me importa...
-Niall- dije enfadada- Debes de seguir la técnica...
-Lo haré- dijo y besó mi frente- Te amo amor- gritó bien fuerte.
-Niall, Niall- llamó un periodista y él me abrazó, rodeando mi cintura con su brazo, mientras otros periodistas se acercaban- ¿No te preocupa que la chica tenga un accidente?- y todos rieron- Pues ya sabemos como son ellas al volante...
-Confío en ella- dijo Niall y me miró- juro que si su auto se da vuelta, se desvía o incendia, yo mismo iré a sacarla de allí- dijo con ternura, mirándome y por un segundo, sentí que sus ojos era lo único que podía ver, sin escuchar nada.
-¿Y su choca y muere?- preguntó el periodista y un nudo se vino a mi garganta. Otra larga pausa hasta que él contestó:
-Pues entonces estrellaré mi auto contra la pared, y me encargaré que nadie vaya a sacarme- y se fue, obligándome a darle la espalda.
-Eso fue increible- dije mientras me ponía mi casco pero me lo quitó.
-Debemos besarnos- rodeé mis ojos y le di un rápido beso en los labios, pero él me tomó de la nuca y lo intensificó, relajándome por completo.
Luego llegaron los mecánicos, y nos separaron, tomándonos de la cintura a cada uno, y obligándonos a darnos la espalda.
Me senté en mi coche, mientras me decían el circuito, pero no presté atención a eso, solo miraba a Niall, como tensaba su mandíbula al cruzarse con Bradly.
-¿De acuerdo?- preguntó mi mecánico y yo levanté mi pulgar, mientras me ponían el casco. Sentí mi respiración junto con mi pulso, como si mi cabeza estuviese dentro de una cubeta.
-Por favor Niall, no hagas nada estúpido- pedí en una súplica, unas palabras que rebotaron en mi casco y luego de unos segundos se encendió el micrófono, lo cual agradecí.
Miré el semáforo, en rojo, y mientras cambiaba a amarillo, me hice una pregunta inoportuna:
¿Qué hacen los adolescentes de 17 años normalmente?