Parte 26

1.7K 110 15
                                    

- Narra Kim Namjoon -

Estaba en casa esperando a Tn, la verdad estaba nervioso pues sabía que me esperaba una fuerte regañiza, bueno, no como tal pero mi mujer a veces explotaba demasiado.
A cada instante observaba las cámaras para ver si ya estaba por llegar, hasta que en una de esas veo que ya estaba parada enfrente de la puerta.

- Virgen santísima. - susurré.

Empezó a ingresar el código y me sentía aún más nervioso, pues sabía que la había cagado.
Salí corriendo hacia el sofá y me senté.

- Hola, cariño. - habló felizmente.

Se acercó a mi y me beso en los labios.

- ¿Eh? - dije mientras procesaba su amabilidad.

- Te dije hola. - soltó una pequeña risa.

- Hola. - dije con desconfianza.

- ¿Comiste? - preguntó con una sonrisa.

- No, te estaba esperando. Amor...- me quedé en silencio.

- ¿Aja? - pronunció mientras me veía a los ojos.

- No, nada, te amo. - sonreí tratando de olvidar lo de hace unas horas.

Empezó a reír levemente y se acercó a mi.

- Ni creas que se me a olvidado tu escenita Kim Namjoon. - susurró.

Trague en seco y empecé a sonreír de nervios.

- ¿Que andabas buscando en mi celular? - interrogó mientras se cruzaba de brazos y quedó enfrente de mi, mientras yo levantaba mi mirada para verla a los ojos

Ups! Ten obraz nie jest zgodny z naszymi wytycznymi. Aby kontynuować, spróbuj go usunąć lub użyć innego.

- ¿Que andabas buscando en mi celular? - interrogó mientras se cruzaba de brazos y quedó enfrente de mi, mientras yo levantaba mi mirada para verla a los ojos.

- ¿¡Quien dijo que revise tu celular!?- pregunté indignado, intentando disfrazarla pero no resultó.

- No te hagas Namjoon o solamente que fueras vidente, que no creo ¿Verdad? - dijo divertida pero sin quitarle el toque de molestia.

- ¿Porque no crees? - respondí con sorpresa.

- Deja de jugar Namjoon, respóndeme. - insistió.

- Cariño, me dio curiosidad porque estaba sonando mucho. - respondí a la brevedad.

- ¿Y ya por eso te das tal derecho? - preguntó de nuevo.

Guarde silencio unos segundos pues no sabía que responder.

- ¡Ya! No me estes regañando. - dije con tristeza y un leve puchero.

- No te estoy regañando, te estoy pregunta bien las cosas. - trató de calmar su tono de voz.

- Suéltame que me estás lastimando. - respondí de una manera alterada.

Hermosa coincidencia Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz