El lobo del café. --Creek--//Omegaverse//

Un bello secreto

Marín había nacido como una de los omegas más bellos de toda la región Norte.
Bella, fuerte, inteligente, amable y con habilidad para todo, la hermosa chica era de los omegas más "cotizados" de ese momento.

Todo alfa deseaba ser el merecedor de su corazón, pero de entre todo el montón de alfas a su disposición, eligió a aquel joven que amó desde el primer momento, Darién, con quién formó un lazo.

Las cosas en ese entonces no eran muy buenas para los omegas pues estos eran vistos como simples adornos o "fábricas de cachorros", menospreciados y limitados a servir a la voluntad de un alfa, pues el rango y la fuerza de estos eran más altos.

La vida para la bella chica no fue diferente a la de su madre, tías y amigos omegas. Darién no la amaba, la miraba como una bonita muñeca de aparador que solo vivía para hacer lo que él ordenaba.
Si bien al principio, Marín no estaba de acuerdo con eso, finalmente lo aceptó pues ella estaba enamorada. Durante muchos años su vida se limitó a servir al alfa y a criar a su pequeña a la cuál amaba con todo su ser y aunque su espíritu le rogara por marcharse, ella se quedó por el amor que le tenía al tipo, por más maltratos que viviese.

La situación no hizo más que empeorar con el paso del tiempo.
Un muy mal día, descubrió que su alfa le era infiel y que incluso tenía una familia con aquella otra mujer, cosa que hizo trizas su corazón el cual poco a poco comenzó a marchitarse y llenarse de odio y rencor hacia cualquier alfa, pues a sus ojos todos eran iguales.

Día a día observaba como todos los omegas eran despreciados, abusados, maltratados, lloraba por cada uno de sus compañeros que sufría en las garras de un despreciable alfa y temía por su pequeña hija, pues ésta había nacido como una omega.

Estaba harta de ver lo mismo en todas partes, era injusto que solo por ser más débiles tuvieran tales tratos.
El odio se apoderó de ella e hizo que recurriera a la magia negra, prohibida desde hacía siglos por los peligros que ésta representaba, sin embargo, eso poco le importó. Con su pequeña de cinco años, de adentro a lo más profundo del bosque donde comenzó su ritual.

Le pidió a las sombras que castigarán a los alfas, que les hicieran entender, lo hacía para ayudar a cada omega del mundo, sin embargo, estamos hablando de magia negra, claro que no todo sería color de rosa y es que, su deseo se cumplió de la peor de las formas.

Ver a su pequeña hija caer al suelo sin vida la hizo darse cuenta del grave error que había cometido.

Uno tras otro, cada omega caía en un sueño del que jamás podrían despertar, llantos desgarradores, miedo y arrepentimiento, eso desató aquel fatídico día.

El mundo se sumergió en una bruma oscura por al menos diez años en los cuales no se encontró ni un solo omega con vida. Gracias a esto la población de cambiaformas se vio disminuida, si deseaban que la especie continuará debían actuar rápido.

Era bien sabido que la reproducción entre alfas era posible, pero claro, estos se negaban a siquiera pensarlo ¿Por qué? Fácil, su orgullo no se los permitía.

¿Formar un lazo con otro alfa? ¡Jamás!.

Se vieron reducidos a relaciones puramente entre hembras y machos. Fue así como nació una nueva raza, imperfecta ante los ojos de los alfas.
Los betas carecían del instinto que por naturaleza caracterizaba a los cambia formas, ellos no sentían la necesidad de formar lazos, tampoco tenían olfato, visión o audición extra desarrollados y solo los especímenes femeninos eran capaces de procrear vida.

Poco a poco, la población alfa disminuyó aún más. Del total de la población solo el 30% eran alfas, el linaje se estaba perdiendo y con la nula existencia de omegas, tarde o temprano estos desaparecían.