III

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21 de Octubre   1:28 pm

Un día normal como cualquier otro, los rayos de sol lograban penetrar por la ventana dando una cálida sensación en la piel, parecía el día perfecto y tranquilo para terminar sus labores de trabajo habituales sin inconvenientes

Reposaba en su cómodo asiento de piel frente a su elegante escritorio de caoba y con papeles en mano. Una sonrisa se formaba en la comisura de sus labios, fueron tan pocas las veces que lo ví mostrarla. Demostraba alegría en su mirada  ¿Cuál era la razón de su sonrisa?

Nunca debió imaginar que aquella cálida tarde de Octubre sería su último día de vida

Un visitante no muy grato de hermosa cabellera rojiza entró a la vivienda como si se tratase de la suya, se abrió paso empujando la puerta con tal fuerza que parecía romperla, un fuerte ruido hueco inundó el lugar por aquel portazo, sin embargo el dueño de la casa no le tomó importancia, ni levantó la mirada en lo más mínimo

El semblante del pelirrojo irradiaba enojo, nunca lo había visto con tal cara. De pronto una fuerte opresión en mi pecho apareció por verlo en aquel estado ¿Por qué está tan enfadado?

Lo perdí de vista unos segundos; segundos sin movimiento que para mi parecieron una eternidad. El sonido de las fuertes pisadas sobre el piso de Mármol de aquella casa era lo único que lograba distinguir

La puerta del despacho se abrió lentamente pero nadie entró a la habitación

Gakuhō al fin levantó la mirada con algo de curiosidad y dejando los papeles sobre el escritorio. Visualizaba el rostro de su visita con una sarcástica sonrisa posada en su cara

A cuadro apareció un brazo que sostenía en una mano de forma firme un revolver calibre 50 ¿Cómo se que tipo de arma era? Digamos que Lovro me dió un entrenamiento especial después de haberme graduado porque a vista de él tengo un gran potencial. Al fin podré poner en marcha un poco de su entrenamiento 

Era la misma pistola que Gakuhō guardaba en su caja fuerte y la misma arma que ví que le obsequió al chico de cabellos rojos cual fuego con días de anterioridad

La vida da muchas vueltas, ahora el asesino apuntaba a la cabeza de Gakuhō con el arma que él mismo le había dado

El hombre de traje dió unos pasos con total calma hasta posicionarse frente a su escritorio, no intentaba acercarse más a la puerta, no levantó las manos en forma de rendición, no tenía miedo de aquel chico o por lo menos no lo demostraba

Acomodó un poco su traje pero sin despegar su ambigua mirada de su atacante. El silencio reinó por unos segundos hasta que una risa sonora inundó el lugar

Gakuhō comenzó a reír como si le acabaran de contar un chiste; de forma frenética y exagerada, aquel hombre estaba cara a cara ante la muerte y no quitaba su estúpida sonrisa. 

¿Qué pretendía? ¿Hacer enojar a su asesino?

El chico aún en la puerta sin titubiar presionó el gatillo

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Siete impactos seguidos impregnaron el cuerpo del hombre llenándolo de plomo y obligándolo a caer al suelo, pero parte de su torso aún era sostenido por el mueble donde trabajaba hace pocos minutos

Amantes del crimen [KARMAGISA]Where stories live. Discover now