Un hogar

29 2 0
                                    

Para ser honesta
Sunagakure era un caos
por eso me gustó

Parecía una aldea perdida,
justo como yo, por eso me quedé
y me conformé con esto.

Volvería conformandome cien veces más.

Porque un día, sin notarlo.

Pasó.

Anhelaba llegar a Suna, mamá.

✎⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝⸝

-¡Regresamos a casa!- fui la primera en gritar, emocionada, saltando en mi lugar, solo dormimos tres horas por noche cada uno, haciendo turnos rotativos de una hora para vigilar.

Pero estabamos allí, al fin.

Una fuerte ventisca movió mi capucha, tirando hacia mi cuello, casi almorcé un abrigo negro.

Tosí apoyándome en Yuki.

La risa de los mellizos fue inevitablemente contagiosa, como salir de un examen escrito que te hacía temblar de nervios, una vez más, habíamos regresado a casa sin una sola herida.

Y justo cuando creí que yo sería la única emocionada.

Nomi, solo un segundo, o quizá lo fue siempre después de eso, pero solo un instante, volvió a ser la Nomi que había conocido tras la graduación.

Y me confirmé una última vez, que no me molestaba la sangre que cargaba en mis manos si eso le daba la oportunidad de ser ella por instantes, sin miedo de que alguien le arrebatara sus alegrías otra vez.

-¡Ya regresamos!- su garganta se quebró, pero aún así, con sus manos dándole impulso a su voz y arqueando la espalda hacia atrás, sentí ganas de llorar.

De felicidad.

Cada maldito castigo, cada mal instante, todo valía la pena si aunque sea por segundos, ella vuelve a ser quien era.

Yuki se le unió casi al instante.

-¡Ya regresamos!.

Golpeé el hombro del mayor al recomponerme.

-¿Quieren dormir en mi humilde hogar?- pregunté divertida, estirando las llaves, sabía que necesitaban una merecida siesta tras el viaje- Yo me encargo de todo... No se peleen el baño y pasen a comprar algo de comer.

Pedí, adelantando suavemente el paso, me aseguraría de darle todo lo que habíamos encontrado a Baki, seguro que luego, me pasaría a su casa para dormir sola allí, era el momento más esperado de mi vida.

Conocer su casa.

Había prometido que me llevaría una vez que me acendieran a chunin.

Nomi arrebató las llaves de mi mano y sonriente, fue la primera en correr.

-¡Te debo una!- gritó con diversión.

Tras una mirada, su hermano le siguió el paso, dejándome detrás.

-¡Yo quiero darme un baño primero!.

No eres un heroeWhere stories live. Discover now