Latidos del corazón EDITANDO

🔱2🔱

DOS

🎶Quizá la realidad de aquel sueño me hace sentir así🎶

—Papá, no me dejes, aún no estoy listo para ser el rey —repetía el joven príncipe sujetando la mano de su fallecido padre.

—Príncipe, debe salir —indicó el consejero real Song Mingi.

—Quiero quedarme con mi padre —pidió con su voz quebrantada debido al llanto.

—Venga conmigo, majestad —intervino el inquisidor Jung Hoseok al tomarlo por los hombros y guiarlo fuera de la habitación.

El rey había caído enfermo y aunque al principio fue tomado como un simple malestar que supondría unos cuántos días en cama la realidad fue otra. La salud del rey Min solo fue empeorando con el pasar de las semanas, los medicamentos suministrados no hacían efecto y una mañana pidió hablar con su hijo pues presentía sus pocas horas de vida.

Yoongi escuchó atento las indicaciones de su padre, consejos rápidos, estrategias resumidas, decisiones que tendría que tomar en su lugar para finalizar diciéndole lo orgulloso que estaba de él y que desde el cielo junto a su madre lo estarían viendo gobernar.

Su último aliento le sirvió para decirle "te amo" a su hijo y cerrar definitivamente sus ojos, aquella mañana Yoongi había perdido a su padre y el pueblo a un gran rey.

La muerte del rey Min fue anunciada en el pueblo, aquello hizo entristecer a todos pero la incertidumbre era mayor pues poco sabían y conocían del joven príncipe.

Yoongi no tuvo tiempo de asimilar su dolor pues había un pueblo del cual debía hacerse cargo, su posicionamiento fue anunciado a los pocos días y él ya se encontraba preparándose con la ayuda del inquisidor Jung y el consejero Song.

—¿Cree que lo haré bien, inquisidor Jung? —preguntó nervioso pues estaba a horas de posicionarse como el nuevo rey.

—Lo hará, su padre le enseñó todo lo necesario. —Trató de animar con sus palabras al nuevo soberano.

—Ni siquiera conozco a los habitantes como mi padre —se reprochó para sí mismo.

—Entonces le diré al comandante Kim que lo acompañe mañana al pueblo junto con unos soldados. —La tranquilidad y soluciones sencillas que obtenido de Jung era lo que alimentaba su confianza e inexperiencia.

—Bien —balbuceó con un ligero asentimiento de cabeza—. ¿Qué se encuentra haciendo el consejo? —preguntó curioso por el nulo pronunciamiento de los ancianos. 

—Ellos están haciendo un listado con ciertas propuestas que desean exponerle a usted.

—¿Mi padre no vio aquellos pedidos? —inquirió acomodando su ropa.

—Imagino que son temas relacionados a los suministros de víveres y algunas regulaciones que desean imponer ahora que usted tomará el trono, majestad —indicó el inquisidor Jung.

El nuevo rey Min comenzaría a gobernar con apenas 20 años de edad siendo el más joven en tomar el trono sin embargo aquello y su falta de experiencia tratando asuntos reales podrían ser beneficiosos para ciertas personas.

Un nuevo reinado estaba por comenzar en medio de personas llenas de ambición que harán lo que sea por obtener tan solo un poco de poder pero ¿quién será el verdadero causante de tantas desgracias?

Por otra parte tenemos a un inocente doncel criado a base de los más puros y leales sentimientos, cosa que llega a ser fascinante ante los ojos de cualquier persona. ¿El tiempo juntos será suficiente?

—¿Crees que las cosas en el pueblo podrán ser aún mejor ahora que tenemos un nuevo soberano? —preguntó pensativo el rubio.

—El rey Min hizo mucho por nuestro pueblo, lo más seguro es que su hijo siga sus pasos —comentó Taehyung.

—Decidí no ir a su posicionamiento, Tae —avisó el menor.

—¿Estás seguro, pollito? —preguntó mirando con sus ojos entrecerrados a su pequeño hermano.

—Sí, no importa. Tampoco creo que le interese conocer a un doncel como yo —mencionó elevando sus hombres para restarle importancia al tema.

—Cualquiera que tenga la fortuna de verte caerá rendido a tus pies, Jimin —halagó su hermano provocando la risa del menor.

—Hablas como si fuera a conquistar al rey —bromeó causando la risa también del castaño.

—Lo más probable es que el consejo ya haya elegido a la dama que será nuestra reina —dedujo el mayor. 

—Seguro será una muy bonita y noble mujer ¿cierto, Tae? —preguntó con su mirada fija en aquel pequeño lago que era considerado su lugar secreto.

—Sí, seguro —contestó con total seguridad.

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