Parte 47

1.6K 129 10
                                    


Desperté cansada por la tremenda revolcada que me dio Namjoon hace unas horas, abrí mis ojos y él se encontraba en un sofá individual que había en una esquina de la habitación, me miraba fijamente, hasta que me senté en la cama viéndolo también.

- ¿Qué? ¿No dormiste? - cuestione somnolienta.

- Pues tú me dijiste que me querías listo desde temprano ¿No?- se puso de pie y caminó hacía la cama para terminar sentándose a mi lado.

Me dejé caer de nuevo en la cama tapándome completamente y soltando un quejido.

- Anda, ponte de pie. - me quitó las sábanas y se recostó, posicionando su rostro en abdomen para empezar a dar pequeños y pausados besos. - ¿Ya tienes un camaróncito?- da un pequeño beso y levanta su mirada hacia mi. - ¿Ya no te estas cuidando verdad? Dime que no.

- ¿Vamos hablar de esto de nuevo? - suspiré con pesadez.

Molesto, simplemente se apartó de mi y no hizo o dijo más, así que aproveche en ducharme.

Salí del baño y me maquille un poco mientras Namjoon permanecía sentado en la cama, jugando con sus manos.

- Oye, cielo ¿Podrías traerme el vestido de la boda? Por favor. - hablé un tanto alto para que me escuchara.

Se encontraba en un pequeño armario que había en la habitación, solo que quería volver a medírmelo pues sentía que no me iba a cerrar del todo.
Se levanto de mala gana, abrió el armario para después ir a mi y dármelo.

- Uy, gracias. - dije en tono sarcástico al ver su rostro y manera de entregarlo.

No dijo nada y se tumbó en la cama boca arriba, suspirando molesto.

- Vámonos  y deja de andar con ese humor tan chocante. - me levanté del tocador y tome mi bolso.

No me dijo nada y salió de la habitación, salí detrás de él y empezamos a caminar más o menos unas dos cuadras.

- ¡Hey! Vamos por acá. - agregué al ver que se iba en sentido contrario.

- Yo quiero ir por aquí. - agregó con indiferencia.

- Pero te estoy diciendo que es por acá, de este lado están las bicicletas. - agregué.

Rápidamente se volteo y camino enfrente de mi para confirmar con su cabeza.

- Solo me hiciste caso porque andaremos en bicicleta, desgraciado. - susurré.

Como niño pequeño, se fue a la sección de bicicletas y tomó una de inmediato.

- Te hablaré si me ganas en unas carreritas. - agregó con indiferencia pero sabía que ocultaba sus ganas de reír.

- Eres un tramposo, sabes que no se andar muy bien.- me acerqué a él.

- Uno, dos, tres, adiós. - se subió en ella y se fue algo rápido y yo aún ni tomaba una.

- ¡Kim, no vienes solo! - grité.

No me presto atención y siguió con su camino.

- ¡Namjoon, no juego, espérame! - grité y camine a paso veloz.

Parece como si no escuchara. Siguió su camino y no me quedó de otra más que bajar mi velocidad para caminar tranquila, pero de buenas a primeras perdí de vista a Namjoon.

- ¡Carajo! ¿Ahora como fregados te voy a encontrar? - susurré para mí.

Caminé pero nomás no había señal de Namjoon. Volví a regresar a donde se encontraban las bicicletas pero primero pasé a una cafetería para después ir a sentarme en una banca cercas de donde estaban las bicicletas.
Me paraba, sentaba, daba vueltas al rededor de la banca, le marcaba pero no me contestaba, hasta que después de dos horas, lo veo a lo lejos, bien sonriente con una dona en la mano y un café en la canastita delantera de la bicicleta.
Llegó hasta mi, dejo la bici, agarró su cafe y se fue a sentar conmigo, empezando a comer tranquilamente sin verme a los ojos.

- Mírame a los ojos, Kim ¿Te parece gracioso dejarme sola por dos horas? - me pare enfrente de él pero simplemente evitó mi mirada y le dio un trago a su café.

- Estoy muy molesta contigo, pero... Dame una mordida de tu dona ¿No? Tengo hambre.

Empezó a sonreír, se levantó y me extendió su mano para que le diera una mordida.

- Anda mi amor, vamos a comer. Es más, ten cielo.- me dio la dona y su café mientras caminábamos para encontrar un buen restaurante.

- Si se ve que tenías un poco de hambre, cielo. - empezó a reír y besó mi mejillas

Después de unos minutos encontramos un restaurante lindo, pasamos y ordenamos, al llegar la comida empecé a comer y me sabía a gloria.

- Amor, mastica la comida. - empezó a reír.

- Estoy comiendo tranquila, Namjoon. - lo voltee a ver seria.

Empezó a reír y me perdí completamente en lo bello que se veía sonriendo.

- Cariño, te ves muy bello.

Empezó a sonreír avergonzado y bajó su mirada al plato.

- Déjame comer, cielo.

Hubo silencio por unos segundos.

- Adivina en que estuve pensando mientras tu no estabas. - dije mientras cortaba un poco de carne.

Me volteo a ver sorprendido esperando respuesta.

- No me veas así, con los ojos bien abiertos que me das miedo porque no estoy acostumbrada a verte así. - me burle.

- Síguele, Sra. Kim. - paso su mano debajo de la mesa para apretar mi pierna. - Dime en que pensaste.

- En nada. - sonreí con la mirada baja y después llevé bocado a mi boca.

No se porque dije esas palabras si aún no confirmaba nada, no quería otra desilusión...





.....................

Hermosa coincidencia Where stories live. Discover now