3. Under the rain

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Las gotas de lluvia golpeaban con fuerza en su piel mas a él no le importaba. Eran pasada las dos de la mañana y el rubio, después de tener una crisis, no podía dormir. Deambulaba por los alrededores de la U.A mientras intentaba despejarse. Normalmente no le gustaba la lluvia pues era perjudicial a la hora de usar su peculiaridad, pero cuando necesitaba paz le encantaba.

Un trueno seguido de un relámpago despertó a Uraraka. El viento había abierto la puerta del balcón mal cerrada y el frío le empezó a calar. Se levantó para cerrarla pero divisó una figura familiar fuera. Ya era la segunda noche que lo veía bajo la lluvia.
Con rapidez se puso zapatos y una chaqueta impermeable, luego cogió carrerilla y saltó del balcón. Utilizó su don para amortiguar la caída. Aterrizó a un par de metros del rubio. El viento le quitó la capucha mas no se molestó en volvérsela ha poner.

— ¿Bakugo estás bien?— preguntó acercándose a él. El chico no se movió.— Vámonos dentro, te vas a enfermar— con suavidad agarró su brazo y lo guió hacia la sala común. Para su sorpresa y preocupación Bakugo no reaccionó con agresividad ni siquiera se apartó de ella.

Al llegar a la sala común Uraraka no sabía que hacer, ¿y si le preparaba un té? Sí, eso haría pero primero se tenían que cambiar estaban empapados.

— Vamos a tu habitación, te tienes que cambiar.

En la habitación de el rubio, Ochako se tuvo que tapar la cara pues Bakugo se cambió de ropa con ella delante, era como si no existiera ni siquiera la miraba, el chico parecía en una especie de trance.

— ¿Y-Ya estás?— preguntó destapándose un ojo pero una tela que le cayó encima le impidió ver, era una toalla. Sintió unas manos sacudiéndose sobre el tejido, despeinándola y secándole el cabello.— Gracias— los ojos de él se encontraron con los de ella, se veían tristes, y la chica le dedicó una tímida sonrisa.— Vamos a la cocina, te prepararé un té.

Katsuki no dijo nada, pero le agarró de la muñeca y casi la arrastró a su habitación. Le abrió la puerta y la empujó dentro para luego cerrar. Uraraka le entendió, sonrió y con rapidez se cambió. Llevaba una chaqueta impermeable pero su pantalón de algodón estaba calado.
Abrió la puerta, no sin antes agarrar un objeto, el chico explosivo seguía ahí esperándola. Fueron a la cocina y bebieron té sin decir una palabra. Bakugo no dejaba de mirar la lluvia.

— ¿Quieres volver a salir? He cogido un paraguas grande— comentó la chica. Katsuki respondió asintiendo con la cabeza.

Salieron protegidos con el paraguas. Un silencio agradable los inundaba. Ambos disfrutaban del sonido y del olor de la lluvia.
De repente, Bakugo hizo algo que la castaña nunca esperaría, la abrazó y escondió su cabeza entre el hombro y el cuello de la chica.

— Gracias— susurró con su grave y ronca voz provocándole un escalofrío a su compañera.

Ochako sonrió y le correspondió el gesto, con cuidado de no tirar el paraguas.

Esa noche sería inolvidable, los dos, bajo la lluvia, conectaron de una manera que nunca imaginaron.





















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Flufftober KacChakoWhere stories live. Discover now